Salvador Vergés

Impulsor de Natrus

“Una empresa no funciona hoy en día sin un storytelling potente”


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Finalista a la mejor iniciativa empresarial de 2015 de AIJEC, Natrus es una iniciativa de elaboración y distribución de productos cárnicos certificados 100% naturales, originarios de La Garrotxa, en Girona. Más que productos cárnicos, hamburguesas, más específicamente. Nació de la inventiva de un ingeniero y del buen hacer de un experimentado ganadero que, tras analizar el sector e inspirarse en casos de éxito contrastado, tomaron las riendas de su excelente producto y lo quisieron llevar directamente a la mesa del consumidor. Natrus es una marca cuyo nombre evoca tanto la naturalidad del producto como un “nosotros” de gran personalidad. Una marca con una historia detrás y que nos cuenta su fundador.
Usted es ingeniero y su suegro es ganadero. Y los dos se ponen de acuerdo un día y crean Natrus… ¿es así?
Sí, pero por pasos. Mi suegro posee una explotación ganadera tradicional (el mas “La Carrera”) y sus dos hijas (mi esposa y mi cuñada) no parecía que fueran a seguir la tradición. Por mi parte, la crisis había acabado con la actividad de obra civil a la que me dedicaba, así que me iba a quedar sin trabajo más pronto que tarde. Nos juntamos los dos y empezamos a analizar alternativas diversas.
¿Qué alternativas?
Nuestra explotación es pequeña y vimos que si seguíamos haciendo lo mismo que hacíamos hasta entonces, podríamos ganarnos la vida, pero no íbamos a ampliar el horizonte empresarial. Así que debíamos hacer algo distinto, algo nuevo, como por ejemplo llegar hasta el cliente final. Ir un poco más allá y adquirir más protagonismo en la cadena de valor. Así que creamos una marca y entramos en el mundo de la distribución, para poder tener control de una mayor parte de esa cadena.
¿Y qué proceso siguieron?
En un primer momento nos asociamos con la cooperativa La Fageda, que cuenta con un gran prestigio y en la que nos inspiramos en buena medida: ellos también utilizan la leche que producen sus vacas para elaborar productos lácteos y distribuirlos directamente al mercado. Nosotros les llevamos actualmente la parte agrícola y ganadera. Tenemos su re-cría en nuestra casa. Y esa fue una primera línea de actividad, pero luego vinieron otras.
¿Como cuáles?
Fueron tres proyectos, interrelacionados. El primero es que queríamos que nuestra masía, “La Carrera”, fuera visitable. Frente a las grandes campañas publicitarias de la industria alimentaria, el recurso de los pequeños productores es abrir las puertas y demostrar a la gente que somos defensores de unos valores en alza como son el kilómetro cero, el bienestar animal, etcétera. El segundo proyecto fue el de mejorar la calidad intrínseca de nuestra carne, que ya era excelente. Pero queríamos que lo fuera más.
¿Y cómo lo hicieron?
Hicimos un análisis del sector a nivel mundial. Y vimos que la raza bovina “Angus” es la más adecuada. Le sucede algo parecido al cerdo ibérico: su carne está veteada y las grasas están infiltradas naturalmente en sus tejidos. Organolépticamente es una carne excepcional. Así que fuimos cambiando nuestro ganado gradualmente y lo sustituimos por terneras de esta raza. Vivimos en la Vall d’en Bas, un valle con una pluviometría que nos permite cultivar y cebar las terneras con maíz. Y eso nos da una ventaja.
¿Cuál?
Pues que cebar terneras Angus con maíz equivale a producir la famosa y celebrada carne de Nebraska. Pero con kilómetro cero, es decir, aquí mismo. Este nos permitió aumentar definitivamente la calidad de nuestra carne. Pero todavía nos faltaba un tercer proyecto.

Siga, siga…
Nuestra ambición e ilusión era llegar hasta el cliente final. Si queríamos mantenernos fieles a nuestros valores de pequeños productores (tradición, bienestar animal y kilómetro cero), debíamos especializarnos en un único producto. Decidimos consagrar toda la carne que salía del “Mas La Carrera” a la producción de hamburguesas de la máxima calidad, aprovechando la tendencia al alza que este producto ha tenido en los últimos años. Somos los únicos productores de carne en toda España dedicados exclusivamente a la hamburguesa. En estos momentos hemos logrado llegar al listón de producir 15.000 hamburguesas por semana. Y no sólo eso, también me propuse poner en las grandes cadenas de distribución a la primera hamburguesa 100% natural, sin ningún tipo de aditivo.

“Somos los únicos productores de carne en España dedicados exclusivamente a la hamburguesa”

¿Y lo lograron?
Así es. Logramos fabricar un producto totalmente natural que se conserva durante ocho días, que es el mínimo que exigen en la gran distribución para que un producto se mantenga en los lineales. Y aquí fue donde compartí mi proyecto con Noel Alimentaria, otra empresa de solera de Olot y nos asociamos. Creamos una mercantil conjunta en la que uníamos nuestra empresa y la suya. Imagínese, nosotros facturamos un millón al año y ellos unos doscientos, así que para nosotros fue una gran oportunidad.
Y de esa etapa aparece ya la marca Natrus…
En efecto. Es un nombre que nos gustó mucho, porque es una acepción de la palabra “nosaltres” (“nosotros”, en catalán) y que nos permitía el juego con la palabra “naturaleza”. Además, para temas de exportación, el sufijo latín “-us” también aporta algo… Y lo sacamos nosotros; no recurrimos a ninguna empresa de creación de nombres comerciales…

 “Nuestra marca se denomina ‘Natrus’ porque los que estamos detrás de ella –nosotros- creemos en ella”

¿Así que ahora son socios de La Fageda y de Noel Alimentaria?
Sí, pero con cada uno por su cuenta. Somos socios de La Fageda en la explotación agraria. Pero en cuanto a “Natrus”, pertenece a una sociedad denominada “Base Alimentaria”, regida por tres socios: “Mas La Carrera” (nosotros), Noel Alimentaria, y una figura mediática de gran renombre.
¿Cuál?
El futbolista del Barça Gerard Piqué. Tuve la ocasión de conocerle y de explicarle el proyecto y vio que el nuestro era un tema nada especulativo y muy real y que ayudaba al desarrollo rural. Así que decidió invertir en nosotros. Su función actualmente no es la de promocionar el producto, sino la de levantar el proyecto, de momento. Es un tipo inteligentísimo.

“Nuestra marca pertenece a una sociedad formada por nosotros, Noel Alimentaria y el futbolista Gerard Piqué”

Oiga, y entiendo que el maíz transgénico ustedes ni lo tocan, ¿verdad?
Absolutamente no. Nuestro claim es que “con nuestros campos alimentamos nuestras hamburguesas”. El nuestro es un modelo de ciclo cerrado en el que cubrimos los 360º de la actividad: cultivamos nuestro maíz y con él damos de comer a las terneras, y luego preparamos hamburguesas con su carne. Y esa es solo una de las tres patas de nuestro proyecto: el ciclo cerrado. Las otras dos son: dedicación al público “premium” y naturalidad 100% certificada.
Así que verdaderamente sus hamburguesas son de primera calidad…
De primerísima. Antiguamente la hamburguesa era un producto que se preparaba en las carnicerías cuando la carne dejaba de tener buen aspecto. Entonces se picaba y se sazonaba, incluso con sulfitos, para crear otro producto y tener una nueva vida útil. La nuestra es distinta. Producimos carne exclusivamente por y para producir hamburguesas. Y es un producto también “premium”: no está al alcance de todos los bolsillos. Pero tampoco necesitamos gustarle a todo el mundo.
¿Y sus hamburguesas son 100% ternera? En las carnicerías las fabrican con carne mixta…
No todas las que hacemos son 100% de ternera. Las fabricamos de dos tipos: de ternera, y también mixtas, que están mezcladas con carne de cerdo. Pero no es un cerdo cualquiera, sino que se trata del cerdo Duroc, una raza muy veteada de grasas no saturadas con la que trabajan en Noel Alimentaria. Podría decirse que es el primo hermano del cerdo ibérico. Además, en ambos casos, a la carne le damos un tipo de picado muy suave, denominado “estilo caché”, como se hace en Francia. Nuestra hamburguesa no es una bola de carne prensada como si fuera un amasijo, sino una carne que se forma a medida que se va picando. Es espectacularmente tierna.

“El producto de ciclo cerrado, el cliente premium y la naturalidad 100% son las tres patas de nuestro negocio”

En el mercado existen muchas “tallas” de hamburguesa. La regular, la extra, la “jumbo”. ¿Con qué pesos trabajan ustedes?
Para el canal “retail”, es decir, para el consumidor final, producimos hamburguesas de 115 gramos. Son de un peso parecido al del “quarter pounder” –o cuarto de libra- anglosajón o americano. Aunque me pareció curioso que el cuarto de libra exacto está patentado industrialmente y debes de pagar un canon si quieres producirlo. En cuanto al canal HORECA ya producimos otras modalidades distintas, hasta de 200 gramos.
¿Cómo de grande es su rebaño?
Actualmente tenemos 350 cabezas de ganado. Cada año tenemos unas 600. Pero ese no es nuestro límite: tenemos vías de expansionarnos. Ya le digo que a mí me gusta cierto romanticismo en este proyecto, pero no por ello abandonamos la premisa de rentabilidad económica.
¿Y cuál es su límite actual?
Lo que nos limita todavía es tener que ir a vender nuestro producto puerta por puerta, a todas las grandes cadenas de distribución que todavía no nos conocen. Ojalá pronto llegue el día en que eso no sea necesario.
¿Cuál es actualmente el alcance geográfico de su producción? ¿Hasta dónde sirven?
Vamos expandiéndonos como las manchas de aceite. Ya estamos muy asentados en toda Catalunya y estamos en todas las grandes cadenas de distribución existentes. Hemos logrado también ser la hamburguesa “gourmet” de Port Aventura y hace unos meses empezamos a distribuir, gracias a Alcampo y Carrefour, por España. También estamos en vías de empezar a internacionalizarnos. Pero para ello tenemos que trabajar en una I+D que nos permita que un producto fresco como el nuestro tenga 30 días de caducidad. Esto nos permitiría llegar más lejos.
Pero parece mentira que una carne pueda durar fresca durante 30 días…
Con la tecnología de las altas presiones se puede. Se trata de una alternativa a la pasteurización que permite alargar la vida del producto, sin ningún tipo de aditivo, y sin cambiar su composición organoléptica.
Este proyecto les ha llevado a ser uno de los finalistas del premio a la mejor iniciativa empresarial de AIJEC. ¿Qué valor le dan Uds. a la comunicación y al marketing? ¿Se ayudan de agencias externas?
Soy un gran amante de la parte del marketing y la comunicación. La comunicación la llevo personalmente y para el marketing tenemos a unos profesionales excelentes que nos ayudan en temas de diseño gráfico, etcetera. Si una marca no tiene un storytelling potente, no funciona hoy en día. A “Natrus” le llamamos así porque la gente que estamos detrás respondemos por ella, damos la cara. Y cualquiera puede venir a vernos trabajar, porque no escondemos nada. Esa es nuestra historia.

“Somos transparentes. Cualquiera puede venir a conocer nuestro proceso de producción. Es la manera de diferenciarnos de los pequeños productores”

Estudió una de las ingenierías más complejas que existen, la de Caminos, Canales y Puertos. Trabajó en obras civiles en Madrid, Barcelona y Girona. Pero cuando la crisis afectó a la licitación pública, la actividad del sector se paralizó y tuvo que dejarlo. Era 2008 y él y su mujer se habían mudado a una masía familiar en Olot, desde cuya ventana observaba todos los días cómo su suegro alimentaba y cuidaba a un ganado extraordinario. Buscando qué nuevos proyectos emprender pensó que si ayudaba al padre de su esposa mantendría la tradición y a la vez le podría dar una vuelta de tuerca al negocio. Así nació Natrus. “Me reencarné”, dice con sorna, mientras nos cuenta su storytelling de producción y distribución de productos cárnicos certificados 100% naturales.

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