Montse Guals

Directora de ¿Qué me pongo?

 Somos lo que ven.

 "Cambiando el color de la corbata, o incluso el nudo, puedes reforzar tu identidad y tu mensaje" 

 ¿Qué me pongo? extiende su servicio de asesoría de imagen personal y profesional por toda España, a través de franquicias.
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 La imagen que proyectamos es lo más importante que tenemos para reafirmar nuestra personalidad. Nuestro modo de vestir, hablar y gesticular, dice mucho de nosotros, y con demasiada frecuencia no somos conscientes de ello. ¿Qué me pongo? es una empresa de servicios especializada en estilismo que se dedica a mejorar la imagen personal con propuestas personales a medida de cada cliente. Se ocupan de todo, incluso de aquello que nosotros no podemos hacer por falta de tiempo, como ir de shopping. No dictan que vestir, sino que exprimen lo mejor de cada persona para que su presencia y saber estar -sinónimos de credibilidad-, sean impecables. Elisabet Olivé y Montse Guals son las directoras de ¿Qué me pongo?, empresa que cuenta con cinco oficinas franquiciadas en Barcelona, Madrid, Sevilla, Málaga y Bilbao. Próximamente abrirán en Valencia y Palma de Mallorca. 

“Conocer aquello que queremos proyectar resulta muy enriquecedor, porque en el fondo, sirve para conocernos más a nosotros mismos”
“Proporcionamos las directrices para que el cliente pueda conseguir transmitir aquello que desea. A veces, con sólo cambiar el color de la corbata, o incluso el nudo, puedes reforzar tu identidad y tu mensaje”
“Queremos que aquello que resulta de la primera impresión sea lo que quiera proyectar nuestro cliente. Intentamos sacar a relucir aquello en lo que pueda destacar más”
“Vestimos encima de un cuerpo. Y este cuerpo habla, gesticula, expresa muchas cosas y se encuentra en un entorno laboral que tiene que ser coherente”

 

 Parece imposible que nunca nadie haya pensado en montar una empresa como la suya.

 
Elisabet y yo, en nuestros viajes, comprobamos que había iniciativas empresariales de este tipo, pero en España no. Hay marcas que prefieren potenciar la imagen o la belleza, nosotras lo hacemos todo: asesoramiento en el estilismo del vestir, del maquillaje, del cabello, de protocolo… También analizamos el guardarropa del cliente, ofrecemos tests de color e incluso la posibilidad de preseleccionar sus compras.
 
 
Entonces ¿dictan moda? 
 
No, no. No se trata de moda. Los clientes confían en nosotras y saben que escogeremos lo mejor para ellos. Trabajamos con un presupuesto predeterminado y a partir de éste, y con las preferencias del cliente, le asesoramos sobre qué vestimenta, complemento o estilismo va acorde con su personalidad y reafima la identidad que quiere transmitir. 
 
 
¿Cuán importantes son las primeras impresiones?
 
Mucho. Cuando conoces a alguien tienes treinta segundos para vender tu imagen, tu personalidad. El modo de vestir, peinado, zapatos, gesticulación… serán lo primero en lo que se fijará la otra persona. Luego, el trato y la conversación, podrán cambiar esta actitud y con el tiempo podremos oír expresiones como: “cuando te conocí pensaba que eras muy serio y me he dado cuenta de que no”. Queremos que aquello que resulta de la primera impresión sea lo que quiera proyectar nuestro cliente.
 
 
¿No sólo se ocupan del vestido, pues? 
 
Vestimos encima de un cuerpo, y este cuerpo habla, gesticula, expresa muchas cosas y se encuentra en un entorno laboral que tiene que ser coherente. Así que vendemos también un saber estar, un protocolo para adquirir más conocimientos sobre habilidades sociales. También organizamos seminarios personalizados.
 
 
¿Cuáles son sus procesos de trabajo?
 
Primero, valoramos a la persona y le informamos como la ven los demás. Este primer estudio lo llevamos a cabo a partir de una entrevista en las que evaluamos su personalidad, su capacidad de relación y cómo es su entorno social. Hacemos fotografías para valorar proporciones, y con todos estos datos, le entregamos un dossier en el que le informamos que es lo que transmite con su palabra y con sus gestos.
 
 
¿Y luego?
 
Proporcionamos las directrices para que el cliente pueda conseguir transmitir aquello que desea. A veces, con sólo cambiar el color de la corbata, o incluso el nudo, puedes reforzar tu identidad y tu mensaje. 
 
 
¿Qué proporción hay de hombres y mujeres clientes?  
 
Aproximadamente el 60% de nuestros clientes son mujeres, aunque cada vez acuden más hombres. Las nuevas tendencias han provocado que la buena imagen no sea patrimonio exclusivo de las féminas. Y por lo que se refiere a la franja de edad, la media oscila entre los 35 y 55 años. 
 
 
Veamos un ejemplo práctico. Tengo una presentación ante un gran auditorio, ¿qué me recomendarían?
 
Primero de todo le preguntaríamos si su pretensión es vender un producto, una idea o venderse a si mismo. También le preguntaríamos qué perfil de personas ocupará ese auditorio, incluso las características del recinto. Hay muchas variables y no existe sólo el tópico de que hay que ir con americana, corbata y orar con seguridad.
 
 
¿No puede haber alguien que piense que se trata de proyectar una imagen que realmente no se tiene, o no se siente? 
 
Aunque la gente cree que no, cualquiera necesita un profesional de la imagen que pueda aconsejarle y aportarle un punto de vista objetivo sobre aquello que quiere transmitir. Tener conciencia de lo que queremos proyectar resulta muy enriquecedor, porque en el fondo, sirve para conocernos más a nosotros mismos.

 

 Montse Guals, diseñadora, y Elisabet Olivé, estilista, se conocen desde hace años. Las dos provienen del mundo de la moda y han trabajado prácticamente en todos los campos relacionados con el diseño y el estilismo. Hace diez años, decidieron unir sus fuerzas e ir un poco más allá. Así fue como fundaron, en el 2000, ¿Qué me pongo?, una empresa cuya finalidad es asesorar sobre la imagen personal y que proporciona todo lo que necesita una persona, y no sólo en su entorno laboral. 

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