Las nuevas tecnologías y su impacto en la competitividad empresarial

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Javier Zamora aborda cómo las TIC han cambiado la vida de las empresas y su relación con los clientes
 
La tecnología y el universo digital están más presentes que nunca en la sociedad actual. Por primera vez, el mercado de consumo es más grande que el mercado corporativo en la industria de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Este proceso, conocido como la consumerización de las TIC, ya es imparable. No sólo está aquí para quedarse, sino que está transformando por completo tanto a empresas como a sectores empresariales. Esto, a su vez, supone una serie de retos importantes para las compañías, pero a la vez grandes oportunidades de creación de valor. 
 
En torno a esa idea giró la ponencia que el profesor del IESE Javier Zamora pronunció ayer en el campus de Madrid. La charla, titulada ‘El ascenso de la(s) persona(s): Más allá de la consumerización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación’, se enmarca dentro del Programa de Continuidad, organizado por la Alumni Association. 
 
Una de las conclusiones a las que llegó el profesor Zamora es clara: la adopción de estas nuevas tecnologías no debe verse únicamente como una amenaza en la destrucción de la cadena de valor tradicional, sino como una potente herramienta de la competitividad de las empresas. 
 
Por primera vez en la historia de las TIC, los consumidores disfrutan en sus hogares de tecnología más avanzada y asequible que la que puedan encontrar en la empresa. Este cambio tecnológico, donde las personas tienen un mayor conocimiento en el uso y los beneficios de las herramientas y servicios de las TIC, está originando un cambio social. Y este cambio social tiene un impacto directo en cómo se organizan las empresas y en cómo éstas se relacionan con sus clientes. 
 
Cambio de paradigma 
 
Aspectos como las redes sociales, internet en el móvil (los teléfonos inteligentes), los big data y la nube hacen posible esta era digital. La capacidad de procesamiento de la información aumenta de forma imparable. Debido a este impacto de la tecnología, las líneas entre el ámbito profesional y el personal se desdibujan. «Esto nos lleva a un cambio de paradigma. Sin un conocimiento de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, el directivo no puede configurar una estrategia adecuada para su empresa», aseguró el ponente. 
 
Esta consumerización hace que los flujos de información estén cambiando, así como determinadas normas cívicas. En esta misma línea, Zamora apuntó que una clave para que las empresas mejoren su competitividad es que sepan utilizar las posibilidades que ofrecen las TIC sobre el resto de sus competidores. 
 
Durante su intervención, este experto recordó, por ejemplo, cómo el uso del correo electrónico, de Google y sus múltiples aplicaciones, y de Facebook han calado con fuerza en el devenir de multitud de empresas. «¿Hemos visto ya todo el potencial de las redes sociales? Creo que aún faltan por llegar las redes sociales corporativas», manifestó.
 
La era post PC 
 
Las nuevas tecnologías y las inmensas posibilidades que ofrece la web 2.0 facilitan una comunicación bidireccional, en la que los clientes tienen más que nunca la posibilidad de expresarse de forma directa con la empresa durante todo el proceso en el que interactúa con ella. «Estamos entrando en la era post PC: las plataformas móviles ganan terreno al PC tradicional. Esto significa que estamos proporcionando poder de decisión a clientes y empleados, e implica una atomización de los procesos de negocio y un aumento de la competitividad», aseguró el ponente. 
 
Así, los nativos digitales ganan terreno. Se trata de una nueva generación que, en un futuro más o menos cercano, se convertirán en nuevos clientes y en nuevos empleados, por lo que se les debe tener muy presentes en el mundo de los negocios. 
 
¿Cuáles son algunas de las consecuencias de esta consumerización de las TIC? El profesor Zamora enumeró varias: el consumidor tiene más capacidad de decisión en tiempo real, los empleados buscan más participación y control en los procesos empresariales, todos queremos ser consumidores, los ciudadanos quieren más interacción de sus políticos y los clientes usan las redes sociales para hacer suya la marca. 
El poder de las TIC es incuestionable. Si la radio tardó 38 años en alcanzar una audiencia de 50 millones de personas, internet llegó a esa misma cantidad de ciudadanos en apenas cuatro años. En sólo dos años, Facebook alcanzó esa cifra. Hoy, más de mil millones de usuarios emplean la red social de Mark Zuckerberg. Ante este panorama, el principal reto al que se enfrenta el directivo es cómo gestionar los cambios culturales para adoptarlos de forma correcta a su empresa.
 

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