Tiempos convulsos

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Me equivoqué. Avanzaba yo en el último comentario antes de vacaciones que agosto iba a ser distinto a otros de años pasados, pero la cosa duró una semana. Luego, lo de siempre, escapada, comercios cerrados y bares y terrazas llenos en la costa. Con menos gasto per cápita, eso sí. Me comentaba el dueño de una tienda de los de toda la vida que muchos colegas habían dejado abierto en los primeros días del mes para tratar de salvar la caja, pero que, en vista del éxito, lo habían dejado correr. Aunque también hay que reconocer que en los rostros de los que ibas viendo a lo largo de la canícula denotaban cierta tristeza interior, cierto deseo de no pensar en que, tarde o temprano, tras agosto viene septiembre…

Y el mes nueve del año 12 de la primera década de siglo 21 ha llegado y con él, temblores cada vez más notorios bajo nuestros pies. La situación en Europa, y en concreto, la relación entre el Estado español y las autoridades europeas sigue siendo similar a aquellas ollas a presión que empiezan a echar vapor por la válvula. Tan solo unos segundos obstruyendo esa salida y nos puede explotar en pleno rostro. Cada vez parece más evidente que los números que nos han ido contando están muy por debajo de los de verdad, y que con cien mil millones España no tiene ni para empezar…

Y entre tanta convulsión y temblor, surge un clamor popular que va más allá de los que se han ido produciendo en los últimos tiempos, una voz de centenares de miles de personas  que piden algo distinto a lo que se ha venido reclamando, no va estrictamente de pagas extras, recortes en sanidad o educación, maltrato a los funcionarios…no, la gente reclamaba la independencia. Probablemente, en la mente de muchos, estaba el concepto de “independencia económica” pero ese grito quedó aglutinado en el mas genérico.

En el Reino Unido, el premier Cameron no tuvo ningún reparo en concederle a Alex Salmon, el líder escocés, un referéndum en el 2014 en el que los escoceses decidan si quieren escindirse, separarse, secesionarse , o como se le quiera llamar. En España, a ese deseo se le ha contestado con insultos, han llamado a los que se manifestaron desde malinformados  a estúpidos, manipulables y otras lindezas.  Y eso no ha hecho más que incorporar mas voces al enorme coro.

2012 está siendo un año de convulsiones, y ha sido en septiembre donde han arreciado más focos aún de conflicto, uno entre el Islam y los Estados Unidos por el film de parodia a Mahoma, y el otro entre chinos y japoneses,resucitando conflictos del pasado.

Son tiempos de convulsión incluso en el Real Madrid, que con 500 millones de euros en jugadores en la plantilla, según su entrenador, no tiene equipo…

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