Natalie Batlle

Creadora de Juno House

Redes confiables

“Creo que la ambición amable y colaborativa es algo bueno”

Juno House aspira a escalar globalmente su proyecto, una vez se consolide en Barcelona.
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En plena calle Aribau de Barcelona descubrimos un oasis de creatividad, productividad e iniciativa pensado por y para mujeres. Juno House es un punto de reunión creado por Natalie Batlle, que nos recibe para darnos más detalles.

¿Cuál es el origen de su proyecto?

Juno House nació como una idea idílica hace cuatro años, cuando estaba embarazada de mi primer hijo. Se da la circunstancia de que siempre he vivido a caballo entre Estados Unidos y España (mi padre es catalán, pero yo nací en Chicago) y de que he trabajado en muchas ciudades de todo el mundo.

Para este proyecto me inspiré en el cosmopolitismo y en la internacionalidad. Hace diez años me instalé en Barcelona y siempre eché de menos el espíritu neoyorkino. Con Juno House quise acercar esa visión a Barcelona.

Para este proyecto me inspiré en el cosmopolitismo y en la internacionalidad

Así que el modelo de su club se inspira en figuras extranjeras.

En parte, así es. El modelo de clubes privados está muy consolidado en ciudades como Londres, Nueva York o Los Ángeles. Allí muchísimas personas pertenecen a alguno de ellos, porque es parte del ADN cultural.

En Nueva York, por ejemplo, existen clubes de referencia, creados por y para mujeres. Vimos que era un modelo que funcionaba e intentamos darle un lifestyle mediterráneo. Así que Juno House es un modelo único y original, propio de Barcelona. Con una marca y un formato diferenciales. Pero además, fue el primer club pensado para la mujer actual que nació durante la pandemia.

Aquí reunimos espacios de trabajo para hacer negocios, terraza, espacio para el wellbeing. Queríamos recrear una experiencia de vida híbrida para la usuaria postpandemia.

Juno House es un modelo único y original, propio de Barcelona. Con una marca y un formato diferenciales

Se encuentran en el emplazamiento de La Farinera, en la calle Aribau. Antiguamente esto era un taller mecánico y lo han dejado precioso.

¡Muchas gracias! En Estados Unidos decimos que la localización es crítica para un negocio naciente y queríamos buscar la ubicación perfecta. Además, sabíamos que queríamos ser un proyecto físico, que hiciera de punto de encuentro entre personas y para favorecer la productividad. Y también buscábamos un espacio con alma, con su propio carácter, que sorprendiera y que provocara el efecto ¡guau! Al entrar.

De manera que cuando encontramos La Farinera de Aribau, supimos que habíamos dado con el emplazamiento adecuado. Está en un punto clave de la ciudad y la hemos convertido en un espacio fresco y en femenino. Y eso que era una antigua fábrica, llena de historia masculina.

Habla usted en plural. ¿Hay más personas en su equipo?

Juno House es un proyecto colaborativo y vivo. Así que nuestra filosofía es la de la colaboración por encima de la competencia. Hablo en plural porque el proyecto no hubiera salido adelante sin el apoyo de muchísimas personas, tanto hombres como mujeres.

Por ejemplo, tenemos a nuestras madrinas, que son las socias fundadoras y que jugaron un papel crítico para salir adelante. Fueron más de 300 socias las que creyeron en el proyecto desde antes de verlo. Y también tenemos a nuestros champions, que pueden ser mujeres y hombres, y que son personas que ven la oportunidad y la necesidad de impulsar un proyecto pensado al 100% para apoyar al talento femenino. Solas no hubiéramos podido. Este es un proyecto compartido.

Nuestra filosofía es la de la colaboración por encima de la competencia

¿El principal propósito de este club es romper techos de cristal?

En las sociedades desarrolladas del mundo, las mujeres trabajan y tienen todos los derechos, sí, pero existe un techo de cristal. Y en esto, tiene que ver la maternidad, y que la ambición femenina sea vista como algo negativo. Creo que la ambición amable y colaborativa es algo bueno.

En Juno House tenemos un ecosistema Woman to Woman, en el que partimos de la base de que nosotras tenemos el conocimiento, la capacidad de invertir, la mentoría… Las socias se apoyan entre ellas, se contratan, se acompañan… Y ya estamos viendo muchos casos de éxito. Todos estos ecosistemas requieren que varias personas jueguen un papel al mismo tiempo.

Existe un techo de cristal en el que tiene que ver la maternidad, y el que la ambición femenina sea vista como algo negativo

La capacidad de networking, de conectar a personas con personas…

Esa es la clave. Creo que los hombres lo han hecho mejor hasta ahora y de manera más natural. Las mujeres somos recién llegadas en esto. Aquí, sin embargo, veo a personas que me inspiran todos los días y que han crecido al tiempo que creaban sus redes de contactos.

Nosotras queremos usar nuestra plataforma para hacer más sencillo el networking. Yo, personalmente, nunca he trabajo un empleo en la red LinkedIn o en los anuncios. Siempre tuve oportunidades gracias al boca-oreja, y a personas que creyeron en mí y que quisieron ayudarme y verme brillar. En Juno House es algo que podemos recrear también.

Los hombres han hecho mejor el networking hasta ahora y de manera más natural. Las mujeres somos recién llegadas

Los clubes del siglo XIX en Inglaterra eran sociedades para el ocio masculino. ¿En qué se distingue Juno House de aquel antiguo concepto?

Lo que veo en las socias es que consideran a Juno House como su espacio seguro. Aquí se encuentran con diversos microclimas en los que, ya sea que hayan tenido un buen día, uno malo o uno regular, pueden entrar y reciben inspiración, apoyo, espacios donde trabajar, donde tomar café o recibir una clase sobre bienestar. Todo va en el mismo paquete.

Por ejemplo, aquí tenemos charlas intelectuales sobre geopolítica, economía, el mundo… Nos gustaría incluso ser una think tank global. Aquí el apetito para aportar y hacer cosas que generen impacto es infinito.

Las socias consideran a Juno House como su espacio seguro

¿Invitan a los hombres a participar? ¿O es un club restringido a mujeres?

Aquí pueden entrar personas de ambos sexos, por supuesto que sí. El mensaje de que este es un club de mujeres para mujeres es compatible con que vengan hombres a hacer de mentores, a dar charlas, a participar en actividades… Lo que no perdemos es la filosofía de que esta es una casa para el talento femenino, en el que las protagonistas son las socias. Pero, en el día a día, por supuesto que vienen hombres.

¿Y niños también?

Sí. Tenemos un espacio llamado Little Juno, pensado para la conciliación familiar. Mis peques me han inspirado mucho en ello y hemos creado un lugar mágico. No queríamos obviar a las familias, incluyendo a madres y padres. Si es sábado y quieres venir a hacer el vermut con tu familia, debes poder hacerlo. Incluso traerte a los abuelos.

No queríamos olvidarnos de esa necesidad. Este es un espacio para conciliar. Por ahora, está pensado para acoger actividades extraescolares y de fin de semana. Y ya veremos si podemos arrancar un concepto educativo del tipo Montessori. De momento, lo estamos pensando.

¿Cuál es el siguiente paso en la expansión de Juno House?

Este es un proyecto pensado desde su inicio para la expansión. Una vez que se consolide Barcelona, se trata de ir replicándolo. Como fundadoras, estamos empezando a mirar dónde podríamos ir. Hay ciudades que nos fascinan y en las que nos gustaría escalar la actividad.

Por ahora, y para poder demostrar nuestro alcance global, hemos establecido acuerdos con otros clubes a los que nuestras socias pueden acceder desde nuestra membresía. Eso genera mucho valor también.

Este es un proyecto pensado desde su inicio para la expansión. Una vez que se consolide Barcelona, se trata de ir replicándolo

¿Madrid está en sus planes de expansión?

Es una ciudad muy interesante para nosotras, claro. También otras que están fuera de España. Pero lo primero es consolidarse. Y, además, tenemos otras maneras de escalar. Por ejemplo, la marca está creciendo muy rápidamente, con proyectos digitales que pueden expandirse más que la mera actividad presencial.

Estamos creando nuestro propio podcast y algunos contenidos mediáticos. También tenemos nuestra propia tienda de e-commerce. Al final, la marca tiene que crecer y para eso se necesita que tenga su propia voz.

Usted ha trabajado en algunas de las agencias de publicidad más importantes del mundo. ¿Lo añora?

Bueno, aquí le daré dos respuestas. La primera es que yo me encuentro muy cómoda trabajando en comunicación y marketing, en consultoría de marca y en relaciones públicas. Ese es mi mundo. Y en Juno House he tenido la oportunidad de desarrollarlo y de sentirme muy bien haciéndolo.

Por otra parte, está la operativa del club. Y no le engañaré: es algo que me duele un poco más, por decirlo así. No es mi especialidad: desconozco de operaciones y de hospitalidad. Pero es algo que forma parte del proyecto y me he rodeado de personas expertas. Me siento orgullosa porque en el ámbito operativo yo pinto poco y, sin embargo, el equipo es excelente y lo lleva todo estupendamente.

¿En qué firma trabajó?

En Edelman, en Nueva York. Allí trabajé con más de 800 profesionales de los mejores del mundo. Dábamos servicio a marcas como HP o Samsung y viajaba a Seúl. Aquello era otra vida. Y por eso tengo muchas ganas de que Juno House crezca y se expanda.

Como emprendedores es importante ser firmes. A mí me fascina la marca y pensar dónde podemos llegar. Pero veo que emprender es difícil y no sé si es para todo el mundo. Pero para las personas que persiguen su sueño y crean cosas con impacto en la sociedad vale la pena.

Me fascina la marca y pensar dónde podemos llegar. Pero veo que emprender es difícil y no sé si es para todo el mundo

¿Y en su casa le apoyan?

Sí. Y eso ayuda mucho. En mi caso, mi pareja es también emprendedor, pero del mundo legal. Y creo que a mí me ayuda mucho tener una red de networking, porque encuentro también mucha compañía en hombres y mujeres inspiradores que he conocido.

¿Le han pedido que sea inversora o mentora en algún proyecto?

Ojalá llegue a ser business angel algún día, cuando haya consolidado todo esto. Ahora mismo lo doy todo a Juno House. Pero me encantaría invertir en proyectos femeninos.

Nacida en Chicago, hija de padre catalán, Natalie Batlle vive en Barcelona desde hace diez años. Aquí tuvo a sus dos pequeños. Trabajó en Nueva York para empresas de publicidad y marketing tan importantes como Edelman, dando servicio a marcas multinacionales de primer nivel. Colaboró, incluso, en la campaña electoral de Barack Obama. En los últimos años descubrió que la conciliación de una carrera profesional y el cuidado de los hijos necesitaba nuevos sistemas de apoyo. Así que, tras inspirarse en muchas mujeres llegó a la conclusión de que había que crear redes de confianza para el emprendimiento femenino. Juno House es un club que da forma a ese sueño y que busca expandirse internacionalmente.

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