Semestre horribilis

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Sigo sin salir de mi asombro y, como yo, muchos, algunos incluso expertos en economía. A lo largo de este segundo semestre de 2008 hemos asistido (estamos asistiendo) al derrumbe de todo un sistema, el sistema financiero mundial. Primero, con el escándalo de las subprime, que han llevado a millones de personas a perder sus muchos o pocos ahorros; hemos visto caer a bancos que parecían modélicos como Lehman Brothers; y hemos constatado que el tsunami ha dado la vuelta al globo terráqueo. Pero lo de este tal Bernard Madoff ha logrado él solito es la puntilla. Y los efectos en España, de momento, se cifran en 3.000 millones, tan solo (vaya, un consuelo), pero en todo el mundo, compañías de seguros, bancos, cajas de ahorro, aún no han hecho públicas y notorias las consecuencias finales.

Ante tal panorama, parece una ardua tarea volver a conseguir la confianza de la gente cuando su asesor le habla de invertir sus ahorros en un fondo o en cualquier producto de los que se llaman atractivos. Su atracción les ha convertido en fatales. No sé cómo acabará 2008, pero "el semestre horribilis" lo está siendo, y de qué manera, para miles de trabajadores que no han perdido ni un euro con estos escándalos financieros, ni con el hundimiento de las bolsas de octubre, pero que van engrosando las listas del INEM, a razón de 500 diarios.

Los casos mas recientes de Nissan, Seat o Sony ponen sobre la mesa una situación que se acerca a la de desesperación y todo, justo a las puertas de la Navidad, de esos días en que lo que uno quiere es salir de compras y disfrutar con la familia. Sólo se me ocurre, para positivar un poco todo esto, que si se sigue el refranero popular, 2009 tiene que ser mejor, porque las nieves caídas en los últimos días deberían anunciar año de bienes. Aunque sea contra toda lógica.NULL

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