Anna Fornés

Directora general de Factor Humà

“El compromiso es lo que hoy mueve la gestión de las personas”

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Hace tiempo que algunos corrientes empresariales, quizá con algún exceso de optimismo, apuntan que la crisis conllevará una transformación en el modo de pensar sobre lo que estaba vigente hasta ahora, y que la desnaturalización con la que se había llevado aquello de “el beneficio a cualquier precio” cambiará. Si hay que puede afrontar estos cambios con experiencia es Factor Humà, una fundación creada por Mercè Sala que empezó a preocuparse de estos conceptos cuando el despilfarro económico parecía eterno. Hoy hablamos con su directora general.

“Trabajar duro, con generosidad, es un valor que si se ha ido diluyendo con el paso de los años y pienso que va a resurgir con fuerza tras este periodo que estamos viviendo. El esfuerzo y el compromiso”

“Creo que una de las claves es conocerse de verdad a uno mismo, adquirir consciencia de tus capacidades pero también de tus puntos débiles. Y aquí ya no estamos hablando de la Gestión del conocimiento como de la Gestión del autoconocimiento”

“Es difícil encajar términos como “compromiso” cuando hoy existe tanta gente que, sin verlo venir, se ha quedado de repente sin ocupación. Pero lo importante es la idea, el concepto que estará vigente más allá de la coyuntura actual. 

 

Su vida volvió a empezar cuando se quedó sin trabajo 

Pues sí. Pero siempre hay que tratar de aprovechar estos aparentes reveses de la vida porque en el fondo pueden esconder grandes oportunidades. En mi caso, volví a la Politécnica de Catalunya, donde había cursado un máster y trabajé muy de cerca con un proyecto que entonces acababa prácticamente de nacer.  

Y que había sido creado por Mercè Sala, la expresidenta de Renfe

Sí, se trataba de Factor Humà, una fundación para la motivación  en las empresas. Un día me propuso la incorporación a la máxima ejecutiva. Y hoy, después de diez años, la fundación tiene 36 patronos y centenares de socios, y empresas que utilizan el gran abanico de servicios y actividades que se organizan.

¿Y ha cambiado mucho Factor Humà desde que asumió la dirección? 

Bueno, creo que, ahora mismo hemos alcanzado algunas de las metas que nos propusimos. Nacimos con 20 patronos, pero hay que decir que con la muerte de Mercè y la creación de un premio con su nombre, nos hizo visualizarnos considerablemente, con un notable incremento de empresas que quisieron incorporarse al Patronato.

Ahora tiene 36, según me ha dicho 

Si, y la idea es que como máximo lleguemos a las 50. No más, porque dejaríamos de encajar con la idea que tenemos de lo que debe ser una fundación como la nuestra. Eso sí, podemos crecer en número de socios, en empresas que recurran a nosotros, y sobre todo, en número de gente que nos pueda conocer. 

Con el tiempo, también han cambiado algunos conceptos. Ahora ya no hablamos de “Recursos Humanos” sino de “Gestión de las personas”. 

Sí, nos gusta más utilizar este término, y de hecho, Mercè Sala, que fue una auténtica pionera en este sentido y en otros, ya lo utilizaba hace casi 15 años. Y creo que describe mucho mejor lo que hoy necesita el mundo empresarial.

¿Y qué palabras clave cree que hoy son las que mueven lo que llamamos la  Gestión de las personas?

Por delante del resto de adjetivos, creo que sin duda la palabra “compromiso”. Y siempre, en su doble sentido, tanto desde la empresa hacia el trabajador, como del trabajador hacia la empresa. 

Pero con la crisis es duro hablar según de qué conceptos

Sí, somos conscientes de ello. Es difícil encajar términos como este de compromiso cuando hoy existe tanta gente que, sin verlo venir, se ha quedado de repente sin ocupación. Pero lo importante es la idea, el concepto que estará vigente más allá de la coyuntura actual. 

¿Alguna más?

Yo creo que la palabra “esfuerzo”. Lo estamos viendo cada vez más en las jóvenes generaciones. Trabajar duro, con generosidad, es un valor que si se ha ido diluyendo con el paso de los años y que pienso que va a resurgir con fuerza tras este periodo que estamos viviendo.

Bueno, ya estamos comprometidos, y le ponemos horas y empeño. Ahora, ¿qué mas necesitamos?

Atrevimiento, innovación, generosidad… Es cierto que  a veces la osadía en el trabajo nos puede jugar una mala pasada pero hay que probarlo, arriesgarse, buscando la oportunidad pero también siendo generoso con los que están a tu alrededor… A la larga, sale beneficiado todo el mundo. 

Así, pues, ¿desmontamos el mito de incentivar la competencia entre trabajadores para fomentar los resultados?

El de esa competencia individualista, sin duda alguna, porque de la solidaridad entre compañeros nacerán mejores resultados. Y cada cual descubrirá su auténtico potencial y sabrá qué es exactamente lo que la empresa vio en él para contratarlo.

¿Usted cree que uno se puede redescubrir, cambiando de trabajo?

A veces no hace falta ni siquiera cambiar… creo que una de las claves es conocerse  de verdad a uno mismo, adquirir consciencia de tus capacidades pero también de tus puntos débiles. Y aquí ya no estamos hablando de la “gestión del conocimiento” como  de la “gestión del autoconocimiento”.

¿Cree que con la crisis se ha devaluado en los últimos tiempos el concepto de liderazgo?

Bueno más que devaluarse, creo que se ha mutado. Se ha ido abandonando  progresivamente la idea de los líderes como seres casi absolutos como Superman, el prototipo de individuo que lo asume absolutamente todo. Todo esto ha dado paso a otros tipos de liderazgo, capaces de intercalarse en distintas esferas de una misma estructura empresarial. Y también nos ha llevado a una conclusión que parece obvia pero que no lo es tanto: no hay que forzar a nadie a ser líder si no quiere serlo.

En la Fundación ¿trabajáis el tema de la Selección de personal como un servicio outsourcing?

No, no llevamos temas de relaciones laborales, estamos metidos exclusivamente en temas de gestión de las personas. La selección de personal debe hacerla la propia empresa, gente que conozca su estructura y los objetivos de primera mano y que sepa ver en los candidatos que pueden encajar aquello que necesita de ellos. 

Volvamos a la crisis. Con ella, quizá se han puesto de manifiesto algunos otros problemas que quizás estaban ahí, latentes, pero que no se habían mostrado 

Sin duda. Por ejemplo, el sobreesfuerzo de algunos directivos, cargándose de más trabajo y responsabilidad del que podían afrontar. O el llamado presentismo laboral, un concepto que ahora está en boca de mucha gente y que sería el de aquellos trabajadores que están presentes en su lugar de trabajo, que hacen ver que trabajan, pero que no rascan bola. 

Y lo peor es que el ejemplo cunde

Sí, esto acaba contagiándose. Si uno adopta esta actitud y no “pasa nada” también es lógico que haya otros que se apunten al carro. Esto se puede ver a menudo en la Administración pública, aunque no exclusivamente en ella.

Hay otro tema preocupante. El desprecio por la gente con experiencia

Pues sí. Es una auténtica lacra social. Nuestros políticos deberán hacer algo pronto porque no puede ser que se pierda tanto valor expulsando a gente de 45 o 50 años que, en la mayoría de los casos no podrá volver a trabajar. Sólo una minoría aprovecha para montar algún negocio o consultoría, pero son los menos. 

Y luego están los jóvenes

Sí. Universitarios con dos carreras y másters que van directos al INEM… Porque la formación profesional aquí sigue siendo una asignatura pendiente no resuelta y hay una masificación de gente que va a la Universidad sin que haya respuesta suficiente de la empresa a esa demanda.

El panorama no resulta excesivamente alentador

Pero hay que salir adelante. Y especialmente cultivando la perseverancia, la resistencia, la tenacidad. Últimamente hemos organizado sesiones muy interesantes sobre este concepto. Creo que hay que ser optimistas positivos, no darnos por vencidos, aguantar el chaparrón hasta cuando deje de caer. 

En la teoría suena muy bien 

Y también la práctica. El otro día, por ejemplo, veíamos el caso de Invictus del que Clint Eastwood ha hecho una excelente película. La conclusión que se tiene es que Nelson Mandela fue alguien capaz de sobreponerse a todo tipo de adversidades. Y lo logró con menos oportunidades que nosotros, pero sí con toneladas de tenacidad y esperanza, y siendo siempre consciente de que de todo lo que nos brinde la vida hay que sacar siempre conclusiones provechosas.

 

Aunque se licenció en pedagogía, Anna Fornés siempre supo que lo que más le atraía era el entorno empresarial. Así que tras su paso por el mundo de la justicia juvenil, recaló en una multinacional de la distribución alimenticia, y a lo largo de siete años trabajó en la formación del personal. Tras quedarse embarazada, se vio en la calle y este hecho, como tantos otros en la vida, se convirtió paradójicamente en una oportunidad.

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