Mireia Las Heras

Profesora de IESE

Integración total

“Lo importante no es lo que dice el directivo, sino lo que hace”

Mireia Las Heras recomienda coherencia a quienes ejercen el liderazgo empresarial
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Hoy visitamos el Campus Nord de IESE, la prestigiosa escuela de negocios. En el Departamento de Trabajo y Familia encontramos a la profesora Mireia Las Heras, experta internacional en la integración de la vida laboral con la familiar de las personas en la empresa.

Su formación de base es la de una ingeniera industrial. ¿Cómo llegó a dedicarse a investigar sobre organizaciones y liderazgo de personas?

Al igual que muchas otras personas, elegí estudiar la Ingeniería Industrial a una edad en la que no conocía mucho del mundo profesional, ni de mí misma. Solo sabía que me gustaban las matemáticas, la física y el dibujo técnico. Ya dentro de los estudios, cursé el itinerario de Organización Industrial, muy vinculado a la empresa. Y fue ahí donde tuve mi primer contacto con IESE.

Al poco de graduarme, y ya con alguna experiencia, vine a IESE a estudiar un MBA. Fue un gran descubrimiento, porque me ayudó a entender cómo los distintos departamentos, funciones, sectores y países podían coordinarse y trabajar conjuntamente. Una se da cuenta de que no puede estudiar un elemento sin tener en cuenta los demás. Me resultó apasionante.

Elegí estudiar la Ingeniería Industrial a una edad en la que no conocía mucho del mundo profesional

Y más tarde se doctoró.

En efecto. Entré en contacto con distintas áreas de la empresa y de la investigación y tuve la posibilidad de estudiar un doctorado para dedicarme al área académica. Era algo que no me había planteado de manera explícita, a pesar de que en mi familia hay muchas personas docentes. Me pareció algo atractivo.

Me doctoré en la Boston University, de Estados Unidos. Lo hice en el área de Dirección de Personas y, más específicamente, en el estudio del desarrollo de las trayectorias profesionales. En aquella época, junto a Tim Hall, un gran referente para mí, me puse en contacto con investigaciones que analizaban el avance profesional de las personas en relación con su desarrollo en familia.

Hoy a eso le llaman “conciliación”.

Yo prefiero hablar de “integración”. Estudiábamos cómo los profesionales integraban ambas cosas y de cómo las decisiones en la trayectoria profesional nunca están desligadas de otros elementos vitales como el matrimonio, el cuidado de los hijos y los padres, los problemas de la salud…

Recuerdo cuando trabajé en un artículo titulado “éxito profesional y depresión personal”. Quedó claro que una cosa va vinculada a la otra. A veces, el éxito en el trabajo está correlacionado con dificultades personales, en tanto que no se cuidan otros elementos importantes para la vida.

A veces, el éxito en el trabajo está correlacionado con dificultades personales, en tanto que no se cuidan otros elementos importantes

El estrés, es lo que tiene.

Aquello marcó mi línea de trabajo posterior: liderazgo, comportamientos de los líderes que ayudan o que dificultan la integración… Lo importante en la vida no es tanto resolver problemas, sino generar riqueza entre las distintas esferas vitales.

Y de ello pasé a trabajar con líderes, empresas e instituciones públicas para fomentar que puedan trabajar de un modo mejor para los empleados, pero también para la sociedad. Una sociedad con personas empleadas fuertes, sanas y satisfechas, también es una sociedad más robusta. Y, claro, todo hace que a las empresas les resulte rentable. Si desaparecen, es un gran problema para todos.

Lo importante en la vida no es tanto resolver problemas, sino generar riqueza entre las distintas esferas vitales

En los últimos años han salido nombres como los Zuckerberg, los Musk, los Bezos… Parecen el reflejo mismo del triunfo. Los modelos a seguir. Pero no son muy empáticos, que digamos.

Totalmente de acuerdo. Pienso que el poder, el éxito y el dinero nos atraen a todos, porque las solemos considerar cosas buenas. Y estas personas que usted menciona nos resultan atractivas porque, casi de la nada, han logrado crear imperios. También encarnan bien el sueño americano del self made man.

Pero esto nunca es cierto, y es un error creerlo. Pienso que esas imágenes hacen daño. Algo que me llama la atención de Elon Musk es que cada vez que habla sobre algo, la gente le cree como si hubiera dicho algo paradigmático o incuestionable. Pero es una persona de la que sabemos que dice una cosa y la contraria en la misma frase.

Elon Musk es una persona de la que sabemos que dice una cosa y la contraria en la misma frase

Bastante cierto.

Por un lado nos dice que la inteligencia artificial va a provocar que el mundo prácticamente desaparezca y, por otra, invierte billones en empresas que la desarrollen. Una persona con este grado de incoherencia deberíamos tomárnosla como un grano de sal. Por lo menos, ponerla en cuestión.

Creo que estos comportamientos son el “contraparadigma” de liderazgo que necesita esta sociedad. Queremos a líderes que tengan en cuenta las consecuencias de todas sus acciones: en lo económico, lo social y lo ambiental. Tenemos que crear riqueza, sí. Pero ayudando también a las sociedades y países que lo necesitan, evitando la violencia, regenerando el medio ambiente… Hay que huir un poco de esas estrellas de la pantalla.

Queremos a líderes que tengan en cuenta las consecuencias de todas sus acciones: en lo económico, lo social y lo ambiental

Usted que tiene a centenares de alumnos cada año, ¿es capaz de detectar a los mejores líderes a la primera?

Creo que no hay una forma de ver la capacidad de liderazgo a la primera. Más bien creo que una persona que vaya a tener un impacto positivo en una empresa debe poseer, en primer lugar, ciertas competencias técnicas. La actitud importa, ciertamente, pero tiene que ir de la mano de unos conocimientos específicos en aquello que estés haciendo.

Por otra parte, la capacidad de ponerse en el lugar del otro también es muy importante. Es una de las competencias blandas más interesantes…

La empatía.

Sí. Saber cómo la gente de tu entorno va a recibir y encajar tal o cual decisión, y cómo afectará a sus vidas, sueños y relaciones.

Igualmente está la capacidad de respeto por uno mismo, la autoestima… Ni los éxitos tienen que hacerle sentir a uno el rey del mundo, ni los fracasos deben dejarle en la miseria. Al final, se trata de una suma de competencias que también se desarrollan con el tiempo.

Ni los éxitos tienen que hacerle sentir a uno el rey del mundo, ni los fracasos deben dejarle en la miseria

¿Cree que los valores morales y éticos en la empresa están de capa caída?

Hoy se dice mucho que la Generación-Z quiere tener un impacto en su entorno. Pero, fíjese: el significado de ese impacto es distinto al que las personas de mi generación podemos esperar. Para mí, un impacto sería “mejorar las condiciones sanitarias de las personas desfavorecidas”. Pero para personas más jóvenes podría ser: “tener menos plásticos en las playas, o tener más zonas verdes para que los perros puedan pasear por las ciudades”. El sentido que le dábamos a los valores clásicos ha cambiado.

Ciertamente, es importante tener en cuenta los plásticos que tiramos al mar, porque es un bien común que tenemos que preservar entre todos. Pero a lo mejor estas generaciones les cuesta más priorizar los valores. Primero, las personas. Luego, los animales. Luego, el resto de la naturaleza…

¿Por qué?

Porque les parece que estos valores están impuestos y creen que no son reales. Pero si no cuidamos primero de las personas, es imposible que todo lo demás vaya bien.

Es el tan denostado sentido común, que sigue siendo muy importante.

En una empresa, ¿cómo debería anunciar un ERE un buen líder?

Pues más que lo que se dice o se anuncia, el tema es lo que se hace. Para mí, la pandemia fue un ejemplo claro de tener que apretarnos el cinturón y ponernos tirantes. Y entonces los líderes tuvieron que pedir sacrificios. Pero: ¿comienzas tú, como líder, a hacerlos? ¿Te bajas el sueldo tú mismo? ¿Trabajas tú de manera extraordinaria, antes de pedírselo a los demás?

El gran tema es ese: qué haces. Para que la gente vea cómo vas tú por delante de los demás. Pero a veces, lo hacen mal. He visto ejemplos recientes de líderes que han pedido sacrificios a sus empleados mientras ellos cobraban bonos exorbitantes, de millones de dólares. Y eso es, claramente, lo que la gente no está dispuesta a seguir.

He visto ejemplos recientes de líderes que han pedido sacrificios a sus empleados mientras ellos cobraban bonos exorbitantes, de millones de dólares

¿En qué momento se encuentra el denominado techo de cristal para el empleo femenino? ¿A punto de romperse?

Creo que el problema ahora es salvaguardar la feminidad. Hablar de mujeres es algo casi problemático… Porque, ¿qué es una mujer actualmente? ¿Se nace mujer? ¿Te haces mujer? Es un tema que está en discusión.

¿Y cuál es su punto de vista?

Creo que se nace mujer y que después cada cual toma las opciones que quiere, porque la libertad tiene que existir. Pero quiero que las mujeres podamos desarrollarnos sin tener que renunciar a la maternidad o al cuidado de forma compartida.

También se habla de reducir la jornada laboral a cuatro días. ¿Vamos camino de ello?

Ojalá. Pero creo que es importante rebobinar un poco y pensar por qué trabajamos cinco días de la semana y no seis. En el Génesis se dice que Dios trabajó seis días y descansó el séptimo. Mis padres trabajaban también seis. Pero hay agricultores que sé que trabajan siete y no tienen vacaciones.

Así que al final tenemos distintas hipótesis. La más aceptada es que durante la Revolución Industrial se hizo algún experimento en el que se vio qué cantidad de horas de trabajo producían rendimientos crecientes, antes de pasar a los decrecientes. Se vio, seguramente, que si la gente no descansaba dos días y trabajaba más de ocho horas diarias, en lugar de producir más, producían menos.

Eso era hace más de cien años.

En efecto. Y ahora trabajamos bajo unas condiciones distintas. La mayoría de los empleos ya no son tan extenuantes físicamente. El otro día me decían que los estibadores de puerto se asemejan más a los informáticos que a cualquier otra cosa: se pasan el día delante de una máquina asegurándose de que los procesos se dan correctamente. Ya no van a peso ni les caen las cosas encima, gracias a Dios.

Así que ahora deberíamos reevaluar por qué 40 horas semanales. Yo voy mucho a Latinoamérica y en muchos países siguen trabajando 45. Y en Francia, 35. Por lo tanto, lo de las 40 es una convención, un acuerdo social.

Creo que si fuéramos más productivos, podríamos trabajar menos horas para lograr lo mismo y disfrutar mejor de otras situaciones a lo largo del día: cuidarnos físicamente, relacionarnos más, cultivarnos… Pero España está a la cola de la productividad europea.

Si fuéramos más productivos, podríamos trabajar menos horas para lograr lo mismo y disfrutar mejor de otras situaciones a lo largo del día

Ingeniera industrial especializada en Organización, Mireia Las Heras completó sus estudios con un MBA en IESE y con un Doctorado en la Boston University School en Management. Se incorporó a IESE como profesora y, desde 2019, es la directora del Centro Internacional Trabajo y Familia (ICWF). Autora de numerosas investigaciones y artículos académicos, así como coeditora de libros de investigación, es especialista en liderazgo, teletrabajo, motivación y estados emocionales de las personas en el ámbito laboral. Su punto fuerte es el de la integración entre el trabajo y la familia.

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