Este año, en Barcelona, todos los forof@s del cine de animación hemos estado de enhorabuena. Entre el mes de enero y el de mayo, en el CaixaForum, hemos podido disfrutar de una magnífica exposición sobre los 25 años de la compañía Pixar. Y no hace ni quince días, en el marco del festival “b’Ars”, representantes de ésta y de otras ilustres como Disney o ILM, acudieron a conferenciar a la ciudad condal.
Admirados por historias tan maravillosas y personajes tan redondos como los de “Toy Story”, “Up!”, “Buscando a Nemo” o “Los Increíbles”, hoy día ya somos legión los que pensamos que las normas del relato, como hecho universal, han pasado al siguiente nivel. El dominio absoluto de las técnicas narrativas se ha convertido en un activo esencial para una industria que mueve miles de millones cada año.
Pues he aquí que a una de las guionistas de Pixar se le ocurrió hace un par de años escribir veintidós tuits con otras tantas frases que, leídas una tras otra, ofrecían un compendio único de cómo deben escribirse las historias para que funcionen la mar de bien.
Emma Coats, que así se llama la tuitera, no fue despedida por revelar los secretos de su compañía. Es más, según sabemos, sigue trabajando con ellos y la veneran en todo el mundo porque ha ayudado a aumentar la fama de quienes le pagan cada mes. Gogléen su nombre y verán: “Emma-Coats-Storytelling-Pixar”. Podrán encontrar las famosas frases en inglés o en diversas traducciones al español.
Se nos antoja que esas 22 reglas, además de para crear excelentes películas, podrían tener valor en el mundo empresarial. Un par de ejemplos. Allí donde se dice: “Si eres escritor, ponte primero en la piel del lector antes que en la tuya propia”, debería leerse como “Si eres una empresa, desarrolla empatía con tus clientes, trata de ver sus problemas desde su mismo punto de vista”.
Y donde dice “El público se siente más atraído por el modo en que los personajes intentan salir adelante que por los éxitos que logran”, podríamos entender que al mercado le seduce más el “cómo” que el “qué” de lo que haces como empresa. Más que decirle que has conseguido muchos beneficios, a la sociedad le interesa saber de qué manera los has obtenido.
Todas esas reglas del Storytelling, entendidas en clave corporativa, nos ofrecen una visión de la empresa consagrada a crear productos y servicios que proporcionen bienestar a la gente. Que se basa en principios y valores éticos y, que genera valor y relaciones saludables para todos sus grupos de interés, desde los empleados hasta los accionistas.
Y esa, que es la mejor manera de ofrecer un relato corporativo comprensible, distinguible y sincero, es lo que hará que tu empresa prevalezca. Eso es el verdadero Storytelling corporativo. Contar una historia auténtica de lo que haces y que convierte al público en tus seguidores más incondicionales.
No hace mucho, los literatos estudiaban a Aristóteles y su “Retorica” y los economistas de empresa a Henry Mintzberg y a su “Proceso Estratégico”. A partir de ahora, quizás, deberán estudiar también a Wall-e y a Buzz Lightyear.
Colorín, colorado…
