Lluís Pinardel

Portavoz de Structura

 Nace la primera asociación catalana de productores de ladrillo.

 "Structura es un proyecto de I+D no tecnológica"

 La asociación promueve el Sistema GHAS, la construcción de fachadas ventiladas con ladrillos cara vista. 
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 Ha nacido Structura, la primera asociación catalana de empresas productoras de ladrillo, cuyos objetivos son la promoción del ladrillo caravista y del revolucionario Sistema GHAS, una innovadora técnica de construcción de fachadas ventiladas. Las empresas que forma Structura son los principales productores de cerámica pertenecientes al Gremi de Rajolers de Catalunya: Almar (Sant Cugat); Juan Campmany (Cerdanyola), Ceràmica Piera y Ceràmica Pierola (Hostalets de Pierola); Altagres (Sant Cugat); Palau Ceràmica de Alpicat (Lleida); y la empresa madrileña Geo Hidrol, que comercializa el Sistema GHAS. El portavoz de la Asociación es Lluís Pinardel, quien también dirige Cerámica Piera.

“El Sistemas GHAS es rentable económicamente y potencia la seguridad e innovación de los edificios”.
“La fachada ventilada reporta un mayor ahorro energético, favorece el aislamiento acústico y térmico; evita las humedades y simplifica el proceso de construcción”.
“Aunque parezca increíble, existe la I+D en el ladrillo. Están apareciendo en el mercado, nuevas variantes , como los llamados clinkers, cuyas características técnicas son más elevadas, son construidos con arcillas especiales y mediante procesos de cocido de densidades más altas”.
“La gente percibe arcaico este mundo. Lo noto cuando la gente visita la fábrica. Incluso profesionales del sector se sorprenden cuando ven nuestra fábrica de cerámica industrial. Estamos muy industrializados”.

 

 Structura es un proyecto de I+D no tecnológica. 

 
 
Explíquese.
 
Somos los pioneros en la promoción de la fabricación de fachadas ventiladas con materiales cerámicos: el Sistema GHAS.
 
 
¿Hasta ahora no era habitual?
 
No. Había fachada con piedra, vidrio y metal, pero no con ladrillo cara vista
 
 
¿Qué ventajas aporta?
 
Muchas más que sus competidores. Es rentable económicamente y potencia la seguridad e innovación de los edificios. Su aplicación reporta un mayor ahorro energético, favorece el aislamiento acústico y térmico; evita las humedades y simplifica el proceso de construcción. 
 
 
Más.
 
Aporta solidez a los edificios: la fachada ventilada crece desde la tierra, mientras que con las otras esto es imposible porque las partes inferiores son frágiles.
 
 
¿No tiene inconvenientes?
 
Existe un inconveniente relativo, que es que se necesita mano de obra que maneje elementos húmedos. Vamos, se realiza con mortero. Mientras que las demás se montan como un meccano, con llave inglesa.
 
 
¿Los desorbitados precios de los pisos influyen sobre el precio del ladrillo?
 
Los precios de los ladrillos suben y bajan en relación a la demanda existente. Ahora hay mucha demanda de ladrillos, porque se está construyendo mucho. Esta demanda ha provocado una leve subida del precio del ladrillo. Pero lo cierto es que, cada vez hay más oferta ladrillera… 
 
 
¿Cuál es el mayor competidor del ladrillo?
 
El pladur, sobre todo a nivel de tabiquería. El hormigón lo es en pavimentos; y por otra parte, elementos como los metales se han impuesto en los últimos tiempos. El metal y el cristal se utilizan en la edificación de oficinas, pero en construcción de viviendas, el ladrillo sigue siendo el rey.
 
 
¿El ladrillo evoluciona? 
 
Sí, aunque parezca increíble, existe la I+D en el ladrillo. Están apareciendo en el mercado, nuevas variantes del ladrillo, como los llamados clinkers, cuyas características técnicas son más elevadas, son construidos con arcillas especiales y mediante procesos de cocido de densidades más altas. También se están haciendo ladrillos de colores. 
 
 
¿Qué tiene el ladrillo que no tengan las demás tecnologías constructivas?
 
Durabilidad. Si miramos los grandes monumentos de la historia como las Antiguas Pirámides Egipcias, las ruina de Pompeya o la Gran Muralla China, comprobamos la firmeza del ladrillo como materia constructiva. Todas ellas fueron edificadas con ladrillo, y todas ellas siguen en pie.
 
 
Hablemos de usted, lleva 20 años en Cerámica Piera…
 
Y en la dirección, ocho años.
 
 
Usted que iba para ingeniero técnico, ¿le costó acoplarse al mundo de la cerámica?
 
Para nada. Me gustaba el mundo de la dirección industrial, desde el principio me magnetizó. 
 
 
¿Cree que existe una visión equivocada acerca del mundo de la cerámica?
 
Sí, existe un desconocimiento general. La gente percibe arcaico este mundo. Lo noto cuando la gente visita la fábrica. Incluso profesionales del sector se sorprenden cuando ven nuestra fábrica de cerámica industrial. Estamos muy industrializados. 
 
 
¿Se invierte mucho en I+D?
 
Sobre todo se ha invertido en tecnología. Ha habido un cambio en los últimos años. Y, cuanto más automatizada está una empresa, mayor será su próxima inversión en I+D. Es un crecimiento exponencial. En nuestro caso, es así.
 
 
¿Cómo es un día a día al frente de su cargo?
 
No son todos iguales… Tengo varias obligaciones: despacho con los comandos intermedios, gestiono las cuestiones financieras, atiendo las materias relativas a la comunicación… E intento estar siempre a la última: conocer los nuevos sistemas constructivos del mercado para poder adecuarnos a ellos. Pero lo que más disfruto, es toda la actividad que concierne a la fabricación y a la producción de nuevos productos.
 
 
¿Qué tipo de líder se considera?
 
Es difícil hablar de uno mismo… Quizá, el rasgo que mejor me define es que siempre me gusta, e intento, formar un equipo compacto y compenetrado. La clave de toda buena organización, se basa siempre en la fuerza del equipo. En este sentido, busco la democracia en las decisiones, y nunca dejar de generar nuevas ilusiones. 
 

 

 Lluís Pinardel estudió Ingeniería Técnica Industrial pero trabaja en el sector de la cerámica desde 1987. Su suegro, socio de la empresa Cerámica Piera, le ofreció incorporarse. Comenzó como jefe de producción, y tiempo después, cuando la empresa creció, asumió la dirección. El catalán, de 41 años, se confiesa un enamorado de su trabajo, sobre todo de la vertiente más industria. Está casado y tiene dos hijos. Le gusta navegar y se confiesa un amante del motor y practica el tenis, pero confiesa que le resulta complicado conciliar su vida profesional con la personal.

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