Marzo de 2009 ya se ha ganado un hueco en la historia de España. Un lugar de dudoso honor, también es cierto, porque hace 47 años que se mide el índice de precios al consumo, el famoso IPC, y nunca se había dado una cifra negativa. Vaya, que la palabra que siempre hemos utilizado, inflación, ha dejado paso a un vocablo existente pero que hasta ahora parecía reservado a los teóricos.
Los precios han bajado una décima de punto. Lo que podría parecer bueno, en principio, para el consumidor, que las cosas sean más baratas, ha puesto en alarma a los expertos. Algunos de ellos vaticinan varios meses seguidos de deflación. Y al final… bien, ahí ya varían los pronósticos. Los hay mas catastrofistas que otros, sin duda.
Para entender lo que esto significa, que haya deflación, viene a ser que la gente ve que los precios bajan cada mes y piensan: “pues ya compraré el mes que viene o, si me urge, pasado mañana, que estará algo más barato”. Se crea esa parálisis de consumo que cierra el circulo vicioso. Contra esto, no hay medidas seguras. Bajar el precio del dinero es una, pero eso lo hace Trichet en el Banco Central Europeo. Las medidas fiscales son otra vía y, también, el positivismo puede ser de ayuda. Un mensaje coordinado entre los distintos sectores para animar a la gente.
Escribo estas líneas y pienso que en nada empiezan las vacaciones de Semana Santa. Casi estoy por esperarme quince días más, para ver si todo esto dicho anteriormente, se cumple. O si la gente decide de manera masiva que "a vivir que son dos días".NULL
