¿Existe un punto óptimo entre competencia y estabilidad?

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Un panel de expertos analiza en Nueva York el estado del sector bancario

La banca puede alcanzar un estadio de competencia y estabilidad mediante la coordinación de políticas regulatorias adaptadas a las actuales condiciones del mercado, asegura el profesor Xavier Vives / Foto: Julie Skarratt.
 
Ocho años después del estallido de la crisis, los bancos vuelven a sentirse presionados para ser competitivos, una tendencia que preocupa a muchos. Durante este tiempo el sector se ha visto afectado por diversos fenómenos, como la banca en la sombra o la consolidación. Y, aunque parece haber recuperado cierta estabilidad, avanza por su ciclo habitual sin que haya desaparecido la amenaza del riesgo.
 
Pero, ¿es posible romper este ciclo? Un panel de expertos moderado por el profesor Xavier Vives en una sesión celebrada en el campus del IESE en Nueva York han intentado responder a esta pregunta.
 
Existe una tensión inherente al sector entre el deseo de ser competitivos y la necesidad de estabilidad económica. En el espectro de la respuesta de las instituciones a dicha tensión encontramos, en un extremo, la aplicación de una regulación estricta y, en el otro, la aprobación de políticas basadas en la competencia.
 
Según Vives, es posible alcanzar un estadio de competencia y estabilidad, pero sólo si se coordinan bien unas políticas regulatorias adaptadas a las condiciones actuales del mercado.
 
Círculo vicioso
 
Por lo general, las crisis económicas son cíclicas por naturaleza, explica Patrick Bolton, profesor de la Universidad de Columbia. Suelen abrir paso a un periodo en el que aumenta la regulación de la banca, pero, diez o veinte años después, empiezan a producirse fenómenos fuera de su ámbito que hacen perder competitividad al sector. Ante esta situación, los reguladores responden desregulándolo para aumentar su competitividad, lo que conduce a otra crisis económica. Y así, sucesivamente, se repite el ciclo.
 
Como es lógico, los reguladores buscan un escenario de sana competencia. Pero la preponderancia de fricciones económicas que fomentan una asunción excesiva de riesgos requiere una solución de compromiso entre los objetivos de la política regulatoria y la realidad de los fiascos del mercado.
 
La competencia dañina de la banca en la sombra
 
Dada la naturaleza del ciclo, es importante ampliar lo que entendemos por competencia, añade Bolton. No sólo se trata de la que existe entre los distintos bancos, sino también entre estos y los actores no bancarios, incluidos los bancos en la sombra.
 
Tobias Adrian, director adjunto de investigación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, considera que la banca en la sombra es uno de los factores fundamentales de la crisis económica de 2007-2009. Al aumentar la competencia con los bancos y, a un tiempo, permitirles generar beneficios, los bancos en la sombra alentaron una asunción excesiva de riesgos.
 
“En retrospectiva, eso es lo que hacía la máquina de la titulización”, apunta Adrian. En el proceso de titulización, las fricciones económicas, como los problemas éticos y la información asimétrica, llevaron a la negociación de activos a unos precios que no reflejaban su verdadero riesgo.
 
Hay que subir el listón de la contabilidad
 
Desde la crisis económica, la entrada de capital de mayor calidad y las reformas regulatorias han cambiado considerablemente los aspectos económicos de la banca en la sombra. Con todo, la titulización sigue ahí y la contabilidad no siempre está alineada con el bien común.
 
Inevitablemente, las normas de contabilidad condicionan la visión de los productos y mercados que tienen inversores y analistas. Y, al contrario de lo que se suele pensar, no siempre han sido útiles para valorar los mecanismos económicos de determinadas empresas, asegura Adrian.
 
“Aseguradoras y bancos asumen riesgos en función de dimensiones que parecen muy fiables en el balance pero que, de hecho, les permiten asumir más riesgos”. Y ese es uno de los rasgos clave de la “banca en la sombra”: explotan la capacidad de aumentar la exposición al riesgo sin por ello dejar de dar una imagen de seguridad y confianza.
 
No obstante, sí que ha cambiado algo en el entorno competitivo de la banca con respecto a la actividad titulizadora. Y es que la mejora de las normas de contabilidad ha servido para mantener a raya los procesos de titulización.
 
En busca del punto óptimo
 
Hoy, a medida que la actividad financiera se desplaza fuera del sistema bancario regulado, está reapareciendo la presión para que los bancos compitan con los actores no bancarios, a veces en desigualdad de condiciones.
 
En su nuevo libro Competition and Stability in Banking, Xavier Vives propone una solución a este problema: pasar de la regulación de las instituciones a la supervisión de las funciones económicas. De ese modo, sostiene Vives, si otras instituciones, como los bancos en la sombra, se dispusieran a ofrecer funciones similares o paralelas, la regulación establecida seguiría siendo válida.
 
Habida cuenta de que la historia económica tiende a repetirse, Bolton no se muestra tan optimista como el Prof. Vives. Así, no cree que podamos salir del ciclo con la regulación adecuada y beneficiarnos así de las ventajas de la competencia.
 
La política económica importa, y mucho
 
Por último está el tema de la política económica. “Está claro que los subsidios gubernamentales y la intervención fiscal directa en el sistema financiero pueden ser fuente de graves problemas”, afirma Patricia Mosser, investigadora de SIPA (Universidad de Columbia). Pero la política económica también es relevante para los bancos a la hora de entender la competencia y la regulación.
 
Muchas decisiones políticas acaban impactando en todo el sistema en las áreas de competencia y regulación”. Por ello, conocer la política económica es crucial para entender la política en materia de competencia y, en algunos casos, el perímetro de la regulación en un país.
 
Estamos en plena campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que la política económica y el impacto de la crisis financiera cobran la máxima importancia. La adopción de una lente política no solo es una herramienta útil, sino también oportuna, para abordar el impacto de la competencia y la regulación en la estabilidad económica.

 

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