Haremos referencia en primer lugar a la situación económica mundial. En cuanto a EE.UU., parece que la inflación está controlada, aunque la bolsa de Wall Street sigue con cierta inestabilidad y le cuesta mucho recuperar la bajada espectacular de principios de febrero. Seguramente la guerra comercial con China por el asunto de los aranceles y también el ataque a Siria, junto con el descenso de los valores tecnológicos, por los posibles impuestos que se les aplicará, tienen todos ellos mucho que ver con la inestabilidad bursátil.
Quiero recordar que la bolsa de EE.UU. tiene la virtud o el defecto de contaminar al resto de bolsas, tanto europeas como asiáticas, y es obvio, que de cara al consumo se produce un impacto negativo en el efecto riqueza de las familias, y por tanto el consumo, la forma de consumir, se resiente. Recordemos que en Cataluña y España, una pequeña parte de la población y de las familias tiene vinculaciones con los activos financieros, un 12% aproximadamente. Pero este porcentaje es suficiente para afectar directamente al consumo privado.
En cuanto a Europa, no tenemos grandes cambios, el BCE sigue comprando activos corporativos, los tipos de interés siguen bajos, y la inflación sigue controlada, que significa por debajo del 2,5%. En cuanto a las cotizaciones de los valores de la gran distribución mundial, continúan en descenso, esto quiere decir que a medio plazo se esperan cambios importantes, sin embargo parece que sus beneficios siguen siendo bastante importantes.
En cuando a España, continúa vigente el problema de la aprobación de los presupuestos. Unos presupuestos que requieren que el PNV les dé su visto bueno, lo que seguramente hará, pues sus intereses están por encima de su voluntad política. Hay que decir, que su aprobación supondría una subida de las pensiones y otras mejoras sociales, pero, a mi juicio, y en relación a la inversión pública, una cosa será lo que se presupueste y el otro, muy diferente, lo que se pueda ejecutar realmente.
Para nosotros lo más importante hará referencia al consumo privado, y después de cuatro años, se prevé que el consumo crezca por debajo del crecimiento del PIB. Un PIB que según lo previsto, no llegará al 3% de incremento. Esto querría decir que otros sectores productivos, como la industria y la construcción, deberían conseguir un crecimiento muy importante. La verdad, sigo creyendo que lo veo muy difícil, pues el consumo tiene una participación de 2/3 del PIB del país y, según mi criterio, que puede ser equivocado, el consumo es el verdadero motor de la actividad económica del país .
En cuanto a Barcelona y Cataluña, por las informaciones que nos han llegado, parece que aquellos pronósticos negativos han quedado en nada, más bien parece que todo va mejor de lo esperado. Nos referimos fundamentalmente a noticias sobre el puerto y el aeropuerto, pues su crecimiento no es de dos dígitos, pero está muy cerca. El tráfico de contenedores y de cruceristas sigue al alza y, el de pasajeros en el aeropuerto sigue siendo bastante importante, con un crecimiento superior al del aeropuerto de Madrid.
En cuanto al sector hotelero, catalán y barcelonés, los datos son positivos. Continúa el crecimiento interanual, con un incremento más importante de los turistas internacionales y en cambio más reducido de los nacionales. Recordemos que en el caso de Barcelona, ??la proporción del 80-20, es decir, 80 internacional y 20 nacional, es la que se va manteniendo desde los años 2000, y eso es bueno, pues demuestra que Barcelona aporta entrada de divisas y esto es positivo para la economía de España.
No tan buenas noticias son las que afectan al sector del retail. El frío y el mal tiempo continúan y los efectos sobre el sector de la moda y el equipamiento de la persona son evidentes. Muy pocas tiendas-empresas, consiguen cumplir con sus objetivos de venta.
En general, como nos dice el Indicador de Comertia, la tendencia es todavía positiva, pero si lo comparamos con los últimos años, se nota que esta tendencia va mes a mes en continuo descenso.
Por último, hay que decir, que la Semana Santa ha caído a finales de marzo. La restauración ha ido bastante bien, la temporada de las estaciones de esquí muy buena, en gente y facturación y, podríamos añadir, que no todos los sectores pueden ir bien. Cuando unos van en positivo, tenemos otros que van en negativo. Todo es cuestión de la renta familiar disponible, la vaca no da para tanto. Lo que hace falta es seguir pedaleando y creer en nuestras posibilidades, nuestro sector se merece que las cosas vayan mejor, pues el proceso de adaptación a nuevas situaciones es un constante en el mundo económico que nos toca vivir ..
Font: Santi Pagés (economista)
