Joan Carles Rubio

Director general de Delta Dore en España

Casas conectadas

"En Delta Dore conviven la visión en el medio y largo plazo y la mentalidad de crear legado"


La filial española de Delta Dore crece a un ritmo más rápido que la matriz y que otras filiales.

0
407

Delta Dore Group es una compañía francesa dedicada al diseño de productos y sistemas de confort y ahorro energético en viviendas y edificios. Muchos de ellos son sistemas conectados que permiten controlar el gasto de calefacción desde el móvil o la tableta mediante una app. Actualmente está presente en 40 países y, desde hace 30, se encuentra en España. Hoy visitamos a quien es su director general, en la sede de Barcelona.

«La vivienda conectada te permite hoy gestionar todos los dispositivos de un hogar, mediante internet, aplicaciones y un teléfono móvil»
 
«No hemos desarrollado una gama de productos para el consumidor final. Una de las características históricas de nuestra empresa ha sido nuestra definición hacia el mercado profesional de los instaladores y los integradores»
 
«Reflexionamos sobre cuál será el impacto del 5G y los productos y soluciones que se venderán en 5 años»
 
«Constatamos que la construcción sigue una evolución lenta, aunque constante y sostenida desde hace unos tres o cuatro años. En 2018 no vimos ningún boom, pero detectamos que muchos promotores tenían interés en incorporar nuestras tecnologías a su catálogo de ofertas»
 
«La generación de personas de 30 años se está integrando en la demanda de vivienda y quieren disfrutar de mayor conectividad»
Tras años de experiencia en diversas compañías, también en startups, usted trabaja hoy para una gran multinacional. ¿Qué ventajas tiene eso?
De entrada, le comento que esta es una multinacional familiar. El paquete principal de acciones todavía está en manos del fundador y de su familia. La dirección general, tanto en Francia como en las filiales, está profesionalizada, pero el grupo conserva un ambiente familiar que aún se puede respirar. Una muestra de ello son una serie de acciones que tienen gran impacto en la vida de los empleados, como el plan social, o el hecho de que todavía podemos ver al fundador visitando las filiales en algunos actos concretos.
 
En la compañía conviven la mentalidad de crear un legado y la visión empresarial siempre puesta en el medio y el largo plazo. Yo he trabajado en otras multinacionales, pero no son tan familiares y las diferencias con esta son importantes. Por ejemplo, no se tiene claro quién es quien toma las decisiones y cómo te van a afectar a ti. A veces tampoco eres capaz de medir la escala jerárquica, o la distancia entre tu departamento y la dirección general. Aquí la dimensión es muy humana: sabes que entre tú y el director general hay, como mucho, dos o tres personas.
 
Delta Dore es un grupo de origen francés que lleva ya 30 años en España. Parece que goza de bastante independencia en relación con la matriz. ¿Siempre fue así?
Desde el principio ya lo era, aunque entonces los productos que vendía y el mercado eran muy distintos a los actuales. Quienes dirigían el proyecto entonces, también la familia fundadora, ya tenían esa voluntad: crear una organización en España que fuera independiente financieramente, con un departamento de operaciones, una logística y un soporte técnico propios, y también con una sede distinguible. Hoy contamos también con una red nacional de ventas que nos proporciona toda la cobertura comercial que necesitamos. 
Sus productos van dirigidos a profesionales de la instalación y a promotores, pero no a clientes finales. ¿Han pensado alguna vez en crear un B2C?
Es cierto que no hemos desarrollado una gama de productos para el consumidor final. Una de las características históricas de nuestra empresa hasta el día de hoy es que nos hemos definido hacia el mercado profesional de los instaladores, los integradores, etc. y que en esa definición cuesta mucho tener un posicionamiento de marca en el consumidor final. Diría que es difícil que los dos espíritus puedan convivir en un mismo ADN. Pero también vemos que el mercado de los productos conectados se está desarrollándo mucho en el ámbito de las marcas comerciales.
 
Imaginemos que ustedes vendieran a particulares y que yo quiero hacerme una casa más conectada, ¿qué me recomienda?
Lo primero es que lo haga contando con la ayuda de un profesional o de un integrador domótico. La razón es que cuentan con personal formado, capaz de evaluar sus necesidades, diseñar su instalación y traducir esas ideas en un proyecto. También le diré que cada vez más hay ciertas funciones que el usuario final decide asumir por su cuenta. Lo vemos con el mercado de los asistentes vocales, es decir, los aparatos que reciben órdenes de voz y que son muy sencillos de instalar.
 
En nuestro caso, muchas de las soluciones que ofrecemos en el ámbito de la domótica tienen que ver con las instalaciones eléctricas o de calefacción de los hogares. Se necesita cierto conocimiento previo de esas instalaciones para poder integrarlas bien. Una razón más por la que no hemos dado el paso de desarrollar concepto de marca en el consumidor final.
 
Hace unas semanas, durante el Mobile World Congress, se habló mucho de la tecnología 5G y la conectividad total. ¿Ustedes también se encuentran pensando en esos términos?
Así es. Dentro de la compañía existe la reflexión de cuál será el impacto de todo esto y cuáles serán los productos y soluciones que se venderán en 5 años. Sabemos que este es un fenómeno que crecerá cada vez más. Pero también sabemos que todo depende del despliegue de las infraestructuras que hagan los operadores y de la comercialización de ese tipo de soluciones. Nosotros podemos ayudar con aplicaciones que aprovechen y alimenten esa infraestructura. Mientras tanto, seguimos en un mercado incipiente.
 
También se dice que ha habido algún repunte en el sector de la construcción. ¿Cómo les afecta a ustedes en sus cifras de venta?
Estamos constatando que la construcción sigue una evolución lenta, aunque constante y sostenida desde hace unos tres o cuatro años. En 2018 no vimos ningún boom, pero detectamos que muchos promotores tenían interés en incorporar nuestras tecnologías a su catálogo de ofertas. Nos transmiten que la generación de personas de 30 y pocos años, que se está integrando en la demanda de vivienda, quieren disfrutar de mayor conectividad. En eso estamos trabajando. 
 
En un principio Delta Dore vendía domótica. Hoy vende conectividad. ¿Cómo ha sido el cambio de concepto?
Muy importante, sin duda. La vivienda conectada te permite hoy gestionar todos los dispositivos de un hogar, mediante internet, aplicaciones y un teléfono móvil. Ya no solo se busca el confort, como antes, sino el poder disponer de una mayor capacidad de control e información, que tu sistema puede trasladar a tu teléfono móvil. Hoy puedes utilizarlo para configurar cómo quieres tu casa a través de unos escenarios predefinidos y unos sencillos menús de ayuda.
Y eso afecta tanto a las alarmas de intrusión, como a las de consumo de energía, etc. Pero eso requiere también de garantías de seguridad.

¿Cómo abordan el problema del hackeo?
Es un área muy importante para nosotros. En la seguridad destacamos dos preocupaciones. Una es la física, es decir, la que se preocupa de salvaguardar la residencia, a través de la información que las cámaras y sensores te envían al móvil, para que puedas tomar decisión. Y la otra es la ciberseguridad, que nos lleva a crear sistemas tan seguros como fiables… Es un reto creciente, aunque por el momento no hemos tenido problemas.
 
Hablemos de Delta Dore en España. ¿Con cuántos empleados cuenta la filial?
El grupo integra a 850 personas y en España tenemos a unas 18. Con ellas cubrimos nuestra estructura y la parte comercial. También nos ayudan algunas otras, aunque no directamente contratadas, así que llegamos a ser unas 25 en total.
 
¿Y cómo les va? ¿Crecen como la matriz, o como las demás filiales?
Tenemos un nivel de crecimiento que supera al de la matriz francesa y eso se explica por el grado de evolución y maduración. Nosotros somos más pequeños y tenemos todavía un amplio potencial para crecer. En Francia llevan más años y las cotas de desarrollo son superiores, así que es mucho más difícil crecer desde esa posición. También crecemos por encima de otras filiales, que a su vez son más nuevas y que no tienen el mismo grado de desarrollo que nosotros. 
 
Y ya para terminar, ¿nos puede revelar algún producto novedoso de su catálogo?
Le hablaré de dos soluciones un poco revolucionarias. La primera es de este mismo mes, y es que estamos lanzando un sistema de aplicaciones que son compatibles con los principales asistentes de voz. Nuestros clientes nos pedían poder operar cualquier sistema que se hubiera conectado en una casa a partir de órdenes de voz y así lo hemos hecho.
 
La segunda es la plataforma “live domus”, que nos permite gestionar los espacios en viviendas y oficinas a través de videorealismo, es decir, a través de la información que nos ofrecen unas cámaras instaladas dentro del hogar y que podemos gestionar mediante dispositivos táctiles. Es una plataforma que nos dará mucha visibilidad.

 

 

Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universitat Ramon Llull, máster en Ingeniería Eléctrica por la UPC y MBA por la Rotterdam School of Management, Joan Carles pasó una etapa de su juventud trabajando en Francia y otra trabajando en el desarrollo de impresoras de gran formato en las instalaciones de HP en Sant Cugat. A primeros de los años 2000 quiso orientar su carrera hacia la gestión de negocios y para ello cursó sus estudios en Holanda, donde conoció otras maneras de pensar y actuar. A la vuelta trabajó en el desarrollo de negocio de una startup durante 3 años y se incorporó a Delta Dore primero como responsable del área de industria y luego como gerente.