El arte de tomar decisiones excelentes

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Homenaje a Juan Antonio Pérez López, maestro de académicos y directivos

En la empresa nos preguntamos con frecuencia: ¿Ha sido acertada esta decisión, una vez vistas las consecuencias? ¿Me puedo fiar de este jefe? ¿Y de este subordinado, colega, proveedor? En la dirección de empresas la confianza es decisiva, y la consecuencia de las acciones ni son exclusivamente económicas ni afectan sólo al corto plazo.
 
El profesor Juan Antonio Pérez López (1934-1996) desarrolló un marco teórico de la acción personal en la organización y fue maestro de varias generaciones de empresarios y directivos. A los 20 años de su fallecimiento se ha recordado su legado y la aplicación actual de sus enseñanzas.
 
En el homenaje titulado “La excelencia en la toma de decisiones empresariales” participaron los profesores Rafael Andreu, Josep Maria Rosanas y Miguel Ángel Ariño, que trabajaron con Pérez López y han continuado el desarrollo de sus enseñanzas.
 
También recordaron sus aportaciones el director general del IESE Jordi Canals y el profesor Pedro Nueno, que colaboró con Pérez López en la dirección del IESE como director general asociado.

El lado humano de las decisiones
 
Doctor en Dirección de Empresas por Harvard Business School, Pérez López profundizó en desarrollos teóricos sobre la acción humana en las organizaciones. En su investigación integró los aspectos económicos, sociológicos, antropológicos y éticos de la toma de decisiones.
 
El profesor Jordi Canals destacó la pasión por la docencia y por la investigación del profesor Pérez López, y su contribución para ayudar a los empresarios a tomar mejores decisiones, con auténtica calidad, para poder aspirar a la excelencia.
 
Canals remarcó la vigencia de las enseñanzas de este profesor en el actual contexto de globalización y de incertidumbre: “Hoy la toma de decisiones en la empresa puede ser más humana, más completa y adecuada a la realidad de la empresa, gracias a la aportación científica de Juan Antonio Pérez López”.
 
Por su parte, el profesor Rafael Andreu recordó que los altos directivos en cualquier empresa producen resultados no sólo económicos: tienen consecuencias en todas las personas que interactúan y por tanto condicionan su futura actuación.
 
En cada interacción la persona aprende y a partir de entonces actuará de manera diferente porque tendrá en cuenta la experiencia. Pérez López definió esta realidad como “aprendizaje evaluativo”. Cada decisión empresarial y cada acción contribuye a corto y a largo plazo en el desarrollo de la empresa o en su deterioro, pero también contribuye a que cada persona que interacciona mejore o quede dañada. Por ello, toda decisión tiene un carácter y unas consecuencias éticas.
 
La mejora de cada persona es una parte importante de los objetivos de una empresa. Y es que, son las personas las que en el corto y el largo plazo pueden llevar a cabo el desarrollo de la empresa.
 
“Es imposible conseguir sólo resultados económicos”, afirmó Andreu, “por esto precisamente, cada acción directiva condiciona los resultados futuros”.

Visión global y gestión integral
 
El profesor Miguel Ángel Ariño recordó “la visión global” del modelo de toma de decisiones de Pérez López.
 
“Una decisión empresarial no puede ser acertada según un punto de vista y errónea desde otro, no puede ser acertada para las finanzas y mala para las operaciones, o buena para la estrategia y mala desde el punto de vista ético: una decisión empresarial es una acción única que afecta a toda organización”, asegura Ariño.
 
Entre otras cosas, las decisiones empresariales afectan a la confianza de las diferentes personas en el directivo. “Un directivo debe reflexionar si una decisión va a reforzar la confianza en él o la va a perjudicar. Porque una empresa en la que no hay confianza es muy difícil que avance”.
 
Pérez López llevó a cabo su desarrollo conceptual a partir de los sistemas de incentivos formales e informales de los profesores de Harvard Robert Newton Anthony, John Dearden y Richard F. Vancil.
 
Como explicó el profesor Josep Maria Rosanas durante el evento, en la dirección resultan decisivos los aspectos formales y los informales, porque tienen consecuencias reales que afectan directamente a los empleados, a la organización y a todos sus grupos de interés.
 
Rosanas destacó que Juan Antonio Pérez López “construyó un edificio intelectual de una solidez notable” que ha creado escuela en universidades de todo el mundo. “Tenemos la responsabilidad de continuar profundizando en su legado intelectual porque todavía debe dar mucho fruto”, concluyó.
 
Protagonista de la historia del IESE
 
Juan Antonio Pérez López se incorporó al IESE en 1961 y fue su director general entre 1979 y 1984.
 
En el homenaje el profesor Pedro Nueno recordó los años “durísimos” en que Pérez López dirigió el IESE, en un país en grave crisis económica y con inestabilidad política y social. Durante su mandato comenzó la sección internacional del MBA en Barcelona y se consolidó la actividad del IESE en Madrid con programas de directivos y con el comienzo del Master Ejecutivo –Executive MBA–, a tiempo parcial.
 
Nueno también apuntó que Juan Antonio Pérez López fue un pionero de la Responsabilidad Social Corporativa como parte de la misión de toda empresa. Para ilustrarlo recordó sus observaciones ante la visita de Milton Friedman al IESE en 1982: “Debemos integrar el pensamiento de estas dos personas que han visitado Barcelona este año: Milton Friedman y Juan Pablo II. Los conocimientos de economía de este Premio Nobel y la enseñanza social del Papa.”

 

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