Ramon Rovira

Director de comunicación de Banc Sabadell

Banco y comunicación

“Todo es comunicación. Sea en la televisión o en un banco”

Para Ramon Rovira resulta apasionante formar parte del <b>Banc Sabadell</b> porque dice que se ve por dentro la maquinaria de una gran empresa y todo esto le resulta una experiencia única.
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Conscientes de que la imagen de algunas empresas especialmente importantes no tiene que depender de un departamento más en su engranaje, sino que tiene que tener una entidad propia, algunas de ellas han incorporado fichajes “mediáticos”. <b>Banc Sabadell</b>, cuarto grupo bancario español integrado por diferentes bancos, marcas, sociedades filiales y sociedades participadas que abarcan todos los ámbitos del negocio financiero, ha incorporado recientemente a uno de los periodistas más prestigiosos de la actualidad: Ramon Rovira.

<div align=’center’ class=’destacado’>“Creo que la grandeza de una empresa está en que pueda tener una proyección mundial, pero al mismo tiempo que tenga los pies muy firmes en el suelo que la ha visto nacer y crecer”</div><br><br><div align=’center’ class=’destacado’>“La buena o mala imagen de una empresa depende en buena medida de dos ámbitos: el que se pueda fomentar o decir, que pertenece en buena medida a los propios medios de comunicación; y el otro, el del día a día, el de los clientes y proveedores. Éste último es el real, el que cuenta” </div><br><br><div align=’center’ class=’destacado’>“Cierto que ahora quizá no estamos atravesando el mejor momento económico. Pero es en los momentos de crisis cuando realmente vale la pena hacer cosas para poderla superar. Y ahora estamos en un momento en que debe imponerse la ilusión, las ganas y la necesidad máxima para poder aportar cosas”   </div><br><br>

<b>Hay quien podría pensar que una entidad tan importante como esta necesita una imagen mediática para ofrecer una cara amable de un sector que no goza de excesivas simpatías.</b>
 
Pienso que no es así. Los profesionales de la información que damos este paso y nos pasamos a una entidad, sea cual sea, seguimos haciendo nuestro trabajo. Creo que la diferencia es que en lugar de utilizar como vehiculo los medios, lo hacen nuestros equipos de prensa y comunicación para tratar de llegar una forma que sea la más adecuada.

<b>Así pues no se trata de engrandar a la empresa.</b>

No, no. Se trata de explicar todas y cada una de aquellas actividades que pueden ser interesantes para los lectores o clientes en función de lo que realmente necesite cada uno de los medios. Este es un poco el criterio que tengo, y debo añadir que no he recibido ninguna otra instrucción por parte de los profesionales del <b>Sabadell</b>.

<b>Hace poco más de un trimestre que trabaja en el Sabadell. ¿Cuanto se tarda para llegar a conocer una empresa como esta?</b>
 
Creo que es algo difícil de responder. Cualquier empresa es un mundo aparte, con sus propias reglas e idiosincrasia, pero esta, con 12.000 trabajadores, 1.200 oficinas distribuidas por todo el mundo y una estructura interna muy eficiente y muy desarrollada, es quizá algo más.

<b>Mucho trabajo ya está hecho.</b>
 
Sí, es cierto. Me incorporo en una cadena que está en pleno funcionamiento y que no para por el hecho de que yo deba empezar desde cero, ya que esto exige una inversión muy intensa de tiempo, dinero y esfuerzo. En este sentido, he tenido dos ventajas: la de tener a un equipo que lleva mucho tiempo trabajando, y por lo tanto ya tiene muy asumido el trabajo del día a día; y por otro lado, el hecho de que dirección ha entendido muy bien la necesidad que yo tenía de adaptación.

<b>Pasar de una televisión a un banco requiere esfuerzo.</b>

Sí, pero también el hecho de que yo tengo, por profesión, una visión periodística de la realidad; así las cosas las analizo de un modo distinto. Sin embargo, debo añadir que resulta apasionante todo esto, porque se ve por dentro la maquinaria de una gran empresa y esto es una experiencia única.

<b>No sé si es muy apasionante la coyuntura actual, cuando se habla tanto de intereses, <i>euribores</i>, y crisis.</b>
 
Bien, se debe matizar, porque, como en casi todo en la vida, hay dos versiones. Una que podría decir que he tenido mala suerte por entrar en un momento en que las cosas económicamente no van muy bien. Pero la otra es la que apunta que cuando hay una crisis es cuando realmente vale la pena hacer cosas para poderla superar. Ahora estamos en un momento en que debe imponerse la ilusión, las ganas y la necesidad máxima para poder aportar cosas y que los efectos de las crisis sean los mínimos posibles. 

<b>Hábleme un poco del Sabadell. Se dice que es como una empresa familiar.</b>
 
Sí, el <b>Banc Sabadell</b> es una entidad con 125 años de historia, nacida en Sabadell, y fruto de las decisiones de industriales que en su momento estaban relacionados con el mundo de la lana y el textil, y que necesitaban tener cierto orden económico para poder funcionar. En los últimos años, han dado un salto espectacular para convertirse en el cuarto banco de España y en una empresa de ámbito mundial que cotiza en el Ibex y tiene una presencia muy sólida en todo el mundo.

<b>Sin embargo, no han querido perder sus orígenes.</b>
 
Exacto. Todo este proceso lo ha realizado el banco sin perder sus raíces y su condición, de modo que hoy en día, un 20% del accionariado del banco continua perteneciendo a la misma gente del entorno de sus inicios. Pero lo mejor es que lo hacen con una proyección tecnológica de primerísimo nivel. Así que es muy interesante para aquellos que hasta ahora, lo hemos visto desde fuera. 

<b>Este espíritu empresarial, ¿cree que se fomenta para aquellos que entran, como es su caso?</b>
 
Bien, acabas imbuido de él. Y más que fomentar este espíritu, la gente que trabaja aquí, “lleva la camiseta” de <b>Banc Sabadell</b>. Aquí hay personal que lleva casi 40 años trabajando y que dentro de esta entidad, ha ido prosperando. Todo esto forma parte de una cultura de funcionamiento que acaba por trasladarse en el día a día de aquellos que nos hemos ido incorporando posteriormente.

<b>Cierto espíritu gremial.</b>
 
Sí, es una cultura muy positiva porque es un banco que creo que no ha perdido su arraigamiento a las cosas más inmediatas. Creo que la grandeza de una empresa está en que pueda tener una proyección mundial, pero al mismo tiempo que tenga los pies muy firmes en el suelo que la ha visto nacer y crecer. Este es el caso del <b>Sabadell</b> y pienso que esta dicotomía es sensacional desde el punto de vista del que lo vive y lo genera porque te mueves en un terreno como el que es una cosa muy local e internacional a la vez.

<b>Debe ser todo un reto trabajar al lado de un señor como el presidente Josep Oliu.</b>

Bien, cada uno es como es y todos tenemos nuestras propias dinámicas de funcionamiento. El presidente Oliu es un ejemplo de combinación de dos factores, el de la tradición, ya que su padre había sido presidente del banco; pero también el de la  modernidad, ya que se ha formado en los Estados Unidos y posee una visión muy diáfana de la economía global. Así que no es el banquero clásico, pero sí todo un personaje, con una increíble capacidad para dirigir y gestionar, y algo muy importante hoy en día: desde un punto de vista mediático resulta muy atractivo. Tenemos que rechazar muchas entrevistas porque no caben en la agenda. 

<b>Hablemos ahora de la suya. En su trabajo, ¿hay más relaciones institucionales o venta del producto?</b>

Hay muchas acciones institucionales y mucha relación telefónica con los medios. Con la gente que conozco desde hace años por la profesión es normal que mantengamos una relación muy fluida. Procuro casi cada día comer con un medio, sea o no institucional. 

<b>Debe haber muchas conversaciones <i>off the record</i>.</b>
 
Entre periodistas es lógico que haya muchas amistades, la mayoría de las cuales se han forjado durante años. Pero también es cierto que somos muy profesionales y siempre sabemos dónde está el límite. Lo que sí le puedo asegurar es que nosotros no contamos mentiras. Habrá asuntos, eso sí, que no los podremos explicar o no confirmar aunque se sepan. Es el famoso <i>no comment</i> anglosajón que ha acabado teniendo un valor: el que,   simplemente y en algún momento determinado no se pueden hacer declaraciones por las razones que sea. 

<b>¿El salto de la comunicación en general a la empresarial piensa que es para siempre?</b>

Nadie deja de ser periodista después de ejercer esta profesión durante 30 años, y por mucho que me esfuerce, nunca seré banquero. Y en este sentido, el hecho de estar en un sitio u otro tiene una importancia que tampoco no deja de ser relativa. La función es la misma: comunicar un mensaje de la mejor manera posible. Y ello implica tratar tanto con lo que representa la cúpula de la pirámide, como lo que es la base. Todo es comunicación. Y por tanto, todo es, en cierto modo, periodismo.

 

La trayectoria de Ramon Rovira (48 años) se consolidó en <b>TV3</b> donde trabajó durante 18 años. Pero sus orígenes como periodista son mucho más remotos, empezando a trabajar con tan sólo 17 años en <b>El Noticiero Universal</b> y desde entonces, en medios como <b>Avui</b>, <b>El Periódico de Catalunya</b> o <b>El Punt</b> de Girona. En 1989 pasó a ocuparse de la corresponsalía en Girona de <b>Catalunya Ràdio</b>. Ha trabajado en <b>Televisión Española</b>, ha sido corresponsal en Washington, Director de informativos de <b>TV3</b> y hasta hace pocos meses el subdirector de la cadena autonómica, director del Área de Relaciones Institucionales, Marketing y Comunicación, y conductor del espacio de debate “Agora”. El pasado 1 de octubre fue fichado por <b>Banc Sabadell</b> para gestionar el cargo de Comunicación Interna y Externa del banco.

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