Jaume Vives

Periodista. Creador del documental “Guardianes de la Fe”

“Lo de la Primavera Árabe es un cuento. El cerebro de la guerra está en Occidente”



El periodista Jaume Vives cuenta la historia de cristianos perseguidos en medio mundo

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Luce barba larga y voz rota, como un cantante de rock. Pero es periodista. Confesional, porque el atributo “católico” es el primero que lo define en su cuenta de Twitter. Antes de periodista, de viajero, de narrador y de director de documentales y de un periódico digital, dice que es un creyente que comunica su fe al mundo a partir de la experiencia propia y de los demás. Hace poco que volvió de un viaje a Irak con el que elaboró el documental “Guardianes de la fe”. Por todo eso y por su juventud, Jaume Vives no deja indistinto a nadie.

«Me fui al Líbano con veintiún años y publiqué mi primer libro con veinte. Tengo claro que no me gustaría quedarme fijo en la plantilla de un periódico»
 
«En nuestro país, a los que somos cristianos no nos pasa nada por decir que lo somos. En algunos países matan a la gente que lo confiesa. Me fui allí a conocerles y a contar su historia»
 
«Sostengo que, en términos globales, los cristianos son los más perseguidos del mundo»
 
«Captar la realidad de un país en una semana o en un mes es muy complicado. Lleva tiempo. Conozco a gente que ha estado trabajando en China durante once años y que siguen tan perdidos como el primer día»
 
«Aunque estoy escribiendo una novela, soy más periodista que escritor. Escribo mal y mi madre me tiene que revisar los textos»
 
«Las expediciones son complicadas. Hay que ocuparse de todos los preparativos: El equipo, los papeles, los contactos, reunir el dinero necesario…»
 
«La Iglesia es la institución más sabia del mundo. Tiene que serlo: es la única que ha durado tanto. Todas las empresas e imperios del mundo han caído»
 
«Todo lo que hacemos es independiente de las grandes plataformas, casero si quiere, pero lo hacemos con mucha calidad»
 
«Opino que en nuestro país decir que eres católico significa quedar fuera del debate público»
A sus 23 años y ya ha viajado a países del Oriente Medio que viven conflictos armados. ¿A qué fue?
Me fui al Líbano hace dos años y a Irak hace seis meses. Son países en los que los cristianos son minoría y son perseguidos. En el mundo hay muchos que lo son en nombre del Islam, o de dictaduras, como es el caso de Corea del Norte o, hasta hace poco, Cuba.
Aquí, en nuestro país, a los que somos cristianos no nos pasa nada por decir que lo somos. En aquellos países matan a la gente que lo confiesa. Me fui allí a conocerles y a contar su historia.
 
Ud. pudo haber sido voluntario en ONGs convencionales. En cambio se dedicó a relatar, a hacer periodismo…
Soy un poco crítico con organizaciones convencionales como el ACNUR o UNICEF. En caso de haber sido voluntario, que ya lo fui, me habría decantado por entidades como Ayuda a la Iglesia Necesitada. A día de hoy es la única entidad en España que ayuda a los cristianos perseguidos en todo el mundo.
 
En esos países la vida es complicada. Según se cuenta, no sólo hay persecuciones a cristianos, sino también entre facciones islámicas.
Si visitas Irak o Irán u otros países te encontrarás con que entre chiitas y sunnitas existe un conflicto grave, que viene de lejos y que se deriva de la distinta interpretación de su ley coránica y de tradiciones enfrentadas. Puede parecer que en ese conflicto haya buenos y malos, pero cuando cualquier facción se encuentra en mayoría se comporta de manera semejante: persigue a la minoría. Ahora bien, en términos globales, sostengo que los cristianos son los más perseguidos del mundo. 
 
¿Cuánto tiempo es necesario vivir en esos países para poder contar una buena historia de su gente?
Captar la realidad de un país lleva tiempo. Hacerlo en una semana o en un mes es muy complicado. Conozco a gente que ha estado trabajando en China durante once años y que siguen tan perdidos como el primer día. Pero si uno se forma antes de irse (leyendo, hablando con gente de allí que viva aquí…), todo el material que recopila cobra un nuevo sentido a la vuelta.
 
¿En qué ámbito se desenvuelve mejor? ¿Escribiendo libros o dirigiendo documentales periodísticos?
Yo creo que soy más periodista que escritor. A fin de cuentas los libros que he escrito son ensayos que elaboro mediante técnicas periodísticas. Aunque actualmente me encuentro escribiendo una novela sobre Irak, ambientada en la España del 2050.
Interesante…
Es una novela distópica, aunque creo que no estará al nivel de Orwell o de Huxley, que fueron unos cracs. La mía arranca en la España del futuro y ofrece un flashback al Irak de 2014, para explicar todo lo sucedido en retrospectiva. Pero repito: soy más periodista que escritor. Escribo mal y mi madre me tiene que revisar los textos (se ríe).
 
La organización de sus viajes periodísticos es en sí un ejercicio de emprendeduría. 
Estos proyectos son complicados, sobre todo las primeras veces. Hay que organizarse bien y ocuparse de todos los preparativos necesarios. El equipo,  los papeles, los contactos, las personas que tienen que recibirnos allí, etc. Especialmente difícil es reunir el dinero necesario para el viaje.
 
¿Cómo lo hacen?
De diversas maneras. Por ejemplo, he subido vídeos a Youtube para contar un proyecto y pedir ayuda a la gente. Mis amigos dicen que cuando me vaya a casar haga lo mismo para pedir dinero a los invitados… (vuelve a reírse) 
 
Sería una buena idea…
En el caso del proyecto de Irak, además, organizamos una cena para recaudar fondos. Acudieron más de trescientas personas, les explicamos nuestro propósito y el dinero apareció. Todo lo que hacemos en términos de promoción es independiente de las grandes plataformas, casero si quiere, pero con mucha calidad.
 
Lo que me cuenta es propio de un veterano. Se supone que a su edad los periodistas tendrían que estar haciendo prácticas en las redacciones. 
Me fui al Líbano con veintiún años y publiqué mi primer libro con veinte. Tengo claro que no me gustaría quedarme fijo en la plantilla de un periódico. En cambio estaría encantado de poder escribir un reportaje de tema libre cada semana. Pero eso es muy difícil. Primero hay que picar piedra. Hay que trabajar incluso sin ganar dinero. Actualmente me gano la vida llevando la comunicación de algunas empresas y canalizo mi interés comunicativo a través del diario digital Prisma, que dirijo, y de mis audiovisuales.
 
Antes de la entrevista me dijo que fue un chico rebelde y que huyó del catolicismo. Ahora, con todo lo vivido, ¿se ha vuelto a acercar a la Iglesia?
La consecuencia de todo lo que le he contado es esa. El hilo conductor de todo lo que hago es un proceso de conversión en el que intento comunicar mi fe al mundo.
 
Y, oiga, para ser generoso con el mundo, ¿hay que ser creyente o puede uno ser ateo?
En mi caso personal la fe da sentido a todo lo que hago. Opino que en nuestro país decir que eres católico significa quedarse fuera del debate público. En temas controvertidos, como el del aborto u otros, parece que por el hecho de ser católico uno no pueda tener ningún argumento racional que añadir al debate. 
 
Quizás, si yo no dijera que soy católico podría llegar a más gente. Pero prefiero explicar lo que me han enseñado mis padres y lo que he visto en el mundo: hay gente que muere por Cristo. Yo no me voy a esconder de mis creencias. Considero que la fe es algo muy grande y que no tengo que esconderlo. ¿Por qué iba a hacerlo? Si yo no creyera, no me dedicaría a lo que me dedico. Y, por otra parte, estoy seguro de que una persona que no crea puede hacer el bien, y mucho mejor que yo, sólo faltaría.
 
En los últimos cuatro años se han revisitado algunos conceptos religiosos que habían estado estancados en el catolicismo…
Creo que los conceptos no se adaptan a la sociedad. Lo que se adapta es el modo de explicárselos al mundo. El diálogo con el mundo es lo que está cambiando. La Iglesia está poniendo más empeño en ello en estos momentos. Pero si vamos al fondo de las cosas, vemos que no hay cambios esenciales en su magisterio. En más de dos mil años no los ha habido. Opino que la Iglesia es la institución más sabia del mundo.
Tiene que serlo: es la única que ha durado tanto. Todas las demás empresas e imperios del mundo han caído.
 
¿Qué piensa del ecumenismo? ¿Cree que es posible aceptar la convivencia con otras formas de entender la vida y la trascendencia?
En el Líbano, después de todo lo que les ha pasado, hay una convivencia perfecta entre católicos, ortodoxos, chiitas, sunnitas… Los problemas actuales son muy pocos. En Siria, la convivencia venía impuesta por la dictadura laica de Al Assad. Antes de la guerra, las puertas de las casas estaban abiertas de par en par y la gente se respetaba. Ahora el caso es distinto: mis contactos de allí me cuentan que las personas se están matando entre ellas…
 
Es el difícil equilibrio de Occidente: apoyar a un dictador o combatir al islamismo radical
Occidente se cargó a Saddam Hussein en 2004. En doce años han muerto más de un millón y medio de cristianos en Irak. En Siria, nos contaba una monja que se encontraba allí cuando estalló la guerra, la gente salía a la calle para pedir a Occidente que dejaran tranquilo a Al Assad, porque las mujeres podían salir a la calle en libertad y los creyentes podían ir a sus templos a rezar. 
 
La monja nos decía: “Occidente os está mintiendo”, porque ese mismo día, las TV del mundo contaban que la gente de Siria salía a la calle para exigir la caída de Al Assad. Esto de la Primavera Árabe es un cuento: el cerebro de la guerra no está allí, sino aquí.

 

 

Nació en 1992. Prodigioso contador de historias, periodista de barba larga y descuidada, católico ante todo, Jaume cuenta que fue rebelde de chaval. Se escapó de casa un par de veces, descubrió la calle y la fiesta, pero también a gente que repartía comida y mantas entre los más necesitados. Un día hizo lo que ellos y conoció una alegría indescriptible. Sintió el impulso de contársela a todo el mundo y estudió Periodismo. A menudo tomaba su cámara y su bloc de notas y construía historias sobre las personas que viven en la calle: parias, solitarios, drogadictos, prostitutas… Con ese material escribió su primer libro. Más adelante descubrió que en el mundo había cristianos como él que eran perseguidos por el mero hecho de serlo. Personas que eran ejecutadas si confesaban su credo. Viajó como periodista al Líbano y a Irak para conocer y dar a conocer su historia. El documental “Guardianes de la fe” es el resultado.

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