Olivia Mandle

Activista medioambiental y por los derechos de los animales

Santuarios marinos

“España no podrá liderar la transición ecológica siendo el país europeo con más delfines cautivos”

De vuelta del voluntariado en Costa Rica, Olivia Mandle promueve #Noespaísparadelfines
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Con 16 años, Olivia Mandle ofrece una voz clara y firme en defensa de los ecosistemas marinos y la libertad de los cetáceos. Acaba de volver de un voluntariado en Costa Rica y hemos querido preguntarle sobre su trabajo de difusión, el cambio climático y los microplásticos.

Usted acaba de llegar de una estancia en Costa Rica. ¿Qué fue a hacer allí?

Un voluntariado en el Parque Nacional del Corcovado, que es un lugar increíble, lleno de biodiversidad. Pero, sobre todo, lleno de conciencia y respeto hacia los animales y la naturaleza. Allí las personas aprenden en qué medida somos dependientes de la naturaleza. Es un grado de cuidado que todos deberíamos adoptar.

Usted es la embajadora de un mensaje muy importante.

Siempre me han encantado todos los animales, especialmente los marinos. Y, dentro de estos, los delfines y cetáceos me han llamado la atención. Son animales extremadamente inteligentes. De hecho, quiero ser bióloga marina y estudiarlos en libertad, en su ámbito natural, allí donde pertenecen.

Actualmente promuevo una campaña llamada España #Noespaisparadelfines, que surgió en 2020, tras una experiencia decepcionante con el Delfinario de Barcelona. Resulta que, mediante una campaña previa, logré que 56.000 personas firmaran una petición al Ayuntamiento para que trasladaran a aquellos animales a un santuario marino. Pero, al final, los llevaron a otro zoo, en Atenas. Aquello fue muy frustrante. Así que decidí investigar de cerca el tema del cautiverio en España. Averigüé que somos el país europeo con más delfines y cetáceos cautivos. Y eso no podía ser. Ahí empezó la campaña actual.

Actualmente promuevo una campaña llamada España #Noespaisparadelfines, que surgió en 2020

Tiene usted 16 años. Otras personas de su edad prefieren utilizar el tiempo libre para relajarse, jugar o divertirse. ¿Cómo encuentra el tiempo para hacerlo todo?

Es una especie de juego de malabares. Tengo que repartir mi tiempo entre la escuela (que es mi futuro), el activismo (que me apasiona) y mi familia y amigos. Desde pequeña siempre quise lo mejor para el planeta y mis padres nos han trasladado a mi hermano y a mí su misma concienciación. Crecí viendo documentales de Jane Goodall y de Richard Attenborough. Yo quería ser como ellos, porque estaban haciendo algo para mejorar las cosas.

Si hago esto hoy es porque creo que necesitamos cambios. Ahora pido una ley que prohíba los delfinarios en España. No podemos liderar la transición ecológica siendo el país europeo con más delfines cautivos. Y somos también el sexto del mundo, tras Estados Unidos, Rusia o China. Me apasiona luchar por la libertad de estos animales, para que estén en sus hábitats y con sus familias. Espero lograrlo.

Tengo que repartir mi tiempo entre la escuela (que es mi futuro), el activismo (que me apasiona) y mi familia y amigos

¿Cuántos seguidores tiene en sus redes sociales?

La verdad es que no lo sé. Utilizo Instagram como plataforma desde la que transmitir aquello por lo que lucho y para construir comunidad con otras personas que también piensen así.

En mis ponencias y talleres he conocido a personas increíbles que me han ayudado muchísimo o que han sido grandes mentoras. Comencé a los 12 años con una iniciativa de limpieza marina de plásticos. Siempre he sido muy curiosa y me gusta aprender de todo lo que leo y me cuentan. No solo sobre cetáceos, sino también sobre presentaciones en público e impacto en la comunicación.

Comencé a los 12 años con una iniciativa de limpieza marina de plásticos. Siempre he sido muy curiosa y me gusta aprender de todo lo que leo y me cuentan

¿Cuál es su sueño más cercano?

Me gustaría crear un santuario marino en la Costa Brava.

¿Qué entiende usted por santuario marino?

Un lugar protegido al que podamos trasladar a delfines que hayan vivido muchos años en cautiverio. Allí, con la ayuda de científicos, biólogos y otros especialistas, podríamos ayudarles a recuperar sus instintos y habilidades.

Por ejemplo, el de la caza. En los delfinarios, estos animales no cazan, sino que reciben los peces. También allí podrían aprender a socializar, puesto que al estar en lugares tan pequeños suelen sufrir mucho estrés. E incluso es posible que tengan que acostumbrarse a nuevas temperaturas del agua, o grados de salinidad.

Esos santuarios también se están comenzando a pensar, pero para seres humanos.

El calor que ha hecho este verano ha sido brutal. Yo practico submarinismo y el Mediterráneo presentaba temperaturas de 32º muchos días. Una temperatura más caliente que la que se encuentra al aire libre. Cuando era pequeña recuerdo que el mar era frío tanto en verano como en invierno. Ahora, cuando me sumerjo, tengo calor.

Esto no solo afecta a todos los humanos, sino también a la biodiversidad submarina. Estamos provocando desastres en la costa. En Calella de Palafurgell, hace unos años, yo veía muchísimas estrellas de mar y erizos. Ahora no se ve a ninguno. Y la posidonia está cada vez más blanca…

Cuando era pequeña recuerdo que el mar era frío tanto en verano como en invierno. Ahora, cuando me sumerjo, tengo calor

¿Eso sucede en todas partes?

Así es. Aprovechando mi viaje a Costa Rica hice alguna inmersión y también vi que cuanto más profundidad alcanzaba, más colorido era el coral. Pero en el buceo superficial, de snorkel, todo es más blanco. El agua del mar está más caliente en todas partes. Esto es un desastre y hay que hacer algo para evitar una catástrofe.

El agua del mar está más caliente en todas partes. Esto es un desastre y hay que hacer algo para evitar una catástrofe

Seguro que conoce la agenda 2030. ¿Cree que llegaremos a tiempo de cumplirla?

Yo no soy científica y no puedo decirle exactamente. Pero creo que no vamos a poder revertir el cambio climático de un día para otro. Pienso que es algo que requiere mucho esfuerzo y colaboración de todos.

Al final, el planeta Tierra es nuestra casa y todos estamos en el mismo barco. Si una mitad no ayuda, aunque la otra mitad lo haga, no lo lograremos. Tenemos que sumarnos a todo tipo de iniciativas. Y siento que entre la gente joven hay cada vez más gente involucrada. Pero también hay mucha dejadez, como si las personas quisieran ponerse un antifaz y taparse los ojos ante el problema.

Creo que debemos actuar ahora y no pensar que en 2030 los científicos solucionarán el problema por nosotros. Al contrario, somos nosotros los que debemos actuar, haciendo cosas simples en el metro cuadrado en que vivimos. Solo con no utilizar bolsas de plástico es algo significativo. Si tus amigos y familia te imitan, se puede lograr mucho.

Si una mitad no ayuda, aunque la otra mitad lo haga, no lo lograremos

Los microplásticos invaden las aguas de los océanos. ¿De qué manera podemos eliminarlos?

Lo primero que yo haría sería decir “no” al plástico de un solo uso. En todos los lugares de costa que he visitado siempre he hallado plásticos. Pueden ser paradisíacos, pero siempre hay plástico. Incluso en las playas más remotas y preservadas de Costa Rica.

Consumimos muchos plásticos. A mi casa, por ejemplo, en la que evitamos consumirlos, siempre llegan y no sabemos cómo. La fruta, los tomates, las manzanas… vienen envasadas en plástico de un solo uso que, aunque pase por reciclaje, termina en el mar.

Existen iniciativas variadas. Desde recogerlos del mar y crear prendas textiles, hasta pulseras o bolsas para recoger cosas. Necesitamos muchas iniciativas más. Cuanta más gente las impulse, mayor será el impacto que lograremos.

Lo primero que yo haría sería decir “no” al plástico de un solo uso. En todos los lugares de costa que he visitado siempre he hallado plásticos

Usted también tiene sus propias iniciativas.

Cada septiembre, con mis amigas hacemos una limpieza de la playa de la Costa Brava. Ustedes no saben la cantidad de plástico que se puede recoger en tan solo una hora. El año pasado, 500 voluntarios recogimos más de 700 kilos. Si hubiéramos dedicado tres o cuatro horas más, imagínese lo que hubiéramos logrado. Y eso, en playas teóricamente limpias… Cuando se rebusca en la arena, se encuentran cosas inimaginables.

El plástico está ahogando nuestros mares. Y aparecen animales muertos a menudo, por culpa de su ingesta. Las ballenas adultas se tragan las bolsas. Y se han encontrado crías muertas por culpa del microplástico que ingirieron cuando tomaron la leche materna, o incluso que nacieron sin vida. Y la afectación también se traslada a los corales y las algas.

Hace años, el delfín Flipper era protagonista de una serie de TV. Y todo el mundo amaba a los delfines.

Yo crecí viendo a Willy. El de “Liberad a Willy”.

En Barcelona vivió la orca Ulises.

Así es. Y luego la enviaron al acuario Sea World, de Orlando. Aquella noticia me rompió el corazón. De hecho, la protagonista de Willy es Keiko, otra orca parecida a Ulises. Tuvo una historia muy bonita, porque muchas personas la hicieron posible. Hay un documental sobre ella que os recomiendo (Keiko, la historia no contada de la estrella de Liberad a Willy).

¿Cuál fue?

Mucha gente promovió la liberación de Keiko. La llevaron a un primer santuario marino donde la rehabilitaron y ayudaron a recuperar sus instintos. Luego pasó a otro santuario, ya en mar abierto. Se reencontró con su familia original y, de tanto en cuanto, volvía al santuario inicial porque dependía un poco de los humanos.

Al final, pasó un año entero con su familia en libertad y murió. Es un documental muy recomendable de ver. Otros también lo son, aunque por motivos diferentes: vi uno en el que unas personas acorralaban a grupos delfines en una cueva marina, elegían a las crías más bonitas para venderlas a delfinarios y masacraban al resto de individuos que trataban de protegerlas. La cueva tenía el agua roja de tanta sangre. Esa es una realidad que todo el mundo debería conocer.

Una realidad terrible. ¿Podemos hacer algo al respecto?

Pueden firmar en la causa que tengo abierta en Change.org. Cuantas más personas seamos, más importancia tendrá. En el link #Noespaísparadelfines pueden hacerlo.

Olivia Mandle tiene 16 años y es activista medioambiental. Su pasión son los animales marinos y, especialmente, los delfines y cetáceos. Y su sueño es tener un mar Mediterráneo libre de plásticos y basuras para que estos animales, y todos, en general, podamos vivir. Desde los 12 años mantiene su cruzada personal y lo hace a través de todos los altavoces disponibles: redes sociales, conferencias, campañas en Change.org, etc. Creció viendo documentales de Jane Godall y de Richard Attenborough. Precisamente el Instituto Jane Goodall la reconoció como “heroína” de su causa. También es Embajadora del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea y del programa “La España Azul”. Incluso es emprendedora: en 2019 inventó un utensilio para limpiar la superficie del mar de microplásticos: el Jelly Cleaner. Es algo que cualquiera puede fabricar en su casa, con materiales reciclados. Espera ser bióloga marina bien pronto y abrir un santuario para animales y fauna en la Costa Brava.

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