¿Qué preocupa a los empresarios?

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Suena extraño, en boca de gente que se dedica, en teoría, al mundo de la empresa, decir que las incertidumbres no son buenas para la economía. Suena curioso, ya que, precisamente, si en el mundo empresarial destaca algo, es esa dosis de temeridad que, casi siempre, distingue a un emprendedor de quien no lo es.

Suena rancio. Por eso, estos últimos días, se están escuchando las voces de algunos que pretenden hablar en nombre de los empresarios, esas personas que, sí o sí, son los encargados de arriesgarse en momentos de cruce de caminos, y esas voces, con la boca pequeña, tratan de enviar un mensaje de temor, de miedo, cuando lo que hay que hacer es apoyar las decisiones, que al final, tomará la mayoría.
 
Entiendo mejor a un empresario que, a título personal, diga que no cree en cambiar ningún “statu quo”. Eso es aceptable, tanto como oir a otro abrazar la idea de darle la vuelta al calcetín. Pero no me parece correcto arrogarse la representación de todos aquellos que, en su momento, decidieron pagar la cuota en una patronal, en una asociación o una Cámara de comercio…
 
La economía se ha convertido en una parte importante del motor que mueve, hoy, las decisiones que se toman en el mundo de la política. Mueve las relaciones entre bloques, entre países, entre regiones, entre la gente, y ha devenido un argumento, por sí sola. Pero cuidado, que, los realmente importantes en todo esto son aquellos que realmente acaban creando la riqueza.
 
Con una de cuatro personas en estado de trabajar, parada, a los empresarios de este país lo que les preocupa no son las incertidumbres políticas, sino que, de verdad, se les eche una mano en la agilización de los trámites, se les acompañe, para incrementar su penetración en nuevos mercados, y que aquellos que hacen las cosas bien, de forma honesta, vean su esfuerzo recompensado.
 

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