Imaginar el futuro en cuatro pasos

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«No es que haya un futuro ‘ahí fuera’ que tengamos que predecir. Hay muchos futuros alternativos que podemos prever y con los que podemos experimentar en alguna medida». (Jim Dator, futurista influyente)

¿Te imaginas el futuro? Los libros y las películas ya lo han hecho. Si confiamos en Blade Runner 2049, las corporaciones fabricarán humanos mediante bioingeniería para que sirvan como esclavos. Si eso suena distópico, José Ramón Pin, del IESE, ha escrito recientemente un libro, ambientado en el año 4344, en el que predice el establecimiento de colonias interestelares, donde la Iglesia sigue vigente y, aunque parezca una mera fantasía, ¡seguiremos disfrutando de la pizza y el helado!

¿El hecho de imaginar futuros posibles, como en los ejemplos anteriores, puede servirnos de guía? ¿Podría, incluso, llevarnos hacia un futuro mejor, salvándonos de un desastre potencial?

Estas fueron algunas de las preguntas planteadas en una exposición titulada «La gran imaginación. Historias del futuro» y en varios talleres relacionados. Basada en las ideas del influyente futurista Jim Dator, la exposición se celebró, por primera vez, en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid durante la primavera de 2022, y es posible que pase a ser itinerante.

Antes de entender hacia dónde vamos, debemos comprender de dónde venimos. Como escribió Dator, «No es posible pensar de manera útil y creativa sobre el futuro de cualquier cosa hasta que no comprendemos su razón de ser, las muchas y diferentes facetas de su pasado».

El futuro comienza en el pasado

En el mundo occidental, algunas de las primeras representaciones de futuros ficticios surgieron durante la Revolución Industrial, en el siglo XVIII. A la novela de Louis-Sébastien Mercier titulada El año 2440. Un sueño como no ha habido otro se la considera la primera del género de ciencia ficción basada en visiones utópicas del futuro. Mercier escribió sobre un futuro igualitario, apenas 18 años antes de la Revolución Francesa (1789), a partir de una verdad fundamental sobre el pensamiento acerca del futuro: «Este tipo de imaginación responde a un conjunto de circunstancias materiales y sociales específicas que la hacen posible y, a su vez, las hace posibles. Las imágenes del futuro no son solamente una curiosidad cultural, ni tampoco solamente una expresión de la sociedad que las produce, son verdaderamente un factor que anima y dirige el cambio social». En otras palabras, es posible que reflexionar sobre el futuro acelere el cambio histórico.

Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XX cuando las ideas del futuro aumentaron durante lo que se conoce como «la gran aceleración». Los científicos de la Tierra lo llaman así debido al salto espectacular en la riqueza, la población y el uso de la energía y los recursos naturales; un cambio que no muestra signos de desaceleración.

Desde que se lanzaron las primeras bombas atómicas en 1945, la interferencia humana en la ecología de la Tierra se ha vuelto cada vez más evidente. La actividad humana está «creando una nueva versión de un viejo planeta», escribieron Peter Engelke y J.R. McNeill, coautores del libro The Great Acceleration: An Environmental History of the Anthropocene since 1945

Basta decir que, desde que comenzó la gran aceleración, los cambios exponenciales han alimentado nuestra imaginación para soñar con aún más cambios; particularmente, en el transporte, los medios de comunicación y el diseño de ciudades (piensa en Metrópolis o en Gotham). La ficción ha ayudado a dar forma a los hechos. 

La organización de los posibles futuros

Algunos futuristas usan el «cono de futuros» para representar el reino de lo que es posible, plausible, probable y preferible (así como lo que es improbable). La forma del cono expresa la idea de que, cuanto más miramos hacia adelante, más abiertos se vuelven los futuros.

Para organizar las ideas, volvamos a Dator, quien propuso que la mayoría de las ideas del futuro se pueden clasificar en estas cuatro categorías, como se explica a continuación:

1. Crecimiento
El crecimiento es, con mucho, el más común de los cuatro futuros alternativos. Es uno de los temas favoritos de políticos, banqueros centrales y empresarios de todo el mundo. ¿Cuándo acabará la gran aceleración?

2. Colapso
A nadie le gusta cambiar la dirección en la que se mueve, pero eso no es lo que significa «colapso», y nada de lo que de hecho pueda implicar debería preocuparnos. Dator escribe que el colapso quizá no sea el peor de los casos. Si no conduce a una extinción, lleva a una etapa de desarrollo «inferior» que a lo mejor marca el comienzo de una vida más simple, o un retorno a valores menos materialistas.

3. Disciplina
La disciplina puede evocar imágenes de sistemas de control distópicos y autoritarios, como ocurre, por ejemplo, en 1984, de George Orwell, o en El cuento de la criada, de Margaret Atwood. Sin embargo, dominar los excesos de la sociedad o, simplemente, limitar el uso de energía, podría ayudarnos a preservar los recursos finitos. A un futuro disciplinado lo guiarían valores espirituales, naturales, religiosos, políticos y/o culturales.

4. Transformación
El escenario de transformación es el más disruptivo de los cuatro. En opinión de Dator, «anticipa y da la bienvenida a la transformación de toda la vida, incluida la de la humanidad (de su forma actual a una nueva forma ‘poshumana’), en una Tierra completamente artificial, extendiéndose por el sistema solar y más allá». ¿Quién está listo para eso? ¡Es hora de prepararse!

El desafío actual

El mundo está saliendo de una pandemia y lidiando con las consecuencias de la guerra, la incertidumbre económica y el cambio climático, mientras sigue con las repercusiones de la digitalización y la inteligencia artificial. En estos tiempos turbulentos, los cambios rápidos son una realidad para la mayoría de las personas en la Tierra. Como hemos visto en el pasado, presenciarlos lleva a imaginar qué engendraría más cambios.

En colaboración con la exposición, la agencia de diseño española Prodigioso Volcán (son los directores de arte de esta revista) impartió workshops sobre cómo superar las barreras más habituales al pensamiento estratégico, para que todos podamos usar nuestra propia imaginación para crear historias del futuro que se traduzcan en algo durante la toma de decisiones estratégicas. Prueba con esta actividad tú mismo y/o con tus equipos.

Céntrate en un punto del futuro. Elije un año al azar, un punto específico en el tiempo dentro de, al menos, 20 años. Luego, asígnale un escenario de Crecimiento, Colapso, Disciplina o Transformación. Por ejemplo, ¿cómo sería un Colapso en el 2050? Por supuesto, eso depende de qué se derrumba, cuándo y cómo. Considera lo que tendría que suceder entre ahora y entonces para que acabe ocurriendo.

Súmale puntos adicionales. Ten en cuenta las tendencias, las macrotendencias y las señales, como las seis fuerzas macro en el famoso marco PESTEL: 

POLÍTICA. ¿Existe la democracia? ¿Y con la regla de la mayoría? ¿Se han suprimido derechos individuales o colectivos? ¿Se ha ampliado alguno? ¿Cómo van las relaciones internacionales entre naciones? ¿Existe todavía el concepto de propiedad privada?

ECONOMÍA. ¿Qué sectores de la economía son más importantes? ¿Existen los bancos? ¿Cuáles son las principales medidas de crecimiento o progreso? ¿Estamos en crisis? ¿Hemos continuado creciendo?

SOCIEDAD. ¿Qué cambios demográficos vemos? ¿Hay más ancianos, más jóvenes, más natalidad, más mortalidad…? ¿Cuáles son las estructuras sociales primarias? ¿Nos identificamos principalmente como familias, parejas, individuos, comunidades o tribus? ¿Cuáles son las principales preocupaciones de la gente? ¿Qué enfermedades son más comunes? ¿Cómo son las principales expresiones culturales, incluidas las costumbres y los modos de vida?

TECNOLOGÍA. ¿Cuáles son los principales avances tecnológicos? ¿Qué tipos de dispositivos se utilizan cada día en casa, en el trabajo o en el tiempo libre? ¿Siguen existiendo las grandes tecnológicas, como Google o Facebook? ¿Qué papel juega la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje?

ECOLOGÍA. ¿Cómo nos movemos? ¿Vivimos en la Tierra? ¿Cómo son las ciudades? ¿La gente sigue viviendo en ellas? ¿Hay acceso a recursos básicos, como agua, alimentos, energía y vivienda?

LEGALIDAD. ¿Qué sistemas judiciales existen? ¿Cuál es el papel regulador de la Unión Europea? ¿Qué pasa con las Naciones Unidas y la OTAN? ¿Las grandes multinacionales sufren más restricciones? ¿O menos? ¿Existe la pena de muerte?

Crea un panel de tendencias.
 Además de las indicaciones del PESTEL, intenta crear un panel de tendencias con imágenes, texturas y colores interesantes para evocar el año elegido.

Crea cápsulas del tiempo. Con el marco PESTEL y el panel de tendencias, identifica algunas cápsulas específicas para analizarlas más a fondo. Profundiza en ellas y en cómo podrían evolucionar con el tiempo, refiriéndote, nuevamente, a los cuatro arquetipos de Dator.

Por último, planifica tu futuro.
 ¿Qué podrías hacer para avanzar hacia el mejor futuro imaginable?

Es hora de arremangarse y visualizar cuántos futuros podrían ser posibles, plausibles, probables y preferibles. Adelante: ¡Deja volar tu imaginación!

+ INFO: «La gran imaginación. Historias de futuro«

«Alternative Futures at the Manoa School», de Jim Dator, está publicado en Journal of Futures Studies (2009).

Enamorarse del futuro (Plataforma, 2021), de Miquel Lladó, ofrece una mirada práctica, centrada en cómo orientarse y prepararse para la trayectoria que se desee. Compartiendo su propia metodología de trabajo como directivo en varias multinacionales, así como sus muchas clases como profesor de Dirección Estratégica del IESE, Lladó te anima a situarte en el futuro al que aspiras, a fin de tomar las mejores decisiones para «avanzar hacia el futuro que hayas diseñado».

Fuente: IESE Insight

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