Se habla mucho de la accesibilidad para minusvalidos, como si este colectivo fuese el único destinatario de las mejoras de accesibilidad, pero lo cierto es que hay millones de personas que tambien tienen sus mismas necesidades. Por ejemplo, los 1,4 millones de turistas que entre enero y abril del 2005 visitaron Barcelona, se encontraron que para tomar un tren en Paseo de Gracia, tenían (y tienen) que cargar en brazos con sus pesadas maletas con ruedas, salvando las decenas de escaleras y obstáculos de la estación. Por otra parte, los padres transportadores de carritos deben lidiar con escaleras sin rampas en la mayoria de locales y transportes públicos, buscar pasos alternativos en las aceras estrechas y las ocupadas por coches y contenedores…
Por el lado contrario, capitales como Sidney o Tokio están muy avanzadas en el tema de la accesibilidad. En esta última ciudad, cualquier turista puede ir desde el aeropuerto de Narita y plantarse en el Teatro Imperial (en el mismo centro de Tokio, a 70Km de Narita) sin levantar prácticamente su maleta del suelo. Pero el mejor sitio de todos y del que habría que tomar ejemplo es Brisbane (Australia). Una ciudad diseñada para que cochecitos, turistas y minusválidos no tengan ni un sólo problema. Todos los edificios, aceras, transportes públicos, parques y tiendas, están completamente adaptados con sus correspondientes rampas y/o ascensores. Sus zonas verdes oxigenan la ciudad y los niños pueden jugar tranquilos, las aceras son amplías, los “carriles-bici” son seguros y están perfectamente señalizados, y en general, la población tiene una conciencia activa para que la accesibilidad urbana sea una práctica más que una teoria. En definitiva, un buen diseño urbano es un bien común, no un capricho de cuatro gatos. Los ciudadanos tendríamos que tomar más conciencia de ello para que los políticos fomenten políticas urbanísticas que aseguren una mejor accesibilidad para todos.NULL
