Cristian Rovira

Director General de Grupo SIFU y Presidente de AIJEC

Apuesta por diversos colectivos

“Queremos que la gente joven sea emprendedora”

Cristian Rovira explica, entre otras cosas que, en los últimos años, la progresiva formación de los colectivos de personas con dismunuciones ha provocado que poco a poco no sólo se pueda normalizar la situación, sino también que se vayan complicando progresivamente las tareas que pueden realizar.
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Parece que hay gente que no sólo se preocupa de tener un trabajo propio, sino también de proporcionarlo a los otros. Cristian Rovira podría ser un buen ejemplo: es consejero delegado del Grupo SIFU, empresa que se dedica a proporcionar empleo a personas con alguna disminución. Pero también preside la Associació de Joves Empresaris de Catalunya, una entidad que pretende dar un empuje a aquellos jóvenes embarcados en la aventura de crear una empresa.

“El cambio de mentalidad de los últimos años ha supuesto que la progresiva formación de colectivos con alguna disminución no sólo puedan integrarse en el mundo laboral sino que puedan realizar tareas más complejas”

“Una empresa requiere mucho tiempo, y en nuestro modelo cultural la mujer sigue teniendo peso dentro de la familia, por lo que no tiene todo el tiempo del mundo para desarrollar según qué cosas relacionadas con su trabajo”

“Uno de los motivos por los cuales la gente no quiere montar una empresa es porque ven al padre trabajando a todas horas. Y lo que queremos transmitir es que se puede ser empresario y conciliar la vida laboral y familiar”

La suya es una iniciativa privada de un sector que parece que debería ser público. 
El sector público ya tiene teóricamente una cuota de reserva del 2% en todas sus empresas y estamentos, pero no lo cumple, y lo que hace es buscar vías para facilitar que las empresas privadas lo hagan. La cuestión es que no hay multas, así que si se hace, es más por convicción que no por obligación.

Seguro que no lideramos el ranking europeo. 
Bien, antes estábamos en la cola. Lo que nosotros hacemos es canalizar las necesidades para ayudar a buscar trabajo. Pero para ello, el cliente debe estar contento. Si no, no repite.

¿Qué ofertas tienen?
Estamos concentrados en el sector de servicios, como la limpieza o la jardinería, por ejemplo: no sólo ponemos a la persona, sino también el vestuario y los utensilios, prestando servicio a toda la estructura. Inicialmente nos centrábamos más en servicios de este tipo pero ahora también abordamos procesos más productivos. Queremos complicarnos un poco la vida (risas).  

¿Y resulta fácil?
El tema resulta ahora más fácil de tratar que hace unos años. Hasta hace unas tres décadas, la gente que tenía disminuciones se quedaba encerrada en casa sin recibir ningún tipo de educación ni formación. Y esto provocaba que tareas muy sencillas, casi elementales, no se pudieran hacer. Pero la cosa ahora es muy distinta. El cambio que ha supuesto en los últimos años, la progresiva formación de estos colectivos ha provocado que poco a poco no sólo se pueda normalizar la situación, sino también que se vayan complicando progresivamente las tareas que pueden realizar.

¿Cómo se les paga?
Con una nómina, como a todo el mundo. Las empresas pueden cumplir por ellas mismas o a través de nuestra empresa. 

A pesar de esta progresiva normalización, el camino que les queda por recorrer aún es largo. 
Así es. Porque es un producto que está muy bien visto por diferentes empresas, aunque no nos gusta que sólo nos contraten por el cumplimiento de una ley porque creo que deberíamos ser capaces de contratar a personas con determinadas disminuciones por conciencia social, y no por obligación.

Pero deberán ser competitivos, y por tanto, invertirán en formación e investigación.
Por supuesto. Invertimos mucho en formación, y de hecho tenemos aulas de formación y cualquier persona que trabaje para nosotros debe pasar por estas aulas de formación teórica y práctica.   

Usted además preside la AIJEC, Associació de Joves Empresaris de Catalunya. ¿Cómo lleva la compatibilidad?
Bien, AIJEC empezó por la convicción de que los empresarios jóvenes también necesitan apoyo, y ahora ya son más 500 los asociados. Creo que el ser emprendedor ahora está muy de moda, pero hace 25 años no estaba tan bien visto. Ahora mucha gente es socia por sentimiento, porque a pesar de la edad, continúa sintiéndose joven. 

Sin embargo, la dificultad de crear un negocio propio ha empujado muchos jóvenes a buscar una multinacional con un riesgo mínimo.   
Mire, las estadísticas dicen que el 60% de los estudiantes quieren ser funcionarios o trabajar en La Caixa y cada vez hay menos estudiantes que quieran o que les gustaría ser empresarios emprendedores. En cambio, en los Estados Unidos entre los 10 iconos de jóvenes hay 8 empresarios y 2 deportistas, mientras que en Europa hay 8 deportistas y 2 empresarios. 

Es preocupante.
A mi me preocupa la gente de 17 años que empieza a estudiar una carrera porque tiene muy poca vocación empresarial. Entendemos que aquí tenemos una cultura emprendedora: sólo hace falta ver el porcentaje de empresas que son pequeñas y medianas. Pero con el tiempo esto ha cambiado, porque no hay ambición y la gente  busca una estabilidad. Por este motivo estamos intentando luchar para cambiar esto y decir que se puede crear una empresa y que puede funcionar bien.

¿Y cómo lo hacen?
Tenemos un destacado reconocimiento social y hacemos cursos especializados para emprendedores. También organizamos comidas y encuentros con emprendedores de renombre, y en temas de networking y a nivel asociativo estamos bastante implicados con la Cambra de Comerç, Foment del Treball, o Pimec. Estamos bastante integrados en todas las estructuras empresariales.

¿Y aparte del tema vocacional, qué otro gran problema hay?
El relevo generacional. Las grandes patronales se encuentra con el problema de que hay gente que las lleva y que tiene una media de edad de 65 años elevada, y lo que es peor es que no hay nadie menor de 40 años que pueda coger el testigo. Así que deben empezar a contar con la gente joven porque sino se quedarán sin nadie de aquí 20 años.

¿Y cómo está el tema de la paridad?
Tenemos el 35% de mujeres, y creo que esta cifra está muy bien. Es más, a fecha de hoy, las empresas nuevas que se crean lo hacen más mujeres que hombres. Una empresa requiere mucho tiempo y una familia también, y en nuestro modelo cultural la mujer sigue teniendo peso dentro de la familia, por lo que no tiene todo el tiempo del mundo para desarrollar según qué cosas relacionadas con su trabajo.

Cada vez se habla más de la conciliación.
Y es algo que queremos transmitir porque uno de los motivos por los cuales la gente no quiere montar una empresa es porque ven al padre trabajando a todas horas. Y lo que queremos transmitir es que se puede ser empresario y conciliar sin demasiados problemas. 

Si un emprendedor potencial fracasa a la primera, ¿lo vuelve a intentar?
Un 80% de esa gente repite y les sale bien a la segunda porque ha aprendido de su experiencia negativa. Cuando una persona tiene un negocio y le va mal y se quiere incorporar después a la empresa ordinaria como trabajador, se valora mucho el hecho de haberlo intentado; es más, en según qué empresas lo equiparan al hecho de tener un master.

¿De veras?
Fíjese, la gente quiere a emprendedores dentro de su empresa porque fomentará, será más inquieta de lo normal, mirará, hará más propuestas. Con estas premisas, yo le diría: lánzate a la piscina y más si aún no tienes familia ni hipoteca. Las grandes fortunas americanas dicen que de media fracasan hasta 3 ó 4 veces hasta que les sale bien un negocio. Y esto es hacia donde queremos ir. 

¿Y cómo llevamos la crisis?
Hay periodos en los que se crean más empresas y hay otros en los que se crean menos. Pero, ¿hay una crisis superior a montar una empresa y no tener clientes? O ¿a empezar una empresa y pensar cómo se pagarán las nóminas del mes siguiente? A ver, con esto quiero decir que cuando se empieza un negocio se está en una crisis brutal. La crisis no debería de afectar a que la gente pueda tener ideas y quiera tirar hacia delante.

 

Cristian Rovira empezó su andadura profesional sin haber terminado la carrera. Fue a mediados de los noventa, cuando con su socio necesitaba a alguien más para tirar adelante el proyecto de SIFU. Hoy en día se ha convertido en el Grupo SIFU,  un conjunto de Centros Especiales de Empleo con más de 15 años de experiencia en la inserción social y laboral de personas con discapacidad física, psíquica o sensorial. Cuenta con una plantilla de más de 2.000 personas, un 91% del cual tiene algún tipo de discapacidad. Grupo SIFU está presente en todo el territorio español, posicionándose como uno de los Centros Especiales de Empleo más importantes de nuestro país. Y hace pocos meses ha abierto su primera oficina en Portugal.

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