Foto: Shutterstock/Baranq

Encontrar problemas es tan importante como solucionarlos en la era de la IA

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  • La conversación mundial en torno a la inteligencia artificial (IA) ha pasado rápidamente del optimismo al pesimismo.
  • Pero ese temor está fuera de lugar: las herramientas de IA siempre requerirán que los humanos las desarrollen y las dirijan hacia donde sean más útiles.
  • La habilidad humana más esencial va a pasar de la resolución de problemas a la identificación de problemas, lo que exige diversidad cognitiva.

El debate mundial sobre la inteligencia artificial (IA) ha cerrado el círculo. Ha pasado de la curiosidad generalizada (“¿qué puede hacer la IA?”) al optimismo sin límites (“la IA salvará el mundo”) y al pesimismo generalizado (“la IA destruirá el mundo”).

No cabe duda de que la IA plantea una serie de graves cuestiones políticas que apenas estamos empezando a comprender. Pero el tenor del debate actual es excesivamente escéptico. La IA eliminará algunos de los puestos de trabajo actuales; lo sabemos porque todos los grandes avances tecnológicos lo han hecho. Pero también sabemos que la IA creará muchos más puestos de trabajo nuevos y potencialmente con salarios más altos.

En lugar de asfixiar a los seres humanos, esta tecnología nos permitirá ampliar nuestros conocimientos, habilidades y productividad mucho más allá de lo que la mayoría de nosotros creíamos posible.

Los empleados y las empresas que prosperarán en esta nueva era serán los que adopten la tecnología y acepten la disrupción inevitable, en lugar de los que se opongan a ella por reflejo. Esto requerirá un profundo cambio de mentalidad, con pocos precedentes en anteriores oleadas tecnológicas.

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Encontrar problemas: la nueva habilidad clave

La habilidad humana más esencial va a pasar de la resolución de problemas a la búsqueda de problemas.

Esto contrasta con el funcionamiento de los lugares de trabajo desde la Revolución Industrial. Durante décadas, se ha hecho hincapié en resolver un problema obvio y encontrar una solución poco evidente. Pero la IA -combinada con el ingenio humano- tiene un poder de resolución de problemas sin precedentes, tanto que puede liberar a los humanos para que dediquen más tiempo a actividades creativas. El verdadero reto de la aplicación productiva de la IA va a ser el descubrimiento de “casos de uso”: identificar problemas urgentes interdisciplinares que se adapten mejor a la tecnología de IA.

Un buen ejemplo de aplicación sorprendente de la IA es el aumento de la productividad de la cría de salmón, un paso crucial para promover la acuicultura sostenible. Los piscicultores utilizan ahora la IA y herramientas de percepción artificial (que pueden captar y procesar información sensorial) para automatizar el tiempo de alimentación en función de los niveles de hambre de los peces. Esto reduce el desperdicio de alimento, eliminando una importante fuente de emisiones de carbono, al tiempo que mejora las métricas de crecimiento del salmón.

Una reciente colaboración entre Tidal AI (un proyecto dentro de X, la Moonshot Factory de Alphabet) y Cognizant se basará en el éxito inicial y se ampliará a otros sectores de lo que se conoce como economía azul, incluido el transporte marítimo. Las empresas ya pueden utilizar modelos de aprendizaje automático para analizar los sistemas microclimáticos, las velocidades actuales y el tráfico de datos portuarios con el fin de optimizar la ruta marítima y los tiempos de llegada a puerto para un menor consumo de combustible.

Por qué la diversidad es importante para la resolución de problemas

La búsqueda de problemas, a diferencia de la resolución de problemas, va a exigir diversidad cognitiva. Para navegar con éxito por este panorama, las empresas necesitarán una mano de obra más diversificada, que comprenda el comportamiento humano (sociología, psicología, antropología), pueda crear y optimizar diferentes procesos (pensamiento de diseño, Six Sigma, conocimientos específicos del sector) y capte al público intelectual y emocionalmente a través de la narración y el diseño. Los graduados en ciencias humanas desempeñarán un papel tan importante como los graduados en ciencias exactas y STEM. Ayudarán a humanizar la IA y a dotarla de un juicio más matizado.

Ante un mundo cada vez más complejo e impredecible, las organizaciones deben adoptar el mantra de que “las grandes mentes piensan diferente, no igual”. Las culturas homogéneas tienden a sofocar la diversidad cognitiva debido a la presión por conformarse. No podemos abordar los problemas del siglo XXI únicamente mediante el análisis descendente y la aplicación de big data. Necesitamos personas capaces de hacer grandes preguntas, imaginar las tendencias, pensar fuera de la corriente dominante, entender el contexto, decirnos no sólo lo que está pasando sino por qué está pasando, mirar el mundo a través de los ojos de sus clientes. Por eso la diversidad cognitiva es tan importante para mantener la relevancia de una empresa para sus clientes y empleados.

La prevalencia de fundadores, investigadores y líderes inmigrantes en el sector de la IA estadounidense es un testimonio de la importancia de las diferentes perspectivas y orígenes para garantizar que el país mantenga su posición de liderazgo a medida que crece el sector. Según un estudio reciente, 28 de las 43 (65%) principales empresas de IA de EE. UU. fueron fundadas o cofundadas por inmigrantes.

Está claro que aunque la IA generativa avance hacia capacidades similares a las humanas, no hay perspectivas a corto plazo de que sustituya al trabajo humano. La imaginación y el ingenio humanos serán indefinidamente la fuente del trabajo humano. Las personas seguirán siendo esenciales para resolver las cuestiones políticas vitales que plantea la IA.

Fuente: World Economic Forum

Autor: Ravi Kumar S.

Chief Executive Officer, Cognizant


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