Rebeca Pérez

CEO y Fundadora de Inviertis

Innovación inmobiliaria

“Me ha sorprendido lo sensibles que han sido los propietarios con sus inquilinos durante la pandemia”


Inviertis es una nueva plataforma dirigida a ayudar a los propietarios de inmuebles que desean venderlos a pesar de tener inquilinos

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Hoy, desde el Tecnocampus de Mataró, entrevistamos a la fundadora de un proyecto tan reciente como innovador: Inviertis es una plataforma digital dirigida a propietarios que buscan vender sus inmuebles con inquilinos.

Dirige una innovadora plataforma de inversión inmobiliaria. ¿Se considera usted más de tecnología o de administración de empresas?

Lo mío es la visión de negocio. Mi especialidad se encuentra en la innovación, más que en el ámbito financiero. Tuve un ordenador a los 13 años y diría que fui la primera de mi barrio en tenerlo, así que no puedo pensar en los negocios de otra manera que no sea la digital…

Tuve un ordenador a los 13 años y diría que fui la primera de mi barrio en tenerlo, así que no puedo pensar en los negocios de otra manera que no sea la digital…

Quizás sea usted una Millennial, entonces…

Bueno, algún millennial diría que soy ‘vieja’ para esto… (ríe). Quizás yo sea algo así como una antecesora. Pero mi pensamiento siempre se ha sido el de hacer todo por internet y digitalizar las cosas lo más posible.

¿Y cómo encaja en esa carrera profesional el haber estudiado Artes Escénicas? ¿La ayuda a comunicar mejor su proyecto?

Pues, ¡poca broma! Vaya por delante que quizás no soy una gran actriz. Lo curioso es que abandoné esa carrera porque no me gustaba ir a castings. Sin embargo, hoy en día, no paro de participar en ellos. Pienso que hay que tener tablas y saber estar en el escenario. Muchas veces debes actuar como la cara visible de tu compañía y debes poder presentarla sin miedo y claramente.

Abandoné las artes escénicas porque no me gustaba participar en castings

Usted es la fundadora de Inviertis, pero alguna vez mencionó que ‘se encontró’ con el proyecto. ¿Qué quiere decir?

Todos los emprendedores comienzan sus proyectos porque se encuentran con algún problema no resuelto. En mi caso, en 2004, mi marido y yo nos compramos una pequeña propiedad en el centro del pueblo. Mi suegra ya lo advirtió: era tan pequeña que cuando me quedé embarazada la familia no cabía. Así que nos tuvimos que ir a vivir a otra parte y pusimos la propiedad en alquiler.

Luego, durante el momento ‘valle’ de la crisis (2008-2012), tuvimos la posibilidad de comprarnos una vivienda, pero, sin embargo, encontramos dificultades para vender la nuestra, porque estaba habitada.

Claro, tenía un inquilino.

Eso es. Y cada vez que visitábamos una agencia inmobiliaria para decir que queríamos vender, nos preguntaban si podían visitarla, o si podríamos echar al inquilino. Y en ambos casos la respuesta era negativa.

Pues el problema está claro. ¿Encontraron la solución?

Durante aquellos mismos años yo estudiaba la carrera de Administración de Empresas y Gestión de la Innovación. Recuerdo que tuve una asignatura de Marketing y que, por razones académicas, monitoricé el mercado inmobiliario. Descubrí una empresa de Estados Unidos que trabajaba con propiedades habitadas por inquilinos y pensé que era un nicho interesante. Mi primera tarea fue hacer un estudio de mercado en España.

Descubrí una empresa de Estados Unidos que trabajaba con propiedades habitadas por inquilinos y pensé que era un nicho interesante. Mi primera tarea fue hacer un estudio de mercado en España

¿Qué averiguó?

Que aquí no existía nada parecido. En cambio, descubrí que sí que había personas como nosotros que querían vender sus propiedades pero que no podían, porque estaban habitadas.

También vi que un proyecto así podía interesar a muchos inversores que buscan comprar propiedades para ponerlas en alquiler. De hecho, yo ya conocía a algunos. E incluso podría interesar a los propios inquilinos. Imagínese que le digo a mi inquilino que, como quiero vender la propiedad, se tiene que marchar… Sin comerlo ni beberlo se encontrarían ante un problema. En cambio, ahora podíamos poner en contacto a inversores con inquilinos y hacer que llegaran a un acuerdo beneficiosos para todos. El proyecto fue, de hecho, mi trabajo final de carrera.

¿Cuánto tiempo llevan operando?

Nacimos en un entorno universitario. Así que la idea tiene ya unos tres o cuatro años de existencia. Pero ha sido en este último en que hemos comenzado a operar.

Y, hasta ahora, ¿han cumplido con el plan de negocio?

Lo hemos superado. Somos una startup humilde y trabajamos mucho con lo que tenemos. No hemos nacido con el apoyo de un fondo de inversión, sino que nos hemos levantado con dinero y facturación propios. Constituimos la sociedad limitada un 13 de enero y el 20 de enero ya cerrábamos nuestra primera operación. Ahora comenzamos a necesitar inyectarle un poco más de energía…

¿Prevén una ronda de inversión pronto?

En este preciso momento nos encontramos en nuestra primera ronda. La iniciamos justo antes del comienzo de la pandemia, dado que teníamos a unos inversores interesados. Lógicamente tuvimos que paralizarla. Pero en estos meses hemos avanzado bien, hemos cerrado acuerdos y estamos contentos. Ahora planteamos reabrirla en septiembre.

¿Cuántas personas trabajan en Inviertis? ¿Con qué perfiles profesionales cuenta la startup?

Pues son personas con las que, nuevamente, me he ido encontrando. Se han ido a sumando al proyecto y hoy en día forman parte de lo que denominamos como ‘equipo emprendedor’. Está Sonia Vilanova, que es ingeniera técnica, y que se encarga de la evaluación de activos. También Xavier Serna, que se ocupa de la parte financiera y de la gestión documental. Hace un mes y medio incorporamos a Mohamed El Madani, que se ocupa del desarrollo de negocio. Precisamente hoy ha comenzado una persona nueva, que se ocupará de hacer el despliegue del equipo comercial. Además de estas personas, contamos con la ayuda de arquitectos, fotógrafos, etcétera, que son profesionales externos.

Pongamos por caso que un propietario que tiene a un inquilino viviendo en su inmueble viene a verlos. ¿Qué es lo que les pide a ustedes? ¿Qué suele buscar?

La mayoría de nuestros clientes son propietarios particulares que o bien se han separado, o bien han recibido una herencia, o tal vez tienen un patrimonio inmobiliario en otra ciudad y quieren aprovecharlo más o acercarlo. También contamos con rentistas. Lo cierto es que, durante los pasados meses de confinamiento, no notamos que vinieran personas apuradas con la necesidad de vender sus inmuebles… o, al menos, no más de los que ya teníamos.

Como anécdota le puedo contar el caso de un propietario que se había hecho budista y que quería desprenderse de todas sus posesiones…

La mayoría de nuestros clientes son propietarios particulares que o bien se han separado, o bien han recibido una herencia, o tal vez tienen un patrimonio inmobiliario en otra ciudad y quieren aprovecharlo más o acercarlo

¡Caramba!

Quería dejarle el dinero líquido a su hija para que pudiera ir a la universidad. En resumen, todos buscan liquidez.

Si dan una vuelta de tuerca a su concepto, se podrían convertir en consultores patrimoniales.

No creo que lo hagamos, porque perderíamos nuestro foco. No somos partidarios de hacer encaje de bolillos. Además, creemos que ya hay consultores inmobiliarios y patrimoniales buenísimos. Nosotros solo venimos a cubrir un agujero del que nadie se había preocupado hasta ahora: comercializar activos con inquilinos, a través de una plataforma para pequeños o medianos inversores. Son personas que poseen unos ahorros y que buscan una rentabilidad que el banco no les va a dar.

Nosotros solo venimos a cubrir un agujero del que nadie se había preocupado hasta ahora: comercializar activos con inquilinos, a través de una plataforma para pequeños o medianos inversores

En toda su comunicación percibo que ustedes venden transparencia en cuanto a comisiones y a gastos. ¿Evitan las sorpresas a sus clientes?

Así es. Todo ello va ligado a mi propia experiencia de cuando quise vender mi propiedad, hace unos años. Vi que todo era muy opaco. Ahora nosotros tenemos un dicho: “con un buen tutorial de YouTube, cualquiera puede hacer de todo”. Yo, por ejemplo, he puesto a mi marido a reparar una lavadora con uno de ellos.

Nosotros tenemos un dicho: “con un buen tutorial de YouTube, cualquiera puede hacer de todo”. Yo, por ejemplo, he puesto a mi marido a reparar una lavadora con uno de ellos

¿Lo consiguió?

Sí, pero el resultado fue una tarde perdida y la incertidumbre de si al día siguiente le saltaría una pieza. Yo creo que todos debemos y podemos disponer de toda la información necesaria para hacer cualquier cosa, pero si hay profesionales que lo hacen más rápido y mejor, entonces hay que contratarlos. Vender una propiedad no es tan complicado, solo hay que saber lo que hacer en cada momento.

Ustedes lo saben. ¿Incluso leyes?

Seguramente también existen tutoriales sobre la Ley de Arrendamientos Urbanos. Así que si lo pones en manos de un profesional es porque tú no te quieres ocupar de ello. El cliente debe hacer sus cálculos y ver si le paga la pena contratarnos. Así las cosas, comenzamos con unos precios muy competitivos para poder entrar en el mercado.

Me inquieta saber lo que sucede con un inquilino. Imagínese que vive en un piso y que éste se vende. ¿Pierde su hogar?

Todo lo contrario. Esta es, precisamente, una de las cosas que nos hace ser especiales. Mire, el inquilino está en el centro de nuestra actividad y tenemos una comunicación muy estrecha con él. Si él no estuviese cómodo, nosotros tampoco. Somos sensibles a las familias que quieren quedarse viviendo en su casa, con independencia de que ésta cambie de propietarios.

A un inversor le he llegado a decir: “si tú quieres que el inquilino se marche, mejor cómprate un inmueble vacío y no tendrás inconvenientes. Pero si te quedas con el inmueble con el inquilino dentro es porque valoras que es una persona que está pagando, que cuidará el inmueble y que tendrá el ánimo de permanecer en la propiedad…”. Nosotros entramos a hacer fotografías del inmueble, así sabemos que lo cuida.

Pero el nuevo propietario tratará de subir las tarifas de alquiler, lógicamente.

Quizás mis estadísticas sean pocas por ahora, pero lo que he visto es que los nuevos propietarios pactan con los inquilinos. El argumento es simple: hasta ahora el inquilino paga, por ejemplo, 500 euros al mes. Y el mercado ofrece hasta 700 por ese piso. Pero el propietario prefiere llegar a un acuerdo por 600 antes que buscar a un nuevo inquilino. Se arreglan así, y es lo que nosotros queremos que suceda.

En los últimos meses, con la crisis, ha habido impagos sistemáticos por parte de los inquilinos. ¿Les ha afectado?

Me he sorprendido de lo comprensivos que han sido los propietarios con esto. Ahora mismo estamos cerrando una operación en la que el inversor ha comprado un inmueble cuya inquilina ha impagado en los últimos meses, por culpa del COVID. Pero cuando le ha sido posible, ha ido pagando sus deudas. El inversor lo comprende, y cree que es algo normal en estas circunstancias. Lo ideal sería tener un inquilino muy solvente, claro, pero si así fuera seguramente preferiría comprarse un casoplón.

Aunque a veces tenemos la idea de los inversores como personas sin corazón, lo cierto es que nuestros clientes son personas que tienen unos ahorros y que quieren invertirlos, así que saben ponerse en los zapatos del otro con facilidad.

¿Cuál es su perspectiva de negocio para los próximos meses o años?

Ahora estamos yendo mes a mes. Lo cierto es que tuvimos que replantear todos los números que habíamos fijado antes de la pandemia. Los ajustamos a la baja. Pero cuando salimos del confinamiento volvimos a afinarlos otra vez a la alza, porque superamos lo que creíamos que íbamos a hacer.

Así pues, vamos reconfigurando todo, porque cada decisión estratégica nos sitúa en una nueva posición. Cada reunión de la que salgo estos días me lleva a rehacer los números, porque nos genera unos escenarios completamente distintos.

¿Se han visto afectados los precios del mercado en estos meses?

Pues no mucho. Tal vez hemos visto que han aparecido unos nuevos inversores, que hacen ofertas más agresivas. Su comportamiento es más oportunista, esperan el descuento o solo compran cuando el precio está bajo de verdad. Pero no son las mismas personas que tenemos como clientes habituales. Los propietarios, en general, están aguantando. Y si ellos aguantan, el mercado también lo hace. En nuestro mercado, quien tenia dinero, lo sigue teniendo.

La última: ¿su actividad está centrada en Barcelona o prevén ampliar su radio de acción?

Nuestra vocación es global desde el primer día. De hecho, la primera operación que cerramos fue sobre un inmueble de Madrid, y la segunda, sobre uno de Canarias. Nos proponemos facilitar que cualquier persona, desde cualquier punto de España, pueda invertir con tranquilidad en cualquier ciudad. Y no solo eso, también aspiramos a salir al mercado europeo y, probablemente, a Latinoamérica. Nos gustaría que cualquiera de aquí pudiera comprarse una propiedad en Letonia, o que un polaco pudiera comprar una en la costa española.

Rebeca Pérez es una emprendedora polifacética. Se formó en Artes Escénicas, vivió a caballo entre Inglaterra y España y ejerció hasta de profesora de inglés. Con sus tablas, cursó una segunda carrera en Administración de Empresas y Gestión de la Innovación. La realizó en TecnoCampus, de Mataró. Su experiencia personal como propietaria de un inmueble que quería vender, pero que tenía a un inquilino, la puso ante un problema que compartía con otras personas: la dificultad de vender un inmueble con estas características. Así que, investigando, halló un nicho de mercado insatisfecho hasta entonces. Como curiosidad: explica que huyó de la profesión de actriz por sus pocas ganas de participar en castings donde pudieran darle un papel. Hoy, como directiva empresarial, tiene que participar en castings ante clientes e inversores, para que la escojan como proveedora y socia.

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