Bettina Götzenberger

Directora de Lo más legal

 Derecho para todos.

 "Somos el low cost de las consultas de abogados"

 Lo más legal rompe con el clasicismo jurídico acercando los servicios legales al ciudadano medio.
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 La cultura del low cost se está imponiendo de manera imparable en varios ámbitos de nuestra vida cotidiana que hasta hace poco parecían impensables. Uno de ellos es el jurídico. Lo más legal se define como la "primera tienda legal en España", una shop en la que durante todo el día, sin cita previa y a pie de calle, ofrece asesoramiento y consejo legal con toda confianza y garantía a un precio asequible. "Tan facil como ir de compras", es uno de sus lemas. Algo está cambiando, pues, cuando lo que desde siempre parecía lento y farragoso se convierte ahora, y sin ningún tipo de complejos, en rápido y sencillo. Bettina Götzenberger, creadora del concepto y directora de la firma, nos explica con detalle las particularidades de su tienda jurídica. 

«La pregunta que debe hacerse la gente no es por qué tenemos precios ajustados sino por qué durante tantos años los servicios legales se han pagado tan caros»
«Todo cambia constantemente y hay que reciclarse para estar al servicio del cliente y no perder de vista aquello que más le puede interesar»
«Contribuimos a la seguridad jurídica del país. Si todo el mundo puede tener acceso al derecho, fonemtamos a que exista cultura jurídica y la gente conozca sus derechos»
«De aquí a unos cinco o diez años nos gustaría tener muchas tiendas en muchos sitios, pero sobre todo, nos gustaría estar más cerca de la gente»

 

 ¿Cómo nació "Lo más legal"? 

 
La idea se gestó en un viaje a los Estados Unidos. A diferencia de Europa, América nunca ha tenido complejos en comercializar algunas áreas, como la jurídica, que parecen reducidas a determinados ámbitos elitistas. Allí existían este tipo de asociaciones y se me ocurrió que en España también podrían funcionar. El siguiente paso fue elaborar un estudio de mercado para analizar el interés que podría tener el ciudadano hacia el concepto. El 90% de la gente lo aceptó, así que empezamos a desarrollar la idea. 
 
 
Pero montar una tienda legal no es como montar una de ropa.
 
Por supuesto. En una tienda tienes los vestidos, la dependienta, la caja: y ya puedes vender. En una tienda en la que se ofrece asesoramiento legal, la responsabilidad es mucho mayor. ¿Cómo se consigue esto? Prestando servicios a partir de un programa informático a medida, siendo serio y profesional, y teniendo las ideas muy claras para encontrar el mejor asesoramiento. 
 
 
Llevan poco más de un año funcionando. ¿Cuál es el balance?
 
Creo que muy bueno. Lo básico para nosotros es hacer mucha publicidad, tenemos un feedback estupendo. Pienso que lo más difícil está ya superado: romper el prejuicio que podía existir al pedir asesoramiento legal en una tienda sin concertar cita previa, y sin el ritual que ha representado siempre contratar los servicios de un abogado. 
 
 
Hábleme más de este feedback con los clientes. 
 
Es muy satisfactorio. Aunque pueden acudir a nosotros con cierto temor, salen muy satisfechos y nos dan un 10. Un 35% de ellos son recurrentes, y un 35% más viene recomendado por amigos y familiares. Son unas cifras muy interesantes. También debo decir que en cuanto a la privacidad en las consultas nos conceden un simple aprobado. Es una cuestión que estamos tratando de mejorar.
  
 
¿Cuáles son los signos distintivos para tratar a los clientes que acuden a Lo más legal? 
 
Como en todo negocio, es básico el don de gentes. Ofrecemos un trato muy personalizado, somos ágiles y solucionamos los problemas sobre la marcha. El cliente saldrá de la tienda sabiendo algo. Tenemos fácil acceso: se rompen las barreras que existen en los despachos convencionales. Y también el precio: 30 euros los primeros 20 minutos, y si se excede este tiempo, son 50. Tenemos unos precios establecidos muy razonables. Otra ventaja es el horario. De ocho y media a ocho y media. Y los sábados por la mañana, abrimos. 
 
 
¿Cuál es el perfil de sus clientes? 
 
Hay un poco de todo, pero en general gente de clase media. En cuanto a las edades, entorno a los 40 y los 50. Los casos, los contestamos todos. Pero estamos especializados en aquellos más frecuentes, es decir, asuntos inmobiliarios, separaciones, divorcios y herencias. También tratamos controversias laborales de todo tipo, y últimamente, gestiones relativas a la legalización de extranjeros.  
 
 
A la gente le debe sorprender el precio y quizá hay quien insinúe que quizá es demasiado barato para lo que pretende ofrecer. 
 
Admito que somos el low cost del asesoramiento legal, que no baratos. Son conceptos distintos. La pregunta que debe hacerse la gente no es por qué tenemos precios ajustados sino por qué durante tantos años los servicios legales se han pagado tan caros. 
 
 
¿Entonces? 
 
En Lo más legal todos nuestros abogados tienen más de 5 años de experiencia y los formamos mediante un programa propio. Queremos tener la calidad de los grandes profesionales pero con precios muy distintos. Para entendernos, tenemos flores pero no florituras.  
 
 
¿Cual es la percepción que tienen los despachos clásicos sobre Lo más legal? 
 
No sé, creo que nos miran con inquietud y curiosidad al mismo tiempo. A nosotros nos va muy bien que no nos consideren como su competencia porque nosotros sí lo hacemos. Estamos en un mundo muy competitivo, en el que todo cambia constantemente y hay que reciclarse para estar al servicio del cliente y no perder de vista aquello que más le puede interesar.  
 
 
¿A qué cree que contribuye su despacho aparte de solucionar temas legales?  
 
Creo que contribuimos a la seguridad jurídica del país. Si todo el mundo puede tener acceso a este mundo, contribuimos a que haya cultura de leyes y la gente conozca sus derechos. Queremos contribuir a un proceso educativo para toda la sociedad. Queremos hacer la abogacía preventiva, que la gente sepa dónde se mete si firma un documento que no sabe qué es. Queremos que la gente no tenga la idea que ir al abogado es como ir al dentista: algo desagradable y necesario. 
 
 
No son los únicos que han popularizado el derecho…
 
No, claro que no. Otros lo hacen vía teléfono y cobrando por cuotas. A nosotros no nos gusta eso. 
 
 
¿Cómo se plantean la expansión? 
 
Todavía no hemos recuperado la inversión inicial, ya se sabe que estas cosas al principio van lentas y más si no existe tradición en este campo. La base del negocio se basará en la consolidación de una red de tiendas. Invertiremos más en publicidad y analizaremos cada paso de nuestra expansión. Empezaremos en breve a abrir sucursales por España, la próxima se inaugurará este otoño en el Baix Llobregat.  
 
 
¿Cómo cree que será Lo más legal en un lustro? 
 
Seremos el número 1, sin duda. Y lo seremos respetando las normas deontológicas. De aquí a unos cinco o diez años nos gustaría tener muchas tiendas en muchos sitios, pero sobre todo, nos gustaría estar más cerca de la gente. 

 

 Bettina Götzenberger nació en Barcelona pero pasó su infancia y primera juventud en Alemania, donde se formó académicamente. Casada con un catalán y con diversos títulos relacionados con la legislación y el comercio internacional, ha trabajado en diversos despachos de abogados, e incluso en el año 2003 montó el suyo propio, Ideandum. Götzenberger ocupa diversos cargos, entre los que destaca la vicepresidencia de la Asociación Española de Directivos, y de muchas otras entidades. Su última gran aventura profesional es Lo más legal. 

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