“El empresario también está obligado a soñar”

 

 

La Lección Magistral del acto, que tuvo lugar en la sede del Instituto Internacional San Telmo en Málaga, estuvo a cargo de Adolfo Rodríguez Flores, Director general del Grupo Negocios de Restauración del Sur (Grupo NRS) y antiguo alumno de esta Escuela de Negocios por partida doble. En 1997 cursó el E-MBA, mientras que en 2010 volvió a sus aulas para cursar el programa de Alta Dirección de Empresas Líderes, ADEL.

 

Tras la bienvenida a los asistentes por parte de Eustasio Cobreros, presidente de la Fundación San Telmo y la entrega de diplomas a los alumnos, llegó el turno de la Lección Magistral. Adolfo Rodríguez comenzó su intervención dando las gracias a San Telmo, por la labor de formación que hacía en Andalucía.  “La vocación de esta institución es, y siempre fue, la de llegar más allá de las fronteras andaluza y española. Y lo ha conseguido gracias al amor por el trabajo bien hecho, la clara apuesta por las personas y por su formación. Y como no puede ser de otra forma en una empresa, tiene un afán de crecimiento sano que ha hecho que hoy por hoy miles de antiguos alumnos nos sintamos orgullosos de formar parte de San Telmo”

 

 

En referencia a su vida profesional, el director general de la empresa líder en el sector de la restauración andaluza, con marcas que explota en franquicia, como son Burger King, Dunkin’ Coffee y Pizza Hut, habló de su papel como franquiciado. “Somos operadores y gestores de la marca pero no somos la marca. Esto no quiere decir que no se pueda aportar valor, todo lo contrario. El caso más claro lo tenemos en la gestión de la masterfranquicia de Dunkin’ Coffee, en la que hemos desarrollado un sistema de producción que se ha exportado al resto del mundo que ha permitido el desarrollo de la marca, porque facilita la apertura de establecimientos en cualquier punto”

 

Para Rodríguez Flores los inicios no fueron fáciles. Compartió con los asistentes todo lo aprendido en sus 22 años desde la apertura de su primer Burger King en Granada. “Hemos conocido lo que es refinanciarnos con bancos, firmar un sindicado y, lo más moderno ahora, conseguir deuda Mezzanine, financiación paralela, etc.” No obstante, aseguró que en todo lo aprendido durante su trayectoria lo mejor eran las personas que había conocido, a las que definió como “el  mayor rigor (si cabe) en el reporting de datos y el conocimiento de un mundo en el que impera el cortoplacismo”. Habló de la forma en la que había aprendido a “navegar” con la obligación como empresario de mirar a largo plazo “Cuando te asocias o tomas un tipo de deuda que te impone decisiones cortoplacistas o condiciones incómodas, debes entenderlas y ser cumplidor. Pero pensando más allá y desde el mismo día que se firma una operación de este tipo, ya debes saber qué hacer el día siguiente a que esa vinculación haya terminado”.

 

Por último, resaltó los valores que para él, debían primar en la vida profesional. Para Rodríguez Flores la autoexigencia y la laboriosidad son valores que deben estar anclados en toda organización. “Las oportunidades llegan, pero te deben pillar trabajando. Hay que trabajar mucho y bien. Ningún camino fácil lleva a algo que merezca la pena”.

 

Además aseguró que el trabajo había que llevarlo a cabo con optimismo positivo. “Sacad de vuestras organizaciones y de vuestras vidas a los cenizos y a los que se dicen realistas. Estos últimos son los peores. La alegría y capacidad de afrontar las cosas desde el lado positivo no tiene precio. El empresario también está obligado a soñar”

 

Terminó su disertación con estos dos mensajes: “Hay una verdad clara y ésta es que el trabajo por amor a los demás dignifica al hombre. Por otra parte,  lo único que le da su razón de ser es el amor al prójimo”

 

Participaron además, en el acto: Julio Audicana Arcas, director general adjunto del Instituto Internacional San Telmo; Emérito Béjar, director de esta XLII  edición y Miguel Ángel Barrionuevo Torres, presidente de la promoción que se gradúa.