Ramon Comellas

Presidente de CIRCUTOR

Todo conectado

"En unos años, la corriente no se producirá en centrales, sino cada cual en su casa"


Ramon Comellas preside una compañía de 1.000 empleados que acompaña la transición del modelo energético.

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Optimista, brillante y veterano, este empresario hecho a sí mismo lo mismo emplea su didáctica de profesor de Electricidad para desgranar los distintos modelos de coche eléctrico, que para definir la transición energética. Hoy tenemos la suerte de escuchar las explicaciones del presidente de Circutor.

“El litio será el petróleo del siglo XXI”

“No hay prácticamente ninguna rama de ninguna ciencia que no haya crecido al amparo de la electrónica. Ya sea la medicina, la navegación… Todo ha avanzado muchísimo”

“La calidad del aire va muy ligada a la producción energía, y si tenemos energía abundante y encima es limpia, podremos lograr muchas más cosas, como destilar el agua del mar, por ejemplo, cuando haga falta. La energía es básica para la vida”

“En este momento, se fabrican más transistores en el mundo que granos de arroz”

“En las redes eléctricas nos está pasando como los ríos, que cada vez los ensuciamos más y que cada vez los queremos más limpios”

“La eterna batalla de los fabricantes de coches. Dicen que no fabrican coches eléctricos porque no hay red de recarga y los responsables de la red dicen que no lo hacen porque no hay coches para cargar”

La suya es una compañía que se ha caracterizado por promover, durante 45 años, el concepto de la eficiencia energética. ¿Qué diferencia hay entre la eficiencia y la sostenibilidad?
Bueno, hay diferencias… Actualmente estamos comenzando a generar energía limpia, pero esto es reciente. Antes la generábamos mediante fuentes muy contaminantes. Así pues, la calidad del aire va muy ligada a la producción energía, y si tenemos energía abundante y encima es limpia, podremos lograr muchas más cosas, como destilar el agua del mar, por ejemplo, cuando haga falta. La energía es básica para la vida.

Vayamos por partes. ¿Cómo ha llegado Circutor a ser lo que es?
La compañía se ha ido desarrollando al igual que se ha ido desarrollando el mercado eléctrico y el de la electrónica. Seguramente no nos damos cuenta, pero en los últimos 20 o 25 años la electrónica se ha desarrollado de una manera espectacular. No hay prácticamente ninguna rama de ninguna ciencia que no haya crecido al amparo de la electrónica. Ya sea la medicina, la navegación… Todo ha avanzado muchísimo.

Sin duda.
A veces cuento que los primeros transistores, de silicio, se fabricaron en el año 1953-54. Lo recuerdo porque en aquella época iba a la escuela y el maestro nos pedía que le lleváramos a clase las dos noticias que nos parecieran más interesantes y después las comentábamos. Yo llevé la de la invención del transistor de silicio, y él dijo: “bueno, vamos a ver dentro de 50 años si esto es realmente importante”. Pues en este momento, se fabrican más transistores en el mundo que granos de arroz.

Caramba.
Cualquier teléfono móvil de los que llevamos en el bolsillo llevan miles de millones de transistores, eso es un poco lo que ha pasado. Y, además, la electrónica ha sido la causante de que muchas cosas bajaran de precio. Si no fuera por la electrónica muchos productos serian mucho más caros de lo que son hoy.

¿En qué producto o línea se podría decir que destaca más el liderazgo de su compañía?
Circutor es una organización que se sustenta en dos grandes áreas. Una es la de la electrónica, en la que nos dedicamos a ver qué le sucede a una red eléctrica, y a tomar medidas para ahorrar energía y ser más eficientes. A veces no se trata de ahorrar, sino de gastar a otra hora distinta, simplemente. Hace unos años, nos preocupaba la tensión eléctrica. Hoy en día nos preocupan los problemas de forma de onda, los micro-cortes, los flickers, los armónicos… que son todos los problemas que vienen con la forma de onda. Porque como sociedad tenemos cada vez más electrónica que necesita de una red más limpia y cada vez la ensuciamos más. En las redes eléctricas nos está pasando como los ríos, que cada vez los ensuciamos más y que cada vez los queremos más limpios.

Cuando usted habla de formas de onda y de contaminación de la red, no sé si el consumidor de a pie lo entiende… ¿Nos lo puede aclarar?
Es fácil. Para que la corriente sea limpia, debe tener una forma sinusoidal. Si esta forma se estropea (porque, por ejemplo, le ponemos a la red unas cargas que no siguen esa misma forma), decimos que se ensucia. Y eso genera problemas a todo el sistema. Más concretamente: usted sabe que el alumbrado público se basa actualmente en luz LED. Esa luz no consume toda la forma sinusoidal, sino solo una parte. Este fenómeno hace que en el consumo de la energía se produzcan unos picos que distorsionan la onda.

De acuerdo.
Bien, pues a pesar de que cada día aparecen más normativas que buscan la “limpieza” de la red, sigue habiendo innumerables equipos de alta electrónica, como microprocesadores y electrodomésticos, que son muy sensibles a esas corrientes no sinusoidales. Nosotros trabajamos mucho en los aeropuertos, que son lugares donde la forma de onda se distorsiona mucho, porque hay muchos equipos electrónicos, pero donde, en cambio, en la torre de control necesitan una absoluta limpieza de la forma de onda porque sino no funcionaria correctamente. Por lo tanto, debemos asegurar una onda limpia.

De acuerdo: más o menos entendido. Nos decía que tenían ustedes una base en la electrónica. ¿Y la otra es la eléctrica?
Sí, nosotros fabricamos materiales, y tenemos clientes que consumen mucha energía eléctrica y que si sufren un fallo pueden sufrir muchas consecuencias negativas. Por ejemplo, como le decía, tenemos muchos aeropuertos por el mundo que controlan la corriente mediante nuestros equipos; y hospitales; y cuando se celebran los Juegos Olímpicos en algún país nosotros tenemos el control energético de las instalaciones porque conocen nuestra experiencia de éxito en muchos países. Un Comité Olímpico pagaría fortunas para evitar tener un fallo eléctrico. ¡Imagínese que no pudieran transmitir por televisión! Estos son nuestros clientes. También hemos ayudado a levantar algunos edificios muy singulares, como el Burj al Khalifa, de Dubai, que es la torre más alta del mundo. Allí, el control energético es nuestro; Y ferrocarriles de alta velocidad por el mundo… Más de la mitad de lo que fabricamos se exporta a fuera de España. Y últimamente estamos trabajando mucho en la carga del coche eléctrico. Tenemos una división especializada que ya cuenta por lo menos con sesenta mil cargadores repartidos.  
 
¿Ustedes cómo ven el cambio de modelo del vehículo de gasolina al motor eléctrico?
Es la eterna batalla de los fabricantes de coches. Dicen que no fabrican coches eléctricos porque no hay red de recarga y los responsables de la red dicen que no lo hacen porque no hay coches para cargar. Realmente este es el problema. Pero lo que pasa es que esto avanza a niveles muy diferentes dependiendo de los países. En Noruega, el año pasado, el 30% por ciento de los coches que se vendieron fueron eléctricos, porque tienen puntos de carga por todas partes. En cambio, en España vamos muy retrasados.

Actualmente, ¿cuál es la situación de los puntos de carga de vehículo eléctrico?
Lo primero que hay que tener claro es que un coche eléctrico no se carga en las gasolineras, sino en casa, que es donde duerme. Por ahora existen tres tipos de carga: la mayoritaria (un 98% de los casos) se hace allí donde duerme el coche. Luego existen, digamos, puntos de carga para dar una cierta imagen: en los supermercados, los restaurantes, puntos clave de la ciudad, son cargas para dar imagen, que no esperan que el coche se cargue allí, pero que ya que el cliente va al restaurante dice: “cargaré un poco, aprovechando que voy a comprar o a comer…” Es un modo de atraer a los clientes a un sitio determinado; y luego, están las llamadas “electrolineras”, que proporcionan servicio rápido, y que, normalmente, cargan lo justo para llegar a casa. La gente sigue prefiriendo cargar en casa porque, entre otras cosas, el precio de esa energía es más barato.

Por otra parte, los fabricantes deben querer optimizar la autonomía de los vehículos…
Esa es precisamente una de las cosas que más están cambiado. Hace poco, los coches tenían una autonomía de ciento cincuenta o doscientos kilómetros. Ahora el estándar ya es de cuatrocientos kilómetros. Hay alguno de seiscientos. El problema es que la batería todavía es el elemento más caro en el coche eléctrico y además pesa, esto es importante.

¿Y la revolución tecnológica está afectando a las baterías?
La batería es siempre de litio. El litio parece ser que será el petróleo del siglo XXI. Afortunadamente, es un material muy abundante en la naturaleza y no será un problema. Tal vez se termine el que está más accesible y habrá que sacarlo del agua del mar, donde también hay mucho, pero puede ser que sea más caro.

Además, el litio se recicla. En este sentido, la innovación busca la denominada “segunda vida de las baterías”, ya sea recargándola, o bien recuperándola.
 
Usted que conoce bien el tema, -¡sabe si realmente un vehículo eléctrico genera una contaminación cero?
Bueno, si lo recargamos con energía renovable es cero contaminante. Yo voy con un vehículo eléctrico y normalmente lo cargo con una pérgola que tengo del sol, oh sea, que ni lo cargo a la red eléctrica. 
 
¿Y qué me dice del coche hibrido? ¿Será una solución permanente o transitoria?
Hay tres modelos de coches híbridos: el normal, que simplemente aprovecha la frenada para cargar las baterías y gastar menos; el recargable, que te permite circular ochenta kilómetros con la carga de casa y cuando vas más lejos tiene un motor que se pone en marcha; y finalmente están los llamados de gama extendida, como el mío, que tienen poca batería pero cuando vas muy lejos se te pone en marcha un motor que la va cargando. En estos, la tracción es siempre eléctrica, pero cuando te falta batería se carga con gasolina.  

Volvamos a su empresa ¿Cuánta gente colabora con ustedes? ¿Cuántos empleados?
Entre todo el grupo reunimos a unas mil personas. En Viladecavalls, cerca de Terrassa, somos unos 600, aproximadamente. El resto se encuentran por todo el mundo: tenemos una fabrica en Republica Checa que tiene 170 empleados, otra en Madrid con 100, y otra en Santa Perpetua que con 90 más o menos.

El capital es 100% propio y la suya es una empresa familiar. ¿Nunca ha necesitado del financiamiento de externos?
Hemos ido creciendo con nuestros propios medios y lo que no hemos podido, no lo hemos hecho.  
 
Si tuviera que señalar un reto estratégico para 2019-2020 ¿cuál sería?
El reto, más que nuestro es de todos. Es la transición energética en la que nos encontramos. Estoy seguro de que dentro de unos años la mayoría de la corriente no se producirá en grandes centrales, sino cada uno en su casa; la mandará a la red, y la red la almacenará de alguna forma… Y las redes eléctricas serán como internet, donde la gente sube los contenidos y los baja cuando los necesita. 
  
¿Las eléctricas perderán peso especifico o seguirán siendo unos intermediarios?
Al igual que Telefónica, que no ha perdido peso especifico en que haya comunicación, porque cobra por las llamadas que hacemos, y por estar conectados a la red, aunque llamemos por Skype. Yo creo que la red eléctrica será un poco así. En España hemos estado parados en esto porque la legislación se ha vuelto complicada, pero la tecnología no se para y algún día llegaremos. En Alemania ya hay mas de dos millones de proveedores de electricidad, de empresas que hacen un poco de corriente, que mandan a la red eléctrica lo que les sobra…  Yo creo que vamos hacia allí.

 

Hombre -y empresario- hecho a sí mismo, Ramon Comellas comenzó a trabajar a los 15 años, primero en un taller de materiales de instalación eléctrica y seguidamente en la mítica fábrica de motores de AEG. Compaginó este trabajo tan temprano con sus estudios en artes y oficios -la antigua formación profesional-, para seguir formándose como perito industrial (la actual ingeniería).

Logró pasar unas oposiciones para ser profesor de electricidad y, ya en la plaza, junto con un compañero lanzaron una empresa de fabricación de material eléctrico. Corría 1973 y en España se publicaba el primer reglamento de Electrotécnico, que proponía novedades hasta entonces no vistas en el sector, como, por ejemplo, la simple protección diferencial de las instalaciones. Comellas y su socio comenzaron a hacer prototipos, a testarlos y a venderlos, con lo que le perdieron el miedo al mercado. La posterior crisis del petróleo de finales de los 70 les permitió vender el concepto de que con la electricidad se podía ser más eficientes, y a eso se dedicaron durante los siguientes cuarenta y seis años, hasta levantar una de las principales compañías españolas e internacionales en este ámbito.

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