Reflexiones de un emprendedor en paralelo

0
476

Los emprendedores se mueven por una pasión y están dispuestos a hacer sacrificios por esa pasión. Si el objetivo es el dinero, la cosa no irá bien. 
 
Cuando se disfruta de verdad, es cuando sucede lo que esperas y conforme lo vas logrando, vas aprendiendo, vas sabiendo cómo sortear los problemas”. Son palabras de Magnus Melander, director gerente y fundador de B3 Connect Computer, en la sesión del Programa de Continuidad “Parallel Entrepreneurship: A Firsthand Account” (emprendimiento en paralelo: experiencia de primera mano), celebrada el 26 de febrero en el campus del IESE en Barcelona. La sesión, organizada por la Alumni Association del IESE, formó parte del Ciclo Iniciativa Emprendedora y estuvo moderada por Anindya Ghosh, profesor del IESE.
 
Melander se autodefine como empresario en paralelo, no como empresario en serie, porque lo que a él le gusta es participar en muchos proyectos al mismo tiempo. En estos momentos lleva su empresa, que según él está entre una consultoría y una incubadora; es miembro del consejo de una operadora de redes, y entrena a un equipo de fútbol femenino. Ha trabajado para empresas como IBM y Apple, pero en el 2000, cuando le ascendieron a un puesto importante, él tenía la sensación de que ya no se lo pasaba bien, por lo que empezó a crear algunas empresas.
 
Según Melander, el factor temporal es crucial porque “imaginar lo que sucederá no es difícil, lo verdaderamente difícil es saber cuándo ocurrirá; y si pierdes el tren, cierra la empresa, porque ya es demasiado tarde”. En su charla afirmó, asimismo, que Internet ha cambiado más el mundo que la propia electricidad: “Lo ha cambiado todo, también en términos de eficiencia”. Además, la tecnología cada vez se trata más como un producto, por lo que Melander predice que los gobiernos lo aprovecharán para recuperar la producción y crear trabajo, dejando de lado la deslocalización.
 
Otra de las ideas apuntadas durante la sesión es que en este nuevo mundo, lo que percibimos es lo que vemos como real. Eso significa que la confianza tiene más peso que nunca en los negocios. Si no se puede ser el más barato, hay que ser el primero o el mejor. "Y hay que mantener un pulso con el mercado desde el principio, no esperar a que el producto esté perfeccionado para salir al mercado", asegura Melender.
 
El emprendedor sueco apuntaba también que “la gente no se gasta dinero en cosas que no va a usar”, lo cual significa que los productos se acaban convirtiendo en servicios y, por ello, deben ser flexibles, capaces de evolucionar, no hay que descartarlos por norma y sustituirlos por modelos nuevos. En este sentido puso el ejemplo de Rolls-Royce, que aplica una política de servicio con sus motores de avión, ofreciendo diferentes servicios según el uso de las compañías aéreas.
 

FER UN COMENTARI

Introduïu el vostre comentari.
Introduïu el vostre nom aquí

Feedback se reserva el derecho de revisar los comentarios y despublicar en caso de no ser apropiados.