Javier Aróstegui

Director General de ISOCO

“Hay que simplificar internet”

“Hay que simplificar internet”

A Javier Aróstegui siempre le ha atraído la innovación y el hecho de sacar lo mejor de cada persona. Piensa que trabajar con gente joven es fantástico, porque aporta ideas distintas y todos aprenden de todos.
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Internet 1.0 ya no es la culminación de las nuevas tecnologías, eso hace tiempo que lo sabemos. Es sólo un paso más, cada vez más veloz, para que vayamos asumiendo las grandes posibilidades que nos ofrece la red. Las versiones que han ido apareciendo, la 2.0, la 3.0 han ido añadiendo complejidad al asunto, y es por ello que hoy hemos invitado a una empresa como ISOCO, para que nos cuente lo que nos deparará un futuro que cada vez tenemos más cerca.

“La innovación tiene que ser un proceso endogámico, que escuche a los clientes, a los proveedores, a los empleados. De todo junto, hay que extraer conclusiones para que así puedan salir nuevas ideas”

“Con el paso del tiempo, se dotará de conocimiento toda la información que existe en Internet. En estos momentos, la red es una fuente de comunicación con forma, pero poco conocimiento”

“Hoy en día un móvil no es sólo un aparato para hablar sino que, como sabemos sirve para muchas otras cosas: es una extensión de uno mismo, que ha llegado a ámbitos impensables hasta hace sólo pocos años”

A pesar de su corta existencia, el camino recorrido por la red ya es considerable.
Por supuesto. Sólo hay que ver la evolución. Al principio fue la web 1.0, la de la imagen y la comunicación. Todas las compañías e instituciones querían estar en Internet para decir que existían y a qué se dedicaban. Le estoy hablando de hace unos diez años, hasta el 2000 más o menos. Luego, llegó el comercio electrónico. Nosotros, por ejemplo, hicimos la primera web de comercio on line de Fnac España.

Luego vino la 2.0.
Es la que la gente conoce como la web de las redes sociales, donde no sólo hay comunicación en una dirección, sino que también hay alguien que responde. Estos canales son los famosos Facebook, Twitter o Twenty. Están orientadas a la comunicación entre las personas, pero sobre todo a su interacción. 

¿Y este modelo ya muestra síntomas de agotamiento?
No, creo que continuará existiendo y será perfectamente compatible con lo que salga. No todo el mundo va al mismo ritmo: hay compañías que aún están en la Web 1.0 y no pasa nada. La 2.0 se ha orientado a nivel personal, pero ya sabemos que ya también se da entre compañías, fabricantes y proveedores. Todo acaba siendo una red social.

El siguiente paso será la Web 3.0, claro. 
Sí, dotará de conocimiento toda la información que existe en Internet. En estos momentos, la red es una fuente de comunicación con forma, pero poco conocimiento. Así que realizar operaciones con cierta complejidad resulta difícil. Siempre pongo el mismo ejemplo: si tú le preguntas a Google quien es el presidente del Gobierno te salen 4.000.000 de respuestas cuando sólo hay 1 respuesta. Pues se trata de eso. De simplificar.

Será un cambio de concepto importante.
Trascendental, diría yo, que la Web 3.0 supondrá mantener el lenguaje natural sin pensar en palabras clave. Será la web donde detrás de cada consulta, habrá alguien capaz de entender lo que estás diciendo, aportando la respuesta más adecuada.

Se pasará de la etimología a la semántica.

El propio Tim Berners-Lee, el que está considerado como el fundador de Internet, habla de la Web 3.0 como de la web semántica. Estamos pasando de una web en la que se trabaja por palabra clave a otra en la que se trabaja por concepto.

¿Y cómo entra ISOCO en todo este asunto?
Llevamos 4 años investigando en el mundo de la semántica. Trabajamos con jóvenes universitarios, con investigadores, ingenieros informáticos, gente que está en Madrid, en Valencia, gente que se mueve por objetivos y resultados, con un talante de inquietudes importante para intentarlo todo e ir siempre más allá.  

¿Y de dónde le viene esta filosofía?
Trabajé muchos años en Philips, donde el método de trabajo era muy distinto. Siempre me ha atraído la innovación y el hecho de sacar lo mejor de cada persona. Creo que trabajar con gente joven es fantástico, porque aporta ideas distintas y todos aprendemos de todos.

¿Cree que van a seguir saliendo otras punto cero?

Ya se está hablando de la Web 4.0 y 5.0. De la 4.0 se habla como de la movilidad, y no es una tontería, porque hoy en día un móvil no es sólo un aparato para hablar sino que, como sabemos sirve para muchas otras cosas: es una extensión de uno mismo, que ha llegado a ámbitos impensables hasta hace sólo pocos años. 

¿La terminal del móvil acabará siendo una especie de alter ego?

Dependerá de cada uno, claro está, pero el canal del móvil será muy importante y podrá llegar a un sofisticado grado de personificación. No sé, con Volkswagen, por ejemplo, hicimos un proyecto de movilidad del coche de tal forma que tu podías decirle al coche “tengo hambre” y este te respondía: “estás en Lleida, sé que te gustan los caracoles y hay estos restaurantes, si quieres vamos hacia ahí”; tú decías que sí el coche con el GPS te llevaba. Todo esto ya está hecho y va ir todo en esta línea.

No sé si me convence demasiado tanta personalización.
Bien, nuestra generación tiene un sentido más acusado de la privacidad que las nuevas. Pero creo que el futuro va por ahí, y nosotros lo que hacemos es marcar tendencias con la tecnología como herramienta para hacer cosas diferentes.

¿Y el 4.0 será compatible con todo lo que le ha precedido?
Bien, lo que cuenta es que todo acaba sumando. Una compañía puede tener un portal, una red social, y con el tiempo, incorporar soluciones en forma de valores semánticos. Y todo es posible a la vez. Pero claro está, es lo que le decía: aquel que hoy en día tiene una web con la concepción que había hace diez años, se está perdiendo muchas cosas.

Ha vuelto a salir la palabra “semántica”. ¿Podría poner algún ejemplo?
Pues sí: en el ayuntamiento de Zaragoza hicimos un buscador de trámites que es semántico, lo que significa que puedes formular preguntas que siempre que sean gramaticalmente correctas, obtendrás la solución.

Pero hoy en día, especialmente los jóvenes, no se escribe correctamente. ¡Todo son abreviaciones!
Sí, es cierto. A veces tengo dificultades para entender algunos mensajes que se escriben en el código SMS. Lamentablemente, o quizá no, la tecnología semántica esto no lo entiende. Así que el concepto es haz preguntas con una formulación gramatical correcta que obtendrás la solución.

¿Cómo enfocan el trabajo en una empresa?
Es un tema de visión. Se debe tener una política industrial orientada a la innovación del proceso productivo. Aquí hemos desarrollado soluciones innovadoras, llevando a cabo términos como the open innovation, que es como decir que la innovación tiene que ser un proceso endogámico, que escuche a los clientes, a los proveedores, a los empleados. De todo junto, hay que extraer conclusiones para que puedan salir nuevas ideas.

Sin perder de vista lo esencial.
Por supuesto. Nuestro objetivo no es ser gurús, ni crear tendencias. Tenemos 77 empleados que cada mes cobran sus nóminas y estas nóminas vienen de lo que pagan nuestros clientes. Así de claro. Clientes que son compañías españolas, grandes y pequeñas.

¿Y no se pueden producir ciertas incompatibilidades?
No, claro que no. Nosotros tenemos como clientes a La Caixa y a Bankinter, por ejemplo, y no hay ningún problema. También es cierto que al final nuestras soluciones no son estándares porque cada negocio es diferente, y la cultura de cada compañía es distinta, de ahí el nombre de ISOCO, el acróstico de Intelligent Software Components, para adaptarnos a las necesidades de cada compañía. 

¿Y cómo trabajan?
Seguimos un mismo protocolo. Primero, nos gusta hacer un diagnóstico con nuestro cliente, luego intentamos detectar oportunidades, cosas que se pueden hacer para mejorar un negocio y que después se puedan medir en términos de impacto de negocio. Finalmente, hacemos la implementación de decisiones, intentando siempre estar involucrados en el recorrido que tiene el cliente porque al final tenemos muy claro que la tecnología es una herramienta.

Esto conllevará realizar algún tipo de formación.
Sí, les ayudamos en lo que llamamos el despliegue de la solución. Intentamos siempre que lo que hacemos tenga impacto en el negocio de nuestro cliente y que este impacto sea medible, claro está.

 

Javier Aróstegui dirige ISOCO desde el 2005, la mitad de la existencia de la compañía. Antes había estado en otras empresas como Philips, pero aterrizar en ISOCO fue una especie de reto personal, ya que simbolizaba valores, como el compromiso o el esfuerzo, que habría que tener más en cuenta. No en vano, ISOCO patrocina a la alpinista Edurne Pasabán, prodigioso ejemplo de tenacidad. El pasado año, la empresa facturó 5’7 millones de euros, creciendo casi un 20%.

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