Branco Calleja

Fundador y CEO de Yupcharge

Emprendedor con recarga

“Nos lo creímos cuando vimos que las ventas crecían a ritmo de dos dígitos cada mes” 


Yupcharge soluciona la recarga de móviles en espacios públicos en 25 países de todo el mundo

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Hace siete años y medio entrevistamos a un Branco Calleja más joven, quizás más inexperto, pero, seguro, igual de resuelto que hoy. Entonces, junto a su hermana, lanzaban un proyecto llamado Punto Bilë, que con el tiempo se consolidó y se transformó hasta llegar a Yupcharge, una compañía con presencia en 25 países que ofrece soluciones innovadoras y útiles para los usuarios de telefonía móvil. Es decir, para todo el mundo. Comenzamos repasando su historia, para quienes ya no recuerden aquella primera entrevista.

«Marcas muy importantes comenzaron a llamarnos o a enviarnos emails. Somos poca gente en el despacho y cuando te llega un correo de una gran empresa, se nota»
 
«Hemos pasado del “¡oye, qué chulo!, ¡qué buena idea!” a que los clientes nos elijan»
 
«Las mejoras que han experimentado los teléfonos móviles no compensan el aumento del uso de los aparatos. De hecho, un teléfono a pleno rendimiento, aunque sea el más moderno del mercado, requiere una batería adicional»
 
«Nuestro modelo de negocio está pensado para que cargar la batería sea fácil y gratuito, tanto para el usuario como para el cliente. Cualquier momento es bueno para cargar»
 
«Lo que nos gustaría es aportar algo a las “smart cities”, es decir, las ciudades inteligentes donde el teléfono es un elemento fundamental de trabajo y de vida, y en las que no puedes quedarte sin batería porque te pierdes muchas cosas»
 
«Hay muchas guerras abiertas y nosotros no podemos estar en todas. Nuestra línea es hacer cargadores de teléfonos móviles en dispositivos de uso público, ya sean de interior o exterior. No pretendemos más»
Hace 10 años usted defendía un proyecto de fabricación de maquinaria que le llevó a viajar por el mundo. En China se encontró con un aparato de carga para móviles innovador. Y se lo trajo para casa.
Hace 10 años todos íbamos con teléfonos que no eran inteligentes. Eran modelos de Nokia o de Blackberry que servían únicamente para llamar. En un aeropuerto chino vi un aparato cargador y le hice una fotografía con mi cámara. Mi móvil de entonces no la llevaba integrada. Y presenté la idea a la familia. Pensamos que podíamos apostar por ello e hicimos una búsqueda sobre si alguien lo fabricaba en España u otros países. No encontramos a nadie y fuimos a China, al fabricante, a pedir que nos dejaran la distribución de sus productos para España y Portugal. Así empezamos.
 
¿Y la relación duró mucho?
Ese “matrimonio” duró muy poco, la verdad. Creímos que el negocio tenía mucho futuro, y vimos que a la gente a la que visitábamos le gustaba el proyecto. Pero cuando empezamos a colocar el producto en la calle vimos que no tenía la calidad suficiente, que no ofrecía garantías. Se trata de un producto que está en contacto permanente con la gente y que los usuarios no siempre los tratan de la mejor manera. Así que optamos por comenzar a fabricar nosotros mismos.
 
Y bautizaron a la criatura como Yupcharge.
Todavía no. Bautizamos el proyecto inicial como “Punto Bilë” (que vinimos a presentar a FeedbackToday en 2009 – ver https://www.feedbacktoday.net/entrevista/235/branco-y-maria-calleja-socios-fundadores-de-punto-bile?idEdicion=285). Al cabo de muy poco tiempo lo empezamos a vender internacionalmente. También generamos otro proyecto paralelo llamado Livesince. Fuimos tratando de conocer el negocio de algo que creíamos que era nuevo y de lo que todavía no existía un modelo de negocio claro. Como éramos los números uno, todo estaba por hacer. Así que no tardamos en desarrollar nuestra propia tecnología.
 
Y en algún momento se ponen a volar por su cuenta.
Bueno, hay dos momentos clave. Uno fue cuando vimos que nos creíamos el proyecto y decidimos ir a por él. Nos desprendimos del “lastre” que suponía el socio chino, comenzamos a fabricar por nuestra cuenta y a tener las primeras ventajas y los primeros inconvenientes: era el año 2009 y nos encontramos el mundo en crisis.
 
¿Y el otro momento clave?
Fue hace tres años. Nos dimos cuenta de que nuestras ventas y nuestros contactos estaban subiendo a ritmos de dos dígitos cada mes. Vimos que esto iba en serio. Marcas muy importantes, verdaderas “locomotoras” de diversos sectores, comenzaron a llamarnos o a enviarnos emails. Nosotros somos poca gente en el despacho y cuando te llega un correo de una gran empresa, se nota. Hemos pasado del “¡oye, qué chulo!, ¡qué buena idea!” a que los clientes nos elijan.
 
En estos diez años, usted lo ha dicho, los teléfonos móviles han cambiado mucho. Y seguirán cambiando ¿Tienen eso contemplado en su plan?
No tenemos estudios que expliquen lo que va a pasar. Las mejoras que han experimentado los teléfonos móviles no compensan el aumento del uso de los aparatos. De hecho, un teléfono a pleno rendimiento, aunque sea el más moderno del mercado, requiere una batería adicional. Estos días, que salgo mucho del despacho, tengo que ir con una de reserva encima, porque si no, no puedes hacer nada. Nuestro modelo de negocio está pensado para que cargar la batería sea fácil y gratuito, tanto para el usuario como para el cliente. Cualquier momento es bueno para cargar.
 
¿Hacia dónde se dirige el I+D actual de Yupcharge?
Lo que nos gustaría es aportar algo a las “smart cities”, es decir, las ciudades inteligentes donde el teléfono es un elemento fundamental de trabajo y de vida, y en las que no puedes quedarte sin batería porque te pierdes muchas cosas. Nuestro granito de arena sería facilitar que todo el mundo pueda cargar en cualquier momento y, en este sentido, estamos pensando en una aplicación móvil que le diga al usuario dónde tiene puntos de carga a menos de diez minutos de donde se encuentre.
 
¿Y es fácil cargar un teléfono? Digo yo que hay muchos modelos y que no todos cargan igual.
Cierto. Finalmente, no sólo dependes del cargador, sino también del aparato de teléfono. Hace 3 o 4 años, desde Europa, se dieron indicaciones para crear un cargador único. Y no se cumplió. Las grandes empresas como Samsung o Qualcomm ponen su propia tecnología. Nosotros fabricamos un cargador muy rápido, pero hemos de conocer el teléfono al que vamos a cargar, primero.
 
Cada uno va por su cuenta.
De hecho, Apple no está por la labor. Hay una guerra entre las compañías, que están en el “sí quiero, no quiero”. Lo cierto es que cuando empezamos, cada teléfono era diferente y nuestras máquinas tenían 18 o 24 tipos de clavija diferente. Ahora tenemos 3 tipos, lo cual es una maravilla, porque nuestras máquinas ya permiten dar carga a todos los teléfonos. Si tienes un teléfono de menos de tres años seguro que puedes cargarlo en nuestra máquina. 
 
Su equipo en Yupcharge está compuesto por 10 personas. ¿Suficientes como para presentarse a licitaciones y concursos públicos?
Estamos yendo a concursos. Algunos, incluso, los estamos promoviendo nosotros. Por ejemplo, hemos ganado una licitación de AENA para colocar nuestras máquinas en Las Palmas y en Málaga. También hemos ganado concursos en centros comerciales y hospitales. Cada vez vamos a más y esto es porque, o bien nos buscan, o bien vamos y lo explicamos. En cualquier caso, el interés está creciendo. 
 
Además de usted, que es especialista en Administración y Dirección de Empresas, su equipo contará con tecnólogos también.
Tenemos un buen mix. Creo que somos un equipo multidisciplinar, que combina gente joven con frescura, con gente más experimentada. La verdad es que somos una empresa tan pequeña y que crece tanto, que muchas veces necesitamos de todo: ingenieros, especialistas en logística… Actualmente estamos vendiendo en 25 países. Transportar a México nos representa tener que hacer bien las cosas para organizar envíos de manera razonable. Efectivamente, contamos con gente que aprende con nosotros y con la que aprendemos también.
 
¿Qué parte de su actividad está dedicada al marketing, o al packaging del producto?
Pues le diré que al principio no le prestábamos tanta atención como ahora, porque teníamos el producto en el centro de la actividad. Pero cada vez más nos gusta el diseño. La verdad es que vamos a mejorar el diseño del producto para que sea algo bonito. Por ahora algunos modelos de nuestros cargadores se asemejan a taquillas de piscina.
 
Es un diseño funcional. Por lo menos, mientras se carga el teléfono, puedes ir a hacer otra cosa, seguro de que nadie te lo va a quitar.
La verdad que tenemos más de 20 productos en el catálogo. Todos, también las taquillas, son seguros. Y muchos clientes lo agradecen. 
 
También dicen que los automóviles del futuro llevarán su propia bandeja de carga para los móviles. ¿Serán competidores de ustedes?
Verá, una de las cosas en las que más tiempo perdimos al principio de todo fue en la de querer abarcar. Hay muchas guerras abiertas y nosotros no podemos estar en todas. Debemos enfocarnos y ver los pasos que debemos hacer para llegar a un lugar concreto. Nuestra línea es hacer cargadores de teléfonos móviles en dispositivos de uso público, ya sean de interior o exterior. No pretendemos más.
 
Así que los coches no competirán con ustedes. ¿Cuál es su reto para este año? ¿Llegar a más países? ¿Consolidar los segmentos de clientela?
En 2017 estamos cumpliendo el décimo aniversario. Este año va a ser el de la consolidación. El año pasado nos centramos en Sudamérica y Centroamérica, y abrimos oficinas en Chile, Colombia, República Dominicana, Panamá… Este año queremos potenciar esa zona y también queremos abrirnos a Europa, comenzando por Portugal, Irlanda y Francia. Cada vez que comenzamos un proyecto de este estilo podemos pasar diversos meses sin recibir un pedido y, además, invirtiendo. Por tanto, puede ser algo complicado.
 
 

 

El CEO de Yupcharge fue alumno de ESADE y, al concluir los estudios, trabajador de banca. Duró en una sucursal los cuatro meses que necesitó para ver que lo suyo era emprender y hacer de cada día una aventura diferente. Emprendió. Primero en un balneario urbano en el barrio de la Bonanova de Barcelona. Luego, creó una empresa de maquinaria de construcción especializada en la carpintería de aluminio. Aquello le llevó a tener que viajar a China en diversas ocasiones y a pisar numerosos aeropuertos. En uno de esos lances descubrió una máquina cargadora de teléfonos móviles que le llamó la atención. La fotografió y se trajo la idea para Barcelona, donde se la presentó a su familia en términos de oportunidad. Su hermana, que entonces estaba finalizando sus estudios de periodismo y relaciones públicas, compró la idea y se lanzaron a por ella.

Hoy día Yupcharge diseña y fabrica puntos de carga para teléfonos móviles en lugares públicos. Sean cafeterías, centros comerciales, hospitales o aeropuertos, millones de personas en 25 países pueden mantenerse comunicados gracias a las innovaciones de esta compañía catalana. Su catálogo ya cuenta con 30 equipos diferentes y se plantean una misión muy ambiciosa: hacer fácil la vida del ciudadano en las Smart Cities que se avecinan para que nadie tenga que preocuparse de si sale o no de casa con el móvil cargado.

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