Comunicación: la “sangre” de la nueva empresa

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La empresa, como cualquier realidad viva, ha de reinventarse para cumplir con su misión de una forma más eficaz, con menos costes, con mayor calidad y mejor servicio… Esta primera frase que queda muy bien para comenzar un artículo, choca violentamente con la realidad.

Para algunas empresas (y empresarios) el camino es dirigir a través de un claro y contundente “ordeno y mando”. No hay opción a discrepancias. Quien asume el riesgo está claro y el grado de involucración de colaboradores y subordinados es sencillamente mínimo.

Otras empresas (y empresarios) dirigen marcando objetivos. En un discreto intento de comunicación hacen partícipe al departamento o al trabajador individual de los objetivos que se esperan de él. Algo es algo. Pero siempre queda la duda de saber “¿por qué un 3% más o un recorte de un 2,5%?” Normalmente esa mínima información lleva pareja una cierta autonomía: cada unidad tiene un limitado margen de maniobra, y de reponsabilidad, para conseguir sus objetivos. Es un paso. Pero resulta difícil compartir un proyecto cuando tu aportación se reduce a un “3% más o un 2,5% menos…” en una tabla excel…

Pero como en botica hay de todo, y parece que hay empresas (y empresarios) que apuestan por que sus departamentos (y empleados individuales) participen de la misión de la empresa. Comparten buena parte de la información sensible de la empresa: para qué estamos aquí, cuál es nuestro estilo, con que valores hacemos lo que hacemos o damos el servicio que decimos que damos… Las resposabilidades están claramente dadas, pero el margen a la creatividad y a la imaginación es mucho mayor. Son empresas que invitan a su gente “a arriesgar”. (Naturalmente quien no arriesga no se equivoca, y lo más probable es que pronto se quede parado… en la cuneta).

Comunicación interna. La he llamado “sangre” de la empresa. Qué hacemos, cómo lo hacemos, qué se puede hacer para mejorar, ver a los colegas como clientes (y conocer sus necesidades para poder resolverlas), no tener miedo a las quejas y sugerencias de los clientes… y dejar margen para la iniciativa de nuestra gente. Sólo así tendremos personas identificadas con nuestro proyecto, posiblemente bastante satisfechas, que tirarán del carro en la misma dirección… que la dirección general. En buena parte se lo deberemos a un correcto flujo de información, que llega a quien tiene que llegar sin ser exclusiva de nadie. A todos nos ayuda saber por qué hacemos las cosas y qué consecuencias tienen nuestras acciones, ¿o no?.NULL

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