Siempre me gustaron las películas de submarinos, desde aquel <i>Viaje al fondo del mar</i> de mi infancia, a aquellas de guerra en las que el sumergible acostumbraba siempre a huir de los ataques de la superficie utilizando las "contramedidas". Esta curiosa palabra hace referencia a objetos que desvían la atención del objetivo principal.
En el caso anterior, las cargas explosivas dirigidas al submarino acababan explotando contra esos elementos despistatorios. Zapatero ha conseguido culminar con éxito su anuncio de nuevo gobierno y ha utilizado buenas contramedidas. La más espectacular, sin duda, la de poner a Carme Chacón al frente de Defensa, ejército y servicios secretos; ella no es de las que más se identifiquen con esa España indivisible que sostienen con gran fervor la gran mayoría de los militares españoles.
Zapatero ha lanzado a Chacón y, también, a una joven de 31 años al frente del Ministerio de Igualdad, Bibiana Aído y, en definitiva, a 9 mujeres al frente de los 17 Ministerios. Con él, son 18 las 9 parejas de los viernes alrededor de la mesa del Consejo.
Mientras, los medios se vuelcan ahora en Chacón, la paridad, los militares. A su vez, Solbes está tratando de asimilar el nuevo panorama: un Ministerio de innovación, de industria, citado por el propio <i>ZP</i> como la clave para paliar la crisis de la construcción, encabezado por Miguel Sebastián, la persona que, afín al presidente del Gobierno, va a estar en la sombra del poderoso Ministerio de Economía y Hacienda durante esta legislatura. Sebastián, esta vez, más que una contramedida, un contrapeso.
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