Nunca, como ahora en medio de la campaña de Cataluña, se había buscado tanto la opinión de los empresarios respecto a algo. Y por esa insistencia, se ha podido comprobar que de empresarios hay muchos tipos, con intereses bien distintos, que merecen que quien les alude, especifique su actividad, origen e, incluso, sus intereses.
Lo digo porque, en los medios, han aparecido opiniones de la gran patronal, es decir, Fomento, de las Cámaras de Comercio, o de las patronales más pequeñas, esas que aglutinan a los emprendedores, autónomos y pimes, y el lector puede desconcertarse viendo la interpretación que unos y otros ofrecen sobre un mismo tema.
Que tus resultados dependan del IBEX o no, que tu empresa depende de BOE o no, influye. Por eso, el análisis que la gente necesita aséptico para poder comprender mejor algo, se difumina en un mar de intereses. Y es ahí donde quienes tenemos por objetivo trasladar las opiniones de los entendidos debemos explicar exactamente, y esas opiniones tienen elementos de interés subjetivo o no.
De cualquier modo, estamos en un momento de máxima intensidad política y social, y no debemos desaprovecharlo. Nunca, creo, como ahora, se habían puesto sobre la mesa tantos temas a la vez, y cada vez es menos la gente que te contesta con un “a mí, no me interesa la política”. Ya casi no quedan porque en el fondo, a pesar de que se siga pensando que la corrupción o la permanencia excesiva en cargos políticos es endémica, la gente empieza a tener consciencia de casi todo lo que ocurre a su alrededor.
Se han abierto los ojos de muchos, y en muchos sentidos. Como en el tema de los refugiados sirios que huyen hacia Europa buscando reconstruir su vida. Creo que nadie es indiferente al terror, al sufrimiento y a la desesperación, pero el excesivo “buenismo” de una sociedad que ha llamado crisis a lo que se ha padecido en los últimos siete años aquí, y que, en el fondo, se avergüenza de haberse quejado viendo lo que pasan en otros lugares, todo eso debe ir acompañado con un alto grado de realismo, de pragmatismo para no generar frustración.
Es una emergencia, cierto, pero hay que admitir que si no se soluciona la situación en origen, lo que viene bien podría ser lo que hace siglos, Nostradamus ya predijo en sus cuartetas, esa invasión del Islam por el sur de Europa, que muchos interpretaron como bélica y que bien podría tratarse de lo que está ocurriendo.
